Capítulo V: Scott

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Severus:

Ese día me levanté temprano. Tenía una sensación que no podía sacarme, sabía que vería a Granger más tiempo de lo normal y eso me ponía nervioso, muy nervioso.

Inconscientemente me encontré arreglándome más de la cuenta... ¡PERO POR LAS BARBAS DE MERLÍN SEVERUS, SOLO ES UNA ALUMNA MÁS!, pero ¿realmente era Hermione una alumna más? Sí, definitivamente era una alumna. Traté de asegurarme ese pensamiento antes de ir a mi encuentro con ella... "Hermione era una alumna más"...

***

Me encontraba en las mazmorras, corrigiendo algunas pociones mal hechas de los alumnos de 2do. Me reí muy alto cuando encontré una que, supuestamente, era de amor... pero tenía todo lo que tendría algo para matar a 5 dragones juntos. Me tente tanto que no podía parar de reír, sinceramente, no sabía qué era lo que me pasaba.

Hermione:

Estaba a punto de tocar la puerta del salón de pociones, cuando, escuche una risa algo fría y escandalosa, pero sin dudas algunas, severamente contagiosa. Me empecé a reír por esa risa tan singular, un grave ataque de risa, supongo, porque en cuanto estaba apoyada en la pared para sostenerme de no caerme, el Profesor Snape apareció con una gran sonrisa. Inmediatamente yo dejé de reírme y me puse derecha

-Profesor- dije algo escandalosa por haberme encontrado así

-Granger- dijo él. De repente empecé a reírme fuertemente. La voz del profesor estaba algo... cambiada. Su voz era voz más rasposa y aguda. Entonces supe que era él quien reía. -¿De qué ríe Srta. Granger?-

Cuando escuché eso, solté una carcajada mucho más alta. Lo miré de reojo y pude notar una pequeña sonrisa. Me apoyé con la espalda en la pared y me senté en el piso, sin dejar de reírme.

Severus:

Se sentó en el piso, con la espalda apoyada en la pared, reía sin parar. En otro año hubiera pensado que su risa era un asqueroso estruendo parecido a un rayo muy fuerte, pero ahora veía claramente que era mentira. Su risa era contagiosa, pegadiza y perfecta, mostraba sus blancos dientes y cerraba los ojos, apretaba fuertemente sus libros contra su pecho y agachaba la cabeza para reír nuevamente. Era hermosa.

Iba a castigarla por tal falta de respeto, ¿pero a que me refería? Amaba verla así. No podía castigarla ahora, ella me gusta demasiado. Ahí lo he dicho. Pero no lo diré otra vez.

Hermione:

-Granger- repitió fríamente el profesor. Su voz seguía siendo muy chistosa, reí nuevamente. –Granger, ¡por Merlín! ¿Qué le pasa?-

-Yo...- mi voz se cortaba, me faltaba el aire porque no dejaba reírme- yo...-JAJAJA- Lo... lo siento, pro...profesor- aunque tratara de calmarme no detenía aquel ataque tan singular.

-Vamos levántese niña- seguía sentada en el piso. No podía moverme. El profesor al ver que hacia oídos sordos a su petición, hizo algo que calmó mi risa, por un momento.- Mire Granger lo que tengo que hacer por usted, para que me haga caso y no tenga que castigarla- Snape me había levantado entre sus brazos, me llevaba cargada y yo tenía mis manos alrededor de su cuello. Lo mire con ternura y acaricié su mejilla, él tembló levemente con mi contacto, luego, volví a reírme. – Dios Granger, no entiendo que es lo que le sucede-

Me llevó cargando hasta el salón y luego me dejo sentada sobre su escritorio. De pronto el profesor se alejo rápidamente de mi y alzó las cejas, tenía la cara de sorprendido. -¡CLARO, LA POCION DE AMOR DE LA SEÑORITA NOUGHES!- habló más para él que otra cosa.

Irrevocable sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora