Capítulo 5

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Un hombre yacía postrado en una camilla de un hospital, había estado a punto de morir pero los médicos hicieron lo posible para salvarlo, sólo que, había quedado en coma. Según un estudio médico, una extraña toxina estaba en su organismo y no pudieron combatirla. Habían usado todos los antibióticos y ninguno lo logró.
Carlos tenía ya dos semanas de haber sido atacado, en sus sueños podía recordar a su agresor con toda claridad y nitidez.
Recordaba a aquel vampiro cuyo aspecto era atemorizante y sin duda alguna, era traumático.
Recordó lo último que le dijo el vampiro.

"-Nunca nadie había sido tan valiente como para luchar conmigo. Todos sabían que iban a caer ante mi pero, ninguno había luchado por su vida. Te ganaste mi respeto. Por eso te dejé vivir. Aunque ahora todo depende del mundo si vives o no. Espero tengas tanta suerte porque no te queda mucho tiempo."

Al terminar ese recuerdo de la voz de aquel que casi lo asesina, sus ojos se abrieron de una forma en la que expresaban su temor y su odio al mismo tiempo.
No sabía por que el inmortal lo había atacado, pero lo conocía, lo estaba cazando para en algún momento realizar su cometido.
Pero algo había pasado, el vampiro le perdonó la vida. Tenia todo lo necesario para acabar con el y no lo hizo. Era algo que lo desconcertaba.
Escuchó un ruido en la ventana situada a su derecha, pero al voltear y no ver nada, volvió para tratar de recuperarse después de dos semanas en coma, un tiempo corto pero es como si hubiera estado dormido y se le hizo una eternidad.
Volvió a escuchar el ruido de la ventana y volteo para tratar de ver algo, era de noche y no pudo identif... ¡Había algo! Una sombra que se desplazó increíblemente rápido.
Escucho la puerta y al voltear no pudo creer lo que veía.
Un sujeto con una gabardina negra, y los ojos... ¡LOS OJOS COLOR PÚRPURA!

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El detective Damián seguía investigando los ataques y el homicidio de los cinco hombres que habían sido masacrados.
Estaba frustrado, no había encontrado mucho y eso le molestaba.
Era el mejor detective de la ciudad y nunca había fallado, estaba decidido a no hacerlo tampoco está vez.
Primero, no era posible que una mujer atacara en dos puntos distintos, lados opuestos de la ciudad y en casi la misma hora, era improbable. Debían ser dos casos distintos, pero algunos insistían que era el mismo y que fue un grupo de asesinos los que causaron aquellos ataques.
Pero la mordida en el cuello del señor Carlos daba que pensar, podría haber sido algún animal, pero en los estudios no coincidía nada, sólo tenía en su cuerpo esa extraña toxina, que no era perjudicial, al contrario, según los médicos, gracias a ella, la herida de la mordida sano en cuestión de horas, algo que si era imposible.
Sólo había una manera de averiguarlo... Interrogando al señor Carlos.
Pero eso no se podía por ahora, estaba en coma y no sabían cuando iba a despertar. Todo era realmente complicado. Además, investigando se enteró que Carlos había asesinado a su esposa y a su mejor amigo, al parecer habían cometido adulterio y eso no lo soporto, lo despidieron y golpeó a un hombre.
Definitivamente, no fue su día.
Decidió ir al hospital para ver si había algún avance en Carlos y poder interrogarlo. Suponia que sabía lo que en realidad había atacado a ese pobre hombre, pero no queria especular. Durante años vió cosas que no se podrian explicar a la gente normal. Todo giraba en torno a unas criaturas que para la gente común, eran solo historias de terror, pero habian muchas situaciones, el mismo ser que atacó en un punto no podria hacerlo en otro tan lejano, a pesar de sus habilidades, y no es que hubiesen tantos como para asegurar que fueron 2 o más,

Todo era complicado y tenia que seguir con cautela, no querria hacer que ese ser escapara. Tenia su espada lista para cuando lo encontrara... si es que se debia a ello.

Tenía muchas dudas que aclarar. 

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-¿Q...Que quieres de mi?
Balbuceó Carlos mientras el miedo se apoderaba de el y su corazón latía frenéticamente.
-Tranquilo.
Dijo el vampiro muy serio.
-¿Vienes a terminar lo que empezaste? ¡Hazlo ya maldita sea!
-No vengo a matarte. Vengo a pedirte que te unas a mi.
-¿Que? De que diablos hablas. Casi me matas.
-Te equivocas, te introduje el virus que te da la inmortalidad, éstas mejor que nunca. A menos que salgas a la luz del sol, en ese caso te harás polvo.
-¿Q...Que? ¿Soy un vampiro?
-No exactamente, tienes el virus, pero aún no lo eres del todo, si bebes sangre humana lo harás, ahora eres algo que se puede considerar cómo «superhumano» no puedes enfermar, tus heridas sanaran rápidamente, eres más fuerte, entre otras cosas que me aburre decir. Ya te dije a lo que vine y quiero que tomes una decisión.
-¿Y si no acepto?
-Me marcharé, el virus durará tan sólo 72 horas. Después morirá y perderás todos los beneficios. Te estoy dando la inmortalidad y un poder que jamás imaginaste.
-¿Por qué yo?
-Porque eres listo, y te considero especial, tu vida nunca fue muy feliz, además de que necesito de tu capacidad.
-¿Me necesitas? ¿Para que?
- Dime si lo aceptas.
-En poco tiempo un detective vendrá a interrogarte, además que supongo te preguntará sobre tu esposa y tu mejor amigo.
-No era mi amigo, así que callate.
-Yo soy quien manda, nadie más, ¿Me oyes? Nunca vuelvas a callarme.
Carlos sintió la mirada del vampiro y se escogió de hombros.
-Así me gusta. Dime ahora que es lo que decides.
-Yo... Y ¿que pasará con mis delitos?
- Tengo un plan para eso. Ahora dime si aceptas o no. Y date prisa porque soy capaz de arrancarte la piel por haberme hecho enojar.

El Terror Del Génesis PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora