Capítulo 10

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Álvaro era un cazavampiros con un estilo peculiar, pero nada efectivo.
Era un sujeto que creía en esas historias ridículas sobre los vampiros.
Siempre llevaba consigo un gran lienzo de ajo, agua "bendita" y otros artículos, tales como una cruz y esas cosas.
Se había enfrentado con algunos vampiros pero se burlaban de él y se iban por no desprestigiarse.
Álvaro creía que le tenían miedo y que sus métodos funcionaban, decía ser el mejor.
Tenia un ídolo, su nombre era Lothar y además de ser su fan, era un gran amigo suyo. Eso era un gran honor y representaba su mayor orgullo.
Álvaro era un mediocre que se hacía llamar el mejor cazavampiros, sólo por debajo de Lothar.

Se encontraba en la búsqueda de un vampiro en específico, había atacado a un pobre hombre y lo había dejado en coma.

Álvaro, con su inseparable confianza, caminaba muy firme.

Vestía un pantalón de mezclilla azul y una chaqueta de cuero negra, una camiseta blanca y unas botas vaqueras.

Su estilo no era para nada un icono de alguien que es fuerte o que es bueno en lo que hace. Su estilo, más bien, era una demostración de su patética vida y mediocre calidad de su "labor".

Sin embargo, Lothar lo apreciaba pues disfrutaba de su compañía, era de esos amigos raros que suelen hacerte sentir cómodo, de esos que son ocurrentes y te hacen reír. Aunque a veces sólo era desesperante.

Un par de horas antes, Álvaro quiso visitar a Lothar, pero su amigo no se encontraba ni en casa ni en su santuario.
Después de preguntar a uno que otro conocido, supo que Lorhar había ido a su "parque". Ese lugar extraño donde le gustaba estar sólo.
Así que, Álvaro decidió emprender una cacería. Tal y como él la llamaba.

Había emprendido una pequeña exploración en un bosque donde una mujer aseguraba haber visto a una gran bestia, si bien pudo equivocarse y tratarse de un vampiro, o sería otra cosa, pero no perdía nada en averiguar.
Lo que esperaba, era que fuese el vampiro que buscaba, eso le facilitaría el trabajo y matarlo o por lo menos espantarlo para que no volviera a matar.
Esos fueron sus pensamientos mientras seguía caminando.

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Sentía el latir de su corazón en su cabeza, nunca antes había sentido una jaqueca tan fuerte.
Había vuelto en si y Carlos estaba recostado en una cama.
-Mierda! Todo ha sido un estúpido sueño.
Se dijo a si mismo mientras se sentaba en la cama.
-No fue ningún sueño. Ocurrió realmente.
-Carlos reconoció esa voz y sus esperanzas de desvanecieron.
-Tranquilo.
Dijo el vampiro de ojos púrpura al ver en el rostro de Carlos lo que ocurría.
-No es tan malo, debemos matar para vivir, sí. Pero dime ¿Tan diferentes somos de los humanos? Ellos matan, muchas, la mayoría de las veces, por gusto, por decir que son mejores que cualquier otro ser que los rodea, incluyendo a su misma especie. Me agrada más us no formar parte y matar para sobrevivir. Yo vi la conquista de América, estuve en la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Guerra De Vietnam, etc. La raza humana sólo se matan entre ellos, así son, los vampiros, matamos por seguir vivos y sólo entre unos cuantos buscan matarse entre sí, pero no es su culpa, están contaminados con un virus en el que tuvieron contacto por mucho tiempo; se llama Humanismo.

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Lothar envainaba su espada, se preparaba para salir en busca de Maddy.
Claire lo había dejado cautivado, y el hecho de que buscara al Cuervo, era algo que le intrigaba y le provocaba preocuparse por ella.
Un sentimiento muy extraño había nacido en él y no se había percatado.
Pronto, vió una nota, era de Álvaro y decidió ignorarla.
«Han de ser otras de sus ocurrencias». Pensó.
Cambio su idea de salir en ese instante y decidió ducharse primero por si volvía a ver a Claire.

Le llevó más de una hora salir.
Volvió a ponerse su traje ligero de combate y volvió a ver la nota, está vez se dispuso a leerla.

Se escuchó un toque en la puerta y se dirigió a abrirla murmurando.
-Sabía que eran tus cosas raras, estoy muy ocupado, Alvar...
Abrió la puerta y fue interrumpido.

-Hola, Lothar.
Una delicada voz lo sorprendió.
-¡Camila!
Lothar se abalanzó sobre Camila quien lo esperaba con los brazos abiertos.
-¡Hace mucho que quería verte!
-¡Y yo a ti! Te extrañe mucho.

Varios minutos de abrazos y recuerdos de viejos amigos que no se habían visto, transcurrieron antes de que Lothar reaccionara.

-¡Maldita sea! Casi lo olvido. Esperame.

Camila sorprendida asintió y espero a Lothar quien llegó con una notable mueca de sorpresa y espanto.
-¿Que ocurre?
-Al...Álvaro.
-¿El que te seguía mucho?
-S...sí.
-¿Que pasa con él?
-Fué a combatir a...

El rostro de la chica de ojos cafés y cabello rizado no supo de lo que Lothar hablaba.

-Álvaro ha ido sólo a pelear contra un vampiro, y no cualquiera. Contra El Cuervo.

El rostro de Camila de ensombreció al instante.

-¡No lo puedo creer!
-Debemos ayudarlo. ¿Vienes?
-Por supuesto.
-Pues andando, debemos cobrar una venganza.

El Terror Del Génesis PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora