Juntos

Capítulo 8

En cuanto Coulson dio por finalizada la reunión, sus miradas se cruzaron, llenas de nervios y excitación. Habían decidido comunicar al equipo que iban a casarse pero ellos eran científicos, personas de pocas palabras así que sostuvieron la mirada esperando a que el otro diera el primer paso.

- Chicos, Jemma y yo um... – comenzó Fitz en una voz un poco más alta de lo normal intentando captar la atención de sus compañeros. Los murmullos de la sala se apagaron al instante y pudo notar todas las miradas de la sala puestas en él. Aquello era demasiada presión. Miró a Jemma en busca de ayuda.

- Fitz y yo tenemos algo que contaros – continuó Jemma, buscando inconscientemente la mano de Fitz. Él al agarró con cariño – Fitz y yo... nosotros, vamos a-

- Casarnos – terminaron al unísono.

Tras un corto silencio general para procesar la información, Skye fue la primera que corrió a abrazar a su amiga.

- Enhorabuena – dijo con sinceridad mientras fulminaba con la mirada a Fitz. Todavía no le había perdonado que le hubiese pedido en matrimonio la noche anterior tirando por la borda su plan, pero cuando soltó a su amiga, también le abrazó a él – Tu y yo ya hablaremos – le susurró antes de soltarle.

Todos felicitaron a la pareja con ¡Por fin!, Ya era hora y cosas por el estilo. Incluso sacaron una botella de champán para celebrarlo.

- Yo iba a decir que nada de sexo prematrimonial – rio Hunter sirviéndose una tercera copa – Pero... creo que es tarde para eso – añadió mirando a Jemma. Todos rompieron a carcajadas, incluso Fitz, que se había puesto colorado con el comentario.

- ¡Hunter! – le regañó Bobbi.

- ¿Qué? – preguntó encogiéndose de hombros – Bueno vale, nosotros tampoco es que siguiéramos eso muy a raja tabla antes de casarnos – se atrevió a añadir con picardía.

La agente le respondió con un cariñoso empujón. Era obvio que últimamente los divorciados estaban más casados que nunca y tampoco se molestaban en ocultarlo. Ahora que SHIELD como tal no existía, nada prohibía las relaciones entre agentes, FitzSimmons eran una prueba de ello.

- ¡Por FitzSimmons! – exclamó Trip alzando la copa y todos le imitaron.

- ¡Por nuestros únicos e inigualables científicos! – añadió Skye.

Desde extremos opuestos de la habitación las miradas de la pareja se cruzaron. Ninguno de ellos estaba acostumbrado a ser el centro de atención y sus mejillas estaban encendidas mientras sonreían con timidez al escuchar los deseos de felicidad que les estaban dedicando sus compañeros. Parte de ellos estaba en la sala, con su equipo, pero otra parte estaba ausente, todavía haciéndose a la idea de que iban a pasar el resto de sus vidas con la persona que más querían del mundo.

-.-

- ¿Estáis listos para aterrizar y salir? – preguntó Mack asomando la cabeza por la puerta del laboratorio del Bus – En cinco minutos estamos fuera.

- Sí – respondió Jemma terminando de meter el material en las bolsas. Todo había sido tan precipitado que apenas habían tenido tiempo de prepararse.

Fitz también asintió mientras guardaba el último DWARF en su correspondiente funda. Cuando Mack se hubo marchado, se acercó a Jemma.

- Jemma... - dijo con cautela. Sabía cómo iba a reaccionar pero tenía que intentarlo de todos modos.

- Ni lo pienses, Leo – dijo fulminándole con la mirada, perfectamente consciente de lo que pretendía su compañero.

Leo. Eso era una mala señal. Recientemente, Jemma había cogido la costumbre de llamarle por su nombre de pila en ciertas ocasiones, y cuando estaba enfadada era una de ellas.