Capítulo 2

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La noche de Luna llena tenía su aspecto fúnebre con aquella niebla densa, tan densa que no se podía ver muy lejos.
Era una noche diferente, una noche siniestra y con olor a muerte.

La gente solía empezar a abandonar las calles al rededor de las 10 de la noche por temor de que los asaltaran, mataran o... o algo peor, pero ¿que puede ser peor que morir?

Ya pasada la media noche, una chica caminaba normalmente por las calles,de la ciudad.

Era una joven que notaba unos 25 años, llevaba, como siempre, un vestido negro por encima de las rodillas con unas mallas negras, su cabello era rojo, chino y corto, unos labios rojos y unos ojos contornados de negro, le daban una imagen de una mujer, no sólo sexy, sino también peligrosa y agresiva, y su imagen expresaba lo que era sin equivocarse.

Caminaba al frente con la vista firme, cuando 5 hombres empezaron a seguirla.

-Hola muñeca, ¿Que haces a estas horas tan sola?
Dijo uno de ellos.
-Es muy peligroso, ¿No quieres compañía?
Dijo el segundo que se situó a la derecha de ella mientras 3 iban de tras y otro de ellos llegaba por la izquierda.
-Largo de aquí estorbos.
Dijo ella tajantemente.
-Tranquila, mi amor. Sólo queremos acompañarte y tal vez jugar un poco.
Los cinco dieron una risa burlona. Pero la joven siguió caminando hasta que el más grande y alto de ellos se le puso en frente.
Ella no desvió la mirada.
-No tengo hambre ahora, así que largo o tendré que acabar con ustedes.
Los cinco dieron una gran carcajada. Y los dos que estaban a los lados la tomaron por los brazos.

La joven se detuvo al fin, y los 5 sujetos volvieron a reír.

-Te va a gustar, serás la tercera este día.
Dijo el de la derecha.
-¿Como te llamas, mi amor?

Ella los vio, y su rostro se contrajo de una manera que expresaba un gran odio.

-Así que son ¿violadores?
Preguntó ella.
-Si lo quieres ver así, si, eso somos.
Dijo uno de los que estaban detrás.

Hubo silencio unos segundos.
-Entonces...  dicen ustedes que seré la tercera hoy...  ¿Ah?
Dijo ella con tono de odio en su voz.
-Si, y puede que después busquemos otra.

Ella miraba el suelo mientras sus puños se cerraban.

-No creo que logren ir por otra...
Dijo ella muy seria.
-Jajaja, ¿Por qué lo dices? ¿Crees que tu nos llenarás?

Ella los vio y con un tono tranquilo dijo:
- No, no es eso.
Espero un poco antes de continuar,  y su rostro dibujó una siniestra sonrisa.
-Odio a los violadores,  y yo... Los mataré de la peor manera que se puedan imaginar y haré que paguen por cada mujer a la que han tocado.
Y para que lo tengan en conocimiento.

Sus grandes y filosos colmillos se dejaron ver.

-Soy el peor ser con el que pudieron meterse, y les diré mi nombre antes de dedicarles la peor muerte de la que esta ciudad tenga recuerdo.
Mi nombre...  Mi nombre es ¡MADDY!

El Terror Del Génesis PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora