Capítulo XI: AAS (Academia de Auroría Solem)

143 9 3
                                    


HARRY:

Estaba en un oscuro túnel que parecía no tener fin. Hacia la derecha, grabado en las paredes, símbolos de magia oscura tan fuertemente tatuados que se sentía la opresión de la maldad tratando de influenciar en mí como una fuerza sobrenatural que quería cambiar mi sentidos, mi lealtad, hacia la izquierda una húmeda pared estaba llena de moho verdoso que emanaba un fuerte olor putrefacto que casi dejaba sin aire, abajo en el piso restos de cadáveres crujían bajo mi peso con cada paso y en el techo gotas de agua negruzca caían haciendo eco en el silencioso y amplio espacio, de pronto, todo se volvió de una oscuridad más profunda y llevadera que parecía consumirte y sacarte todas las fuerzas, pero yo sabía lo que tenía que hacer... oía en mi mente el grito desgarrador de mi madre, la fría risa de Voldemort y mi padre gritando que se largara, también pude sentir la respiración lenta, pausada que exigía toda la felicidad que había en mi.

-Tómame a mi... tómame a mí en lugar de Harry- lloraba Lily

-Cállate estúpida- un risa fría y escalofriante escapó de sus labios

-No por favor... no le hagas daño a Harry, a él no...-

-¡EXPECTO PATRONUM!- una luz blanca cegadora de un animal corpóreo con forma de ciervo salió trotando desde mi varita, espantando alrededor de 5 dementores encapuchados con sus manos viscosas y haciéndolos retroceder y desaparecer de inmediato. Instantáneamente el túnel quedo oscuro de nuevo pero con un tibio calor que no había sentido antes. -Homenun revelio- susurré, pero aparentemente allí no había nadie, todavía. Caminé unos metros más, con la varita levantada y una luz pequeña en la punta, solo para ver por dónde iba. Cuando llegué a lo que pensaba que era el final de túnel, había una pequeña laguna con la misma agua negra que caía del techo, pero en ella, había inferís, sin querer pisé parte del agua y aquellos cuerpos muertos se empezaron a levantar con sorprendente rapidez y trataban de llevarme hacia el fondo de aquella profunda laguna por la fuerza, pero fui más rápido y con un suave movimiento de varita, dije- Incendio- ellos se alejaron con un espantoso ruido, pero me dejaron la vía libre para seguir, aunque había un problema... seguramente si pisaba el agua de nuevo ellos volverían pero no había absolutamente nada con que cruzar. ¡PIENSA HARRY, PIENSA!- Lapifors- pequeños conejos blancos, marrones y negros comenzaron a salir mojados y friolentos de la negruzca agua. Los inferí se habían convertido en conejos. Sonreí triunfante. Toqué el agua con un pie y nada salió de allí, me dije a mi mismo que era seguro. Me sumergí completamente y el frio me cubría por completo y hacia doler como miles de agujas clavadas en todo el cuerpo, sentía mi conciencia dormirse y entonces algo grueso me agarro de las piernas y los brazos queriéndome dejar inmóvil- Lumos Máxima- dije pero lo único que salieron fueron burbujas, entonces, recordé la clase de defensa contra las artes oscuras: hechizos no verbales. "Lumos máxima, lumos máxima, lumos máxima" pensé fervientemente, y sucedió. Una luz se encendió y gire mi mano lo suficiente para ver qué era lo que me ataba. El aire ya casi no existía. ¡Lazo del diablo! La planta que Hermione me había enseñado a repeler en primero... "Lumos solem" pensé y una luz anaranjada como la del sol salió de mi varita, atacando a diestra y siniestra a la planta maldita, mientras yo nadaba hacia la superficie en busca de aire. Cuando mi cabeza salió del agua, sentí un ardiente alivio que me hizo toser y caer casi rendido al otro lado de la laguna... había podido pasar. Pero entonces, de nuevo, escuche la sonora respiración y sentí el frio sucumbir en mi y supe que eran nuevamente dementores, pero... no, no podía ser. - Riddikulus- los dementores, de pronto, tenían puesto en vez de su horrenda capa un vestido rojo de lentejuelas brillante. El boggart se hizo una voluta de humo. De pronto, rayos de luz verdes intentaban atacarme -PROTEGO TOTALUM- la burbuja protectora se formo alrededor de mi justo a tiempo cuando alrededor de 10 mortífagos me rodeaban desde todos los ángulos, intentaban atacarme pero mi protección era fuerte. Un haz de rayo rojo intento paso mi barrera pero pude evitarlo- REPELO INIMICUM-

-Desmaius-

-Crucio-

-Obscuro-

-Avada Kedavra-

-Oppugno-

Ví mi posibilidad. -Orbis...- un mágico torbellino apareció llevándose a todos los mortífagos, haciéndolos desaparecer.

Una sirena y luces rojas me rodearon... el entrenamiento, por hoy, había terminado. -Increíble Potter... el mejor tiempo. Excelente- dijo mi entrenador. Mire a mi alrededor, algunos aurores se sacaban las máscaras del disfraz de mortífagos y saludaban sonrientes para donde yo estaba, otros, levantaron el pulgar. -Tendrías que empezar a utilizar maldiciones imperdonables Harry-

-Entrenador, quisiera hablar con usted de algo...- la sonrisa de David Morris, el jefe de aurores y mi entrenador personal, era esplendida sin embargo pude notar que al decir eso se tensó en las comisuras.

-Claro, Harry... pero caminemos, me molesta estar quieto- me tomo por los hombros como un padre a su hijo y caminamos tranquilamente por uno de los tantos pasillos de la AAS (Academia de Auroría Solem).- me miró de soslayo y aunque guardó silencio, yo sabía que se moría de ansias por saber que era lo que tenía que decir... No siempre cruzaba más de dos palabras con él.

Tomé aire y, con un temor que no sabía que tenía, lo enfrenté:- Quiero dejar de estudiar Auroria para volver a Hogwarts.-

Sus ojos se abrieron con asombro y esperé gritos y reclamos, pero jamás esa escueta respuesta- Bien Harry... eres el mejor, estoy seguro que lo sabes.- su ceño se frunció- y no me gustaría perderte; Claro que no, mi muchacho. Pero si debo dejarte partir, eso haré. Después de todo, nosotros te debemos más que tu a nosotros.-

Ahora fue mi turno de fruncir el ceño- No creo que yo le deba nada a nadie, entrenador. De todos modos, no es una petición, solo le estoy avisando.- asintió con ánimo pero luego su rostro se ensombreció mucho. - ¿Por eso Weasley quiere abandonar también?- abrí mi boca sin emitir sonido. Eso realmente no lo esperaba

-¿Ron está por dejar?- pregunté estúpidamente

-Oh... sí. No sabía que usted no lo sabía. Supongo que habrá querido darles una sorpresa...-

Sí, vaya sorpresa.

-De todos modos-continuó Morris- Sabía que iba a hacerlo en algún momento... De todos modos, Harry, te esperamos a ti, y al señor Weasley por supuesto, para cuando quieran regresar-

-Solo será un año- aclaró Harry, después de todo, una punzada de culpa se le cruzó

-Lo sé.-sonrió sin fingimiento

-¡Podrías habérmelo dicho!- gritó Hermione, pero inmediatamente se abrasó sobre Ron que, parado al frente de la chimenea de McGonagall, sonreía de manera traviesa. Ver a sus amigos así le hizo darse cuenta de cuánto los habia extrañado. También se fijó en Snape que parado en la sombra parecía aburrirle la situación, sin embargo él lo conocía demasiado bien como para ignorar aquella arruga de disgusto en su cara. Todo esto le molestaba y mucho.

Serían días de escuela larguísimos... y deseé golpearme al recordar que tendría que volver a cursar Pociones con Snape.


Continuará...


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 10, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Irrevocable sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora