Éste chico es más raro que yo, aparte de ser callado, cuando habla solo dice unas cuantas palabras y vuelve a callarse, normalmente viste de negro o colores oscuros, aunque aveces se coloca una camiseta blanca, realmente creo que cualquier color se asienta bien, al bajar la vista hacia su bolsa plástica donde lleva el libro que acababa de comprar puedo divisar que el título del libro era Tú y solamente tú, no aguante más y le pregunte.
-¿Te gusta la literatura romántica?- deje salir las palabras.
-No es para mi- dijo bajando la mirada hacia la bolsa de plástico.
-Ah! Está bien, y disculpa por ser entrometida- me disculpe esperando unas palabras agradables de vuelta.
-No te preocupes- solo dijo.
La lluvia ya había empezado a cesar cuando voy a empujar la puerta para salir por fin de aquella librería, creo que me estaba enfermando estar tan cerca de ese chico, justo cuando ya estoy en la acera y retiro mi mano de la puerta, alguien hala de mi brazo, cuando vuelvo mi cabeza, era él, era Jayden.
-¿Te vas a ir sin mi?- pregunta mirandome fijo.
-Si..creo..que si- tartamudie, no esperaba esa pregunta en este momento y realmente en ningún momento de mi vida.
-No te asustes, simplemente no quería seguir solo en el mismo espacio con esa señora- se ríe.
-Te echó los tejos, este debe de subir el ego- reí junto con él.
-¿Hacía dónde vas?- preguntó.
-Tenía pensando ir al centro comercial pero como ha cambiado el clima creo que iré directo a casa- respondo, y me doy cuenta que ya la llovizna había parado pero el cielo estaba nublado, lo que significa que volvería a llover en cualquier momento.
-Sí quieres te acompaño a casa- sugiere sin mirarme a la cara.
-Sí quieres puedes hacerlo- me limite a decir.
-Lo digo porque no me permitiria que alguien te haga daño tu andando sola por estas calles- dice aún sin mirarme.
-Supongo que debo de decir gracias, pero siempre he caminado sola a cada lugar que he ido- le digo mirando el perfil del lado derecho de su cara.
-Te entiendo, yo también ando solo por las calles pero yo soy hombre y tu eres mujer- volvió su cabeza hacia mi.
-Bueno esta bien, tu ganas- dije con la voz un poco temblorosa, no se que me pasaba cada vez que este chico me miraba a los ojos. Era algo así como una anestecia que me inyectaban directamente a través de su mirada.
Seguimos caminando hacía mi casa, la cual no estaba muy lejos de la librería, el camino fue puro silencio, ninguno de los dos se digno o tuvo valentía para siquiera decir una sola palabra; pero que se puede esperar de los dos chicos más callados de esta ciudad. Al detenerme justo al frente de mi casa el se detuvo igual.
-Entonces, esta es tu casa- visualizó todas y cada una de las partes del exterior de mi casa.
-Si- tan solo dije.
-Entonces ahora entra a ella y podré decirte que estarás a salvo señorita- dijo mirando como se me escapaba una pequeña sonrisa de las comisuras de mis labios.
-Esta bien, gracias por acompañarme hasta mi casas dije extendiendo mi brazo hacía él.
-No tienes porqué darmelas- el extendió su brazo al igual que yo.
Al nuestras manos chocarse, sentí un escalofrío en todo el cuerpo; al sentir esto, simplemente me di la vuelta y entre a mi casa, no se por qué esta pasando esto, es algo muy extraño, nunca antes me había sucedido. Quizás yo este alucinando o este bajo los efectos de su mirada, si ,creo que es eso lo que pasa, su mirada cautiva y no te deja pensar en otras cosas más que en él.
Al subir las escaleras y colocar la bolsa plástica donde esta mi libro en el escritorio; en seguido voy hacía la cocina a por unas galletas y un poco de leche, las cuales me las sirvo en un plato y al lado coloco un pequeño vaso lleno de leche; mi padre estrella la puerta principal al entrar por ella; sencillamente no me quiero imaginar la situación que se plasmará en unos momentos en esta casa, así que decido irme hacía el jardín, no me importa que este húmedo o que haga un poco de frío afuera, todo eso es mejor que estar escuchando los gritos de mi padre compenetrándose con los de mi madre.
***
Estoy recostada en mi cama leyendo mi nuevo libro, cuando mi madre toca la puerta.-April, abre la puerta-dice ella sin parar de tocar la puerta.
-Ya voy mamá- le grito a la puerta. Al abrir ella me mira con una sonrisa en su rostro.
-Un chico muy apuesto te busca- me dice muy alegre. Tenía años sin verla así.
-¿Un chico? ¿Y apuesto?- no sabía que pensar.
-Si April, baja ya mismo- me dice.
-Mamá,¿ estas segura de que no es Josh?- pregunté.
-Ah Josh lo conozco desde hace tiempo, no me confundiría- me espeta. Y me da un pequeño empujón para que baje las escaleras.
Realmente no tenía idea de quien podría ser ese alguien que estuviese aquí, por suerte no me he puesto la pijama ni nada de estar en casa y llevo puesto la misma ropa que hoy en la tarde; cuando llego hacía la sala de estar y me introzco a ese acojedor lugar, me quedo anonadada, atónita y sin palabras; era él, el chico que me transmitía escalofríos tan solo con tocar la palma de su mano, santos de todos los santos no se que hacer, las palabras no se atreven a salir de mi boca, lo único que logro hacer es tocar la puerta para que el gire su cabeza y pueda darse cuenta de que estoy aquí.
-Buenas noches- dice acercándose.
-Buenas..no..ches- digo como persona con problemas en el habla.
-Te traje esto- alzando una bolsa plástica marrón, la cual era de comida.
-¿ A caso es eso comida?- pregunte con los ojos como platos.
-Si, justo el mismo servicio que me pediste aquél día en la cafetería- dijo con una pequeña sonrisa.
-¿Cómo te acuerdas de lo que ordené?- estaba en estado de shock.
-Se puede decir que tengo buena memoria- contestó.
-Si gustas puedes sentarte en el sofá o si prefieres vamos a la cocina, hay mesas y esas cosas- Sonreí.
Él se limitó a sonreír y asintió con su cabeza; de camino hacía la cocina mi madre nos mira con una sonrisa en la cara de adolescente enamorada, pero que rayos le pasa a esta mujer; al llegar a la cocina nos sentamos en la pequeña mesa que había uno frente al otro, empezamos a comer ya que él trajo comida para ambos; realmente la pasamos bien, nos reímos de algunos chiste que decíamos cada uno y hablamos de cosas acerca de la clase, luego de todo él se fue, yo recoji el pequeño desastre de servilletas kétchup y papas que había en la mesa y me dirigí directamente hacía la habitación a darme un pequeño baño y descansar ya que mañana tenía clases, el recuerdo de su sonrisa vagaba en mi mente como una fotografía la cual al verla me hacía reír por igual,al cabo de un tiempo quedé rendida en mis sueños.
Hola a todos mis bellos y hermosos lectores, quiero decirles que espero que le vaya gustando la historia, quiero ver sus opiniones en los comentarios, voten por ella por favor, eso me motiva. Haganme saber que están ahí, no se vuelvan fantasmas, les quiero y un besazo .
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Almas Gemelas.
Teen FictionLa historia de dos jóvenes que estaban caminando por el mismo camino, simplemente que estaban tan ocupados en sus vidas que no se dieron cuenta de que eran dos almas gemelas perdidas en este mundo lleno de odio. Es una historia que cautiva corazones...