Estaba muy nerviosa, más de lo que había estado en toda su vida.
Más nerviosa incluso que el día en el que tuvo que exponer su tesis delante de un tribunal para conseguir el doctorado.
De pequeña, Jemma nunca había sido del tipo de niñas que sueñan con el día en el que se vistan de blanco con un ramo de flores en mano y anden hacia los brazos de su príncipe azul, pero ahora solo de pensarlo, se ponía a temblar como un flan.
Sabía que no tenía por qué estar así, todo estaba preparado. Todo saldría bien, ella sólo tenía que preocuparse de estar feliz, era su gran día. El día en que por fin iba a casarse con el hombre de sus sueños, su amigo, su compañero, el padre de su hijo.
Todo el equipo estaba revolucionado aquel día, sabían que tenía que salir todo perfecto. FitzSimmons se lo merecían. Y no solo ellos, todos se merecían un poco de felicidad después de tanta desgracia, algo que les recordase que merecía la pena seguir luchando, que siempre había luz al final del túnel.
- ¡Buenos días, futura señora FitzSimmons! - exclamó Skye con una sonrisa aquella mañana asomándose a su puerta bien temprano.
- Buenos días - la saludó Jemma con un bostezo desde la cama, haciendo un gesto para que su amiga pasase a la habitación.
- ¡Mueve el culo, Jemma Simmons! - ordenó Skye corriendo las cortinas para que la luz entrase de lleno en la habitación, tirando de la sábana para hacer que su amiga se levantase - No querrás llegar tarde a tu boda.
- Ya voy, no me estreses, Skye - protestó Jemma incorporándose poco a poco. Se frotó los ojos para espabilarse y se puso en marcha, había mucho por hacer.
Después de darse una relajada ducha tocaba arreglarse. Y como dama de honor, Skye se había encargado de todo.
- ¿Estás nerviosa? - le preguntó mientras la cepillaba el pelo con cariño.
La novia asintió ligeramente.
- Todo va a salir genial, ya verás - suspiró emocionada. Skye nunca había tenido familia y tampoco demasiados amigos de verdad, así que nunca había asistido a una boda como tal - ¿Te pasa algo? - preguntó mientras terminaba de recogerle el pelo. Su amiga parecía más distraída de lo normal, algo extraño teniendo en cuenta del día que era.
- Es que hay algo que no le he contado a Fitz - confesó - No es importante, bueno sí, pero con lo liados que hemos estado con-
- Conmigo - completó Skye sin dejarle tiempo a terminar. Era perfectamente consciente de que los planes de la boda se habían ido posponiendo más y más en espera a que ella se sintiera segura y controlase los nuevos poderes.
- No. Vale, puede que sí - rectificó. Lo que decía la hacker era verdad, pero a ella no le había importado lo más mínimo esperar por su amiga - El caso es que no he encontrado el momento para decirle que-
- ¡Estás embarazada! - saltó Skye riendo sin dejarla acabar - Vaya pues no lo habría imaginado, ¿eh? - dijo con ironía separándose unos metros de ella para comprobar por última vez el aspecto final de la novia. Sonrío con aprobación - Aunque entre tú y yo... - dijo muy bajito acercándose de nuevo a Jemma, como si le fuera a confesar un secreto - La tripa de casi ocho meses te delata...
- ¡Skye! - exclamó Jemma soltando una carcajada. Realmente Skye encontraba todo momento digno de una broma, algo que había echado de menos desde la muerte de Trip. Todos habían agradecido recuperar a la jovial Skye.
- ¿Qué es, pues? - preguntó intrigada.
- Ya se el sexo del bebé - confesó Jemma sin poder ocultar una sonrisa.
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Juntos
FanficCuando Hydra a puesto todo su mundo patas arriba sólo les queda apoyarse los unos en los otros. Antes de que sea demasiado tarde FitzSimmons se confiesan sus sentimientos en la piscina del pequeño motel y puede que eso cambie sus vidas para siempre.