Capitulo 7

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Corrí, corrí, corrí, llegué al borde y...
Salté.
En ese momento fue como si se parara el tiempo. El peliverde gritó algo con una voz que demostraba horror y sorpresa. Se me escapaban las lagrimas sin querer y yo caía más rápido que ellas. Aun así, sonreí. Le sonreí a la muerte, que notaba más cerca que nunca, al mar, que me acogería en mis últimos momentos de vida.
Y el tiempo volvió a fluir. Yo caí al vacío y cuando llegué al agua fue como caer en el cemento. El mar estaba revuelto y la corriente tiraba de mi hacia el fondo. Mi aire empezaba a terminarse y no tenía fuerzas para nadar, aunque tampoco lo intentaba. Cerré los ojos y ya no escuchaba nada, no sentía el frío ni como ya no quedaba ni una pizca de aire en mis pulmones. Era una sensación extraña... Me estaba muriendo pero no sentía pánico o miedo, mas bien una especie de alivio y sensación de libertad. En ese estado de tranquilidad y calma absoluta apareció mi madre, o una imagen de ella. Creo que mi mente empezaba a fallar y creaba ilusiones agradables para no sufrir. Esa imagen de mi madre alargaba la mano hacia mi y me invitaba a irme con ella quien sabe donde, a una especie de cielo? Nunca lo sabré porqué la ilusión fue cortada, de repente, por la mitad y una mirada oscura y seria se fijó en mi. Es lo último que vi antes de que mi corazón se parase, por fin.

...

...

...


Un latido muy débil. Otro más. Y aún otro más, este un poco más fuerte. Una presión periódica en el pecho, seguida de algo en mi boca, para después volver a la presión en el pecho. Eso era lo que sentía. Así era morirse? Que raro. Cuando la presión terminaba, lo que me tocaba los labios era suave y caliente y también húmedo, como un beso.
Más latidos. Podía sentir cómo mi corazón arrancaba de nuevo. Sentía aire fresco, frío, intentar entrar en mis pulmones. Entonces desperté de golpe, tosiendo y expulsando el agua que impedía que mis pulmones pudieran coger aire. Me revolví en el suelo, haciéndome daño en las piernas y los brazos, pero casi no lo noté del frío que sentía. Tenía las extremidades entumecidas y los labios azules. Seguía tosiendo, intentando respirar. Alguien me sujetaba el pelo desde atrás, no podía ver quién era. Cuando el aire entró, me giré y pude ver los mismos ojos que había visto por última vez. Unos ojos que ahora parecían enfadados y preocupados. Observé su pelo, verde, y sus manos grandes pero nada torpes. No entendía nada. Acaso él también estaba muerto?
- Que mierda acabas de hacer, estúpida - dijo enfadado.
- Porqué estás aquí? - pregunté ignorando lo que había dicho - Acaso estás muerto?
- Qué demonios dices? - contestó - Yo no estoy muerto y tu tampoco.
- No es verdad! Yo... He saltado! Estoy muerta!
- Definitivamente eres idiota - dijo - Te he sacado del agua y te he reanimado. Acaso creías que iba a dejar que alguien muriera delante de mi?
- Has... Has saltado detrás de mi para sacarme? - dije sin poder creerlo.
- Sí - dijo secamente.
- Por qué? - pregunté - Por qué lo has hecho?
- Porqué si - dijo otra vez borde.

Piratas (One Piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora