Capítulo 4

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Lothar era un sujeto muy raro pero leal, tenía el cabello negro y alborotado, unos pantalones negros y una camiseta de una banda muy famosa y reconocida, en su tiempo, Black Sabbath.
Era alguien que expresaba sus ideas sin un atisbo de vergüenza, podía decir cualquier cosa que estuviera en su mente sin preocuparle si estaba bien visto o no. Lograba sacar a la mayoría que conocía de sus cabales, pero eso no lo detenía.

Se la pasaba buscando formas de ser cada día más fuerte, y no era algo que se le diera mucho.
Aunque tenía una espléndida habilidad con las espadas y le gustaba luchar y al matar a su oponente, guardaba un poco de la sangre que resbalaba de su espada en pequeños sobres de plástico donde a cada uno le ponía la fecha, el número de víctima y el nombre para poder recordar su batalla.
Decía que cada rival era especial, y que se merecía un tributo digno de ser memorado.

Lothar se encontraba en lo que consideraba su santuario, el lugar donde les brindaba homenaje a esos rivales, los cuales durante mucho tiempo iba derrotando, las peleas siempre eran a muerte.
Al ya ser un experto, no sólo en la lucha, sino también con su espada, una gran y afilada espada negra con inscripciones de símbolos, se decía que esa espada era legendaria, que tenía un gran poder, pero Lothar decía que todo dependía del guerrero.

Tenía ideologías honorables y justas, pero había a quien no perdonaba, unos seres a los que la mayoría de la gente les tendría un miedo profundo, pero Lothar, se enfrentaba a ellos en cuanto los detectaba. Los vampiros.
Lothar no era un ser humano cualquiera, tenia una fuerza inmensa y combinado con su inseparable amiga, su espada, formaban un equipo mortífero y temible.
Habían clanes de vampiros los cuales lo conocían, muchos de ellos, lo tenían en el primer lugar de su lista negra.

El último en caer en sus manos fue el hijo de un vampiro muy conocido, que era dueño de una gran empresa y que para esconder su condición, de su oficina no salía hasta caer la noche. Era como lograba esconder lo que era en realidad.
Pero a Lothar no le importaba, sólo quería exterminar a ese gran peligro para los seres humanos.
En lo más reciente que se había informado, había uno o dos vampiros que habían atacado el mismo día.
En el primero, no hubo algo que dijera si fue alguien en específico, sólo por la mordida del cuello en la víctima, se supo que había atacado al pobre hombre. Pero en el segundo, cinco supuestos violadores tuvieron un final atroz y sumamente cruel, además de único, al parecer quien los asesinó fue una mujer, una inmortal, una vampiresa.
No le importó esconder su nombre, el cual era Maddy.

Lothar pensaba en eso y planeaba como encontrarla para acabar con la terrible amenaza, ya que al parecer, era el más terrible y cruel del que se había enterado que existía.
Pero no tenia miedo, o no dejaba que lo dominara, su cuenta era larga y tenia una experiencia muy amplia.
Decidió salir de su Santuario, se dirigió a la puerta la cual hizo un sonido chirriante al abrirla.
Los rayos del sol bañaron su cabello negro y el calor le hizo sentir que estaba vivo.
Decidió aprovechar la hora del día, que al parecer, eran al rededor de las ocho de la mañana, y decidió ir a un parque, o por lo menos él así lo consideraba.
Era un lugar con árboles secos, con un estilo lúgubre pero que al centro, justo en el centro había un gran árbol verde con pasto a su alrededor, creaba un círculo perfecto. En ese lugar era donde le gustaba leer o meditar, pensar o planear sus movimientos, y le salía bastante bien.
Pero algo ocurrió... Alguien estaba ahí, alguien había encontrado ese lugar del mismo modo que Lothar.
Era una mujer, era una chica delgada, de cabello negro, vestía de un estilo gótico, un vestido negro largo, de la cintura para arriba estallado y abajo casi igual, pero en la parte de la pierna derecha estaba partido. Justo en esa parte tenía un cuchillo o una espada pequeña, del tamaño de su pierna, eso formaba un estilo gótico único y oscuro como peligroso, lo cual eso fue una de las tantas cosas que lo cautivo,
Nunca antes le había pasado eso, se estremeció cuando aquel rostro perfecto le dedicó una mirada, con sus ojos negros... Completamente negros.

Los segundos más eternos de su vida. Se dirigió hasta aquella hermosa mujer y noto que a su lado había una especie de vara, con unas líneas negras y que unían a otras dos varas en lados opuestos de la primera que llegaban un poco más a la mitad, eso podría ser un...
No logró pensar su idea al completo cuando aquella mujer se dirigió a él.

-Hola, si ya estás dispuesto a verme como idiota, creo podrías decidirte a hablarme, ¿no lo crees?

Lothar se quedó atónito, no había escuchado nunca hablar así a una mujer, tan directa en sus ideas.
Tras sobrepasar su momento de impresión.
-Eh... Lo siento... Yo...
-No eres muy bueno en esto, ¿verdad?
-No es eso, disculpa, es sólo que...
-Mi nombre es Claire, ¿Cuál es el tuyo?
-L-Lothar.
-No es un nombre muy común eh, me agrada.
-Eh... Gracias...

Lothar no podía dejar de ver a aquella mujer que le parecía tan perfecta.
-Que haces por aquí, Lothar.
-Es mi lugar favorito para pensar y analizar.
-Interesante, el mío también.
-¿Sobre qué vienes a pensar? Seguro que no es como hablar con una mujer, es evidente.
Lothar noto el tono burlesco y le agradó.
-No, pienso sobre la vampira que persi...
Se quedó corto con la frase al pensar que era estúpido al hablar sobre un ser que la gente tomaba como inexistente, con una mujer que acababa de conocer y seguro creería que estaba más que loco.
-Es broma, ¿Verdad?
-Ehh... Yo...
- Yo también cazo a un vampiro, atacó hace unos días en un callejón a un hombre que se encuentra en estado crítico. Lo he seguido por años, y estoy muy cerca.
Lothar no podía creer que la mujer de sus sueños hiciera lo mismo que él.
-¿Un vampiro? Yo sigo a una vampira, una mujer, si se le puede llamar así, creí ella había sido la atacante del callejón. Lo que si es una certeza son los cinco sujetos que asesinó y humilló. Su nombre es Maddy.
-Si, la conozco. Al que yo sigo, se llama El Cuervo.
-E...¿El Cuervo? ¿El Ángel De La Muerte?
-Si, el. ¿Lo conoces?
-Maddy y él asesinaron a mi familia al yo nacer.

El Terror Del Génesis PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora