Capítulo 11

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-Dime la verdad ¿Por que quieres que yo te ayude con esto?
-Tengo mis motivos-Dijo muy calmado.
-Pero no lo entiendo, hace unos días casi me aniquilas; supongo que, debe haber alguna razón verdaderamente fuerte.
-Puede ser, Carlos. La haya o no, es cosa mía.

El Cuervo mantenía su semblante serio y despreocupado, sin ocultar su aspecto pensativo.

-Sé que planeas algo, y sería bueno que me lo contarás para saber en lo que estoy metido.
-Si fuera necesario que lo supieras, no te lo diría de cualquier modo, ya te dije que es cosa mía.
-Por lo visto no obtendre ninguna información-Dijo resignado.

Carlos observó a su alrededor, contempló la gran mansión donde se encontraba. Su curiosidad aumento.

-¿Donde estamos?
El Cuervo lo observó y respondió con cierta irritación que se podía percibir en sus ojos púrpura que centraron su visión en los ojos curiosos de Carlos.
-¿No es evidente? Estamos en mi casa, lo ha sido desde hace casi mil años.
-¡¿Mil años?!
-No te alteres, mi edad supera un milenio,
-Es increíble, realmente eres inmortal, y ahora lo soy también.

El Cuervo lo miro con irritación, decidió ya no hacerle mucho caso, centrarse en el entrenamiento.

-Debemos seguir con esto o jamás lograrás tu conocimiento.
-Muy bien- Dijo resignado.

El Cuervo se alejó unos pasos de Carlos, se dirigió a una caja rectangular de donde sacó una gran espada plateada con un mango negro de cuero.
Carlos vio el arma con mucho interés y asombro, la admiró detenidamente.
-Esta espada-dijo el Cuervo- es un arma muy poderosa, no es como la de los humanos que está hecha sólo de metal, está es una espada de vampiro.
-¿Cuál es la diferencia?
-La espada de vampiro, tiene honor a su nombre, son forjadas con plata, hierro, oro y un metal que los humanos aún no descubren pero nosotros si, se llama Venurio. Además, se utilizan cenizas y sangre de vampiro.
-Increíble-Dijo Carlos asombrado-nunca creí ver una cosa como esta, es magnífica.
-Es tuya-El cuervo le extendió la espada- debes aprender a usarla como un verdadero guerrero, debes ser digno de ella.
-Entiendo, empezaremos ahora-dijo Carlos con determinación.

-Si así lo quieres, me parece perfecto. Empecemos.

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Álvaro caminaba lento y con mucha cautela, estaba ya en la primer entrada de la Gran Mansión y sabía que necesitaba estar calmado y seguro de si mismo para entrar y lograr con éxito su objetivo.

Caminaba con cuidado pero muy firme, llevaba una estaca de madera en una mano y con la otra un rosario y agua bendita.

Con su pantalón de mezclilla azul y una chaqueta de cuero negra, una camiseta blanca y unas botas vaqueras andaba sin vacilar ni detenerse, sabía que no se iba a enfrentar a cualquiera, su nuevo enemigo era un vampiro solitario pero de los mas fuertes que había escuchado o conocido.

El vampiro de ojos púrpura, popular entre muchos y temido por más.

Siguió avanzando y se asomó por la ventana que daba a lo que antes solía ser una sala. El lugar estaba iluminado con algunas velas.

Al girar la cabeza, vio a un hombre de una gabardina negra entregando una espada a otro, después vio que intercambiaron algunas palabras y en menos de un segundo ya se batian en un duelo con espadas plateadas que deslumbraban al chocar.

Álvaro observó sorprendido, vio como ese hombre luchaba con quien ya suponía que era.
¡El Cuervo iba a matar a otro pobre hombre si no se apresuraba!

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Lothar corría lo más rápido posible, necesitaba alcanzar a Álvaro antes de que El Cuervo lo encontrara y asesinara, podría ser muy estúpido, pero le agradaba mucho y se habían hecho muy buenos amigos desde hace ya varios años.

Faltaban dos cuadras para llegar, lograba ver ya la Gran Mansión y seguro que Álvaro ya había entrado.
Escucho una voz que lo llamó, no pudo evitar detenerse ante el encanto de aquella voz que reconoció al instante.
-Creí tardaría un poco más para verte-Dijo de espaldas.
-¿No te alegras de verme?
-Claro que si Claire-dijo dándose la vuelta-pero ahora no es un buen momento, mi amigo ha entrado y El Cuervo está ahí y...
-Lo sé, no te agobies, lo vi entrar, decidí esperarte y poder vencer a ese vampiro, tal vez Maddy salga ante la amenaza de su gran amor.
-Esperemos que lo haga, sería ideal acabar con ellos de una vez por todas.
-Demonos prisa, debemos salvar a tu amigo.

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Había sangre por todos lados y la lucha aún no terminaba, Frost seguía en pie pero estaba herido. Maddy no estaba muy diferente, pero en comparación, Frost la había lastimado más.

-Parece que no te quedan más fuerzas.-dijo Frost con un tono confiado.
-Habla hasta que deje de respirar, mis fuerzas aún no terminan, tu por otro lado, estas agotado y no falta mucho para que llegues al límite.

Esas palabras lograron extinguir la sonrisa de Frost.

-No pienses que ya estoy derrotado, porque ahora empieza el el fin de tu existencia.

Se lanzó contra Maddy en un veloz y feroz movimiento que no la sorprendieron, sino que ya lo esperaba y lo frenó en seco con un gran golpe en el rostro y otro en el estómago que lo dejaron sin aliento.

-Ya estoy harta de ti, Frost.
-Maldita...-dijo tocando su estómago, en el suelo.
-Deja de quejarte, estoy dispuesta a terminar con tu asquerosa existencia.

La gran mole yacía en el suelo con lo que parecía ser, su última batalla, su segunda y última derrota.

-No creí que fueras tan estúpido como para volver a buscarme.
-Yo sólo cumplía órdenes, me pidieron dejarte con vida-Dijo Frost con la voz quebrada.
-Así que alguien va tras de mi-Lo dijo más para si misma-Ya veo, ¿ahora con quien estás? Tú anterior clan fue erradicado.
-N-no puedo decirlo. Pero estoy dispuesto a unirme a ti.
-¿Bromeas cierto?- dijo Maddy con una sonrisa- Te regresaré con tu dueño, debe estar preocupado por ti.

Frost la vio con terror.
-Oh ¿Que tienes hambre? Tengo una idea.

Maddy empuñó su espada y dejó caer su filo sobre el indefenso tanque musculoso.

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-Señor.-Dijo el Guardia.
-¿Que demonios pasa?
-Es Frost.
-Excelente, ha vuelto y seguro ha cumplido con su misión-revisó su reloj-en tan sólo un par de horas.

El Guardia tragó saliva y dudó.

-Señor, ocurrió un problema.
-Trae a Frost ante mi.

El Guardia salió deprisa y en poco tiempo, una gran mole de músculos con un parche en su ojo izquierdo, sin brazos, lleno de sangre. En su mandíbula había una mayor concentración del fluido rojo.

-¡Frost! ¿Que demonios te ocurrió?

Frost cayó ahí mismo y agonizaba, en su espalda había un mensaje.

"Tú guerrero quería lastimarme por tus órdenes, durante la batalla le dio hambre y para saciar ese apetito, le di sus brazos.
Ahora, te buscaré y te daré un trato mucho mejor que al de tu lamebotas.
Con cariño, MADDY."

El miedo se apoderó de Adrián, sus ojos se abrieron al máximo y un nudo en la garganta acompañado de un temblor y un escalofrío lo invadieron por completo.

-A-Avisen urgente a Rylan que Maddy está tras nosotros.

El Guardia tembló aún más al escuchar esto pero salió deprisa.

El Terror Del Génesis PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora