Capítulo VII: Desmaius

94 11 1
                                    


HERMIONE:

-Abre tu libro Jeroglíficos mágicos y logogramas en la página 167- dijo la profesora Bathsheda Babbling. Como en todas las asignaturas, tenía a la profesora de Runas Antiguas solo para mí. –Lee el primer capítulo y prepárate para debatirlo- me dijo sonriente. Amaba esta clase, pues solíamos discutir el contenido con la profesora y después tomábamos un té juntas. Estaba empezando a leer el primer párrafo cuando un golpe seco me sacó de concentración.

-Necesito a Granger- dijo como siempre. Su tono de voz tan frio.

-Estamos en clase Snape- dijo algo enojada Babbling, por el comportamiento del profesor Snape.

-No me importa que estén haciendo, McGonagall me mandó a buscarla, tiene cosas más importantes que hacer que estudiar cosas del pasado- dijo en un susurro, casi irónico.

Vi como la cara de la profesora se iba acalorando rápidamente y antes de que se pusieran a pelear yo interrumpí. –Disculpe profesora, es mejor que vaya con el profesor Snape. Si quiere mañana podemos recuperar esta clase. Leeré todo el capítulo entero y podremos debatir- le sonreí amistosamente. Con eso, ella se tranquilizó.

-No te olvides nada Hermione- dijo cortésmente. Salimos rápidamente de ahí.

Íbamos caminando por los oscuros pasillos del castillo. Snape estaba más tenso de lo normal. Nos guió hacia una pequeña sala donde había muchos frascos llenos de pociones e ingredientes. Me hizo pasar primero y cuando el también estuvo adentro, me sorprendió.

-¿Qué hace?- casi grité. El profesor Snape me había tomado por sorpresa de la cintura. Me corrió un mechón de pelo atrás de la oreja y cerró los ojos.

-Shhh- dijo acercándome más. – La profesora McGonagall no me dijo que la sacara de esa clase. Yo solo tenía que decirle algo Srta. Granger- Mi respiración se aceleraba. No entendía por qué.

-¿Qué tiene que decirme?- pregunté tomando aire

-Srta. Yo a usted....-

Desperté de golpe. Mierda, pensé. Estoy volviéndome loca, ¿soñar con Snape? ¿Desde cuándo? Tranquila Hermione, tranquila.

Iba bajando las escaleras para ir a las cocinas por un poco de agua. Tendría que haber llamado a Krecher, pero decidí que sería mejor bajar yo misma. Como Harry estudiaba mucho y Krecher trabajaba en Hogwarts por orden de su amo, lo puso a disposición mía. Si le pido a Krecher un basilisco, tiene que volver con el sí o sí.

-Vaya, vaya... miren quien anda deambulando por el castillo a altas horas de la noche- sonrió. Llevaba unos shorts negros y una camisa sin mangas.

-Baje por un vaso con agua. Y ¿tu? ¿Qué haces aquí?-

-Pensaba-

-¿Pensabas?- pregunté dudosa

-Sí. En ti-

-¿En mí?-

-Haces muchas preguntas Hermione- se acercó peligrosamente

-Solo me gustaría saber qué es lo que piensas de mí-

-No estás preparada para eso- dijo cortésmente, pero su tono era frío y calculador. Un aire de un ambiente peligroso

-Vamos, solo dime. No debe ser tan malo- insistí valiente, pero mi pulso era acelerado y una gota helada recorría mi columna vertebral.

-Granger, Granger...- se acercó y acaricio mi mejilla con su dedo pulgar-eres tan curiosa, eso... es bueno en una chica, pero en ti es... peligroso. Podrías destruir todo por lo que he trabajado- sonrió, pero la sonrisa a sus ojos no llegó.

-¿De qué hablas?- insistí

-¿Qué estás haciendo conmigo? Hermione. Muchas veces me pregunto por qué pasa todo esto ¿Qué estas buscando de mí? Dime que puedo darte. No creo merecer todo esto ¿qué está pasando?- susurró y en sus ojos pude notar dolor.

Luego hizo algo que heló mi sangre tan rápido como para dejarme inmóvil. Sacó su varita y apuntaba a mi garganta. Volvió a acariciarme. En su cara corría una lágrima. –Lo siento- susurró de nuevo.

De pronto, todo pasó muy rápido. Escuche un estruendo, vi una luz verde, luego un grito desgarrador. Abrí mis ojos por el asombro. Scott estaba tirado en el piso. No se movía.

-Granger- el profesor Snape corrió hasta donde yo estaba. –Granger, ¿está bien? ¿Le hizo daño?-

-¿Qué le hizo?- pregunte temblorosa

-Desmaius. Hechizo aturdidor. Me sorprende que no lo sepa Granger- dijo Snape

-¿Se pondrá bien?- volví a preguntar

-Sí.- me respondió mirando el cuerpo de Scott que yacía en el piso. –Vamos Granger, se pondrá bien. No tiene idea de con quien se estaba tratando. El tiene secretos, muchos secretos.-

Empezó a caminar, con el cuerpo de Scott elevado a centímetros del piso, siguiéndolo a donde este se dirigía. Snape, cuando vio que hacía caso omiso a sus palabras, se volvió en sus pasos y me tomó del brazo rudamente. –Ya, vamos. No tengo toda la noche. No entiendo que hacía a estas horas rondando por el castillo sin varita o protección alguna-

-¿Es malo?- ahora me dirigí totalmente hacia él. Lo mire a los ojos.-Scott, ¿es malo?- íbamos caminando los 2 con Scott a un lado, levitando.

-Srta. Granger, verá, usted se ha enfrentado a todo tipo de riesgos junto a sus amigos. Sigue viva justo por eso, estaba con Potter y Weasley. Con el niño que vivió y el hijo de uno de los mejores del Ministerio de magia. Ahora Weasley está lejos y Potter estudiando, no podrán venir a salvarla todo el tiempo que usted esté en peligro. Si valora su vida, por favor, aléjese de Parnel- lo miré anonadada- Granger, no seré su salvador- terminó su frase.

-¿Qué hace?- pregunté

-La pregunta sería, "¿Quién es?" Granger- me dejó en la entrada de la torre de Gryffindor – recuerde la historia de Tom Riddle. Si no vigilamos a Parnel, puede que vuelva a repetirse la historia y no sé si esta vez, habrá un niño que viva. – Señaló con la cabeza a la dama gorda- Entre, mañana hablaré con usted. Le ha dado a Parnel demasiada información-

Entré. La sala común estaba vacía. Vacía como me sentía yo en ese momento.


Continuará...


Irrevocable sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora