Capítulo III: Profesor Snape ¿Pasa algo?

132 13 3
                                    


Hermione

Al día siguiente me levanté muy temprano, tomé una ducha en los baños de los prefectos y organicé mis asignaturas. Para mi horror, la primera hora la tenía con Snape. Pociones era una de mis asignaturas preferidas, pero queda claro que preferiría a cualquier otro profesor.

Seguía enojada con Snape por tratarme mal y quererme castigar, cuando fui yo quien le salvo la vida. Aparte, me hizo perder tiempo yendo a las mazmorras solo para que me diga que mi clase era a las 8:30, cosa que ya sabía por qué estaba en mi horario. Fue muy rara esa visita a su sala, si bien todo de él es raro, cuando salí me sentía... no lo sé, ruborizada tal vez. Pero seguramente era el odio que sentía por él.

-Adelante- dijo su agria voz. Cuando pase, estaba solo. Había pensado que iba a tener mis clases con los demás alumnos de 7mo año. Él cuando vio mi cara de asombro dijo.- No se preocupe Granger, McGonagall me ordenó darle clases particulares para que aprenda más. Será así con todos sus profesores-

No respondí. Me senté en uno de los pupitres y empecé a tomar nota de lo que él decía.

-La poción Veritaserum, como supongo que ya sabe, es una poción sumamente peligrosa en manos incorrectas, ya que es un potente suero de la verdad. Dígame Granger, ¿qué se utiliza para realizar esta poción? –

Respondí de inmediato –Los ingredientes utilizados para esta poción son un pelo de unicornio adulto macho, pluma de fénix, medio litro de agua del río Nilo, Un trozo de dedo de un Grindylow, corazón de dragón, acónito y jarabe de elaboro- Me miró desconfiado. Siguió hablando y yo anotando.

Para cuando terminó la clase estaba sudada y con calor. Habíamos hecho un poco de Veritaserum y el vapor del caldero hizo acalorarme. Camine por los pasillos y me dirigí hacia la sala común para tomar otros libros y luego ir a Herbología.

15 minutos después iba bajando la escalera, cuando una gran multitud amontonada de alumnos desde 1ro hasta 7mo me llamó la atención. Estaban alrededor de 2 chicos. Uno con el pelo negro azabache y el otro era extremadamente... pelirrojo.

-Hermione- gritó el colorado. Ron estaba más alto, musculoso y atractivo. Me dio una sonrisa de oreja a oreja y cuando estuvo cerca de mí, di un salto y me abalancé sobre él, dándole un abrazo tan fuerte que casi caemos. – Cielos Granger- se rió.

-Hola- le dije emocionada y le di un beso en la comisura de la boca. Él sonrió más.

-Hola- dijo. Soltó las manos de mi cintura y me miró tiernamente- supimos que estarías aquí y con Harry- hizo una seña con la cabeza, apuntando donde estaba Harry- quisimos venir a verte-

-¡HARRY!- grité cuando este por fin puedo librarse de todos los alumnos. Lo abrace con gran ternura.

-Hermione...- dijo con tono sobreprotector. Desde que terminó la gran batalla, Harry y yo nos habíamos hecho prácticamente hermanos. Un día fue hasta mi casa y me dijo que era una de las personas que más amaba y que siempre contaría con él. – Wow te vez estupenda-

Solo me reí, para Harry, yo era la chica más guapa, después de Ginny claro.

Ese día falte a todas las demás clases. Me quedé en el Gran Comedor charlando con Ron y Harry y disfrutando de algunos pasteles que McGonagall mandó a preparar específicamente para nosotros.

La profesora, ahora directora McGonagall, por otro lado, cuando nos vio a los 3 juntos, calló en un mar de lágrimas y nos dijo que éramos de lo que más orgullosa estaba. Abrazó fuertemente a Harry, luego a Ron y por último a mí. También nos contó que cuando habla con el retrato del Profesor Dumbledore, este derrama una que otra lágrima de felicidad al recordar como habíamos entrado a Hogwarts y cuanto le habíamos enseñado sobre el amor y la amistad, la valentía y el coraje y sobre todo, como le habíamos regalado problemas y noches de insomnio, pero que a pesar de todo, éramos sin fingir, los alumnos de Hogwarts que más privilegiaba y quería.

Irrevocable sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora