- Levántate - dijo el peliverde.
Lo hice y él se levantó también. Me cogió del brazo con fuerza, haciéndome algo de daño, y empezó a caminar hacia un lado del pueblo que quedaba algo apartado.
- Dónde vamos? - me ignoró - Suéltame, me haces daño!
Aflojó un poco su agarre pero no me soltó y siguió caminando. Me iba mirando de vez en cuando de reojo y caminaba tan rápido que yo iba tropezando. Estuvimos un rato más así hasta que llegamos a un hotel. Me llevó a una habitación en la tercera planta y me tiró una toalla. Todo esto sin abrir la boca. Empecé a secarme el pelo y me quité los zapatos, los calcetines y los pantalones. La verdad es que nunca le había dado importancia a la desnudez, así que no me daba vergüenza. Me quité la camiseta y empecé a secarme el cuerpo. Vi que él se giraba de espaldas a mi y también se quitó su camiseta y los pantalones y también se secaba. Me envolví en la toalla y me senté en una silla de madera que había en la habitación.
- Como te llamas? - pregunté. Pasaron unos segundos hasta que me contestó.
- Zoro - dijo secamente.
- Solo Zoro? - pregunté algo mosqueada.
- Sí - contestó.
- Yo me llamo ___ - dije.
- No te he preguntado - dijo él.
Así termino la conversación. No quería hablar más con él así que me quedé sentada en la silla observando como terminaba de secarse con la toalla y se cubría con ella.
- Por qué hiciste eso? - preguntó de repente.
- Qué? - dije.
- Por qué saltaste?
- Ah... Supongo que no tengo ninguna razón para continuar aquí - dije.
- ... - estaba pensativo - Eso no es cierto. Seguro que hay algo o alguien.
- No - dije -. Mi madre murió y después mi padre me abandonó. He vivido sola desde entonces en mi antigua cabaña. No tengo familia, tampoco ningún amigo. Invertí casi todos mis ahorros en el Rose Blue y ahora está en el fondo del mar, con todo lo que me quedaba. Así que no, no hay ninguna razón por la que estar viva. Por eso salté.
Se quedó en silencio mirándome fijamente. Sentía como si pudiese ver en mi interior, era un poco intimidante pero no aparté la mirada.
- Por qué no vienes conmigo? - dijo de repente.
- Contigo? Adonde? - pregunté yo.
- Pertenezco a una tripulación pirata. El capitán es Luffy "Sombrero de paja". En realidad yo no me considero un pirata, solo voy viajando con ellos. Es entretenido y tengo la misión de proteger a mis compañeros. Mi sueño es convertirme en el mejor espadachín del mundo.
- Lo dices enserio? - dije.
- Eres idiota o te lo haces? Si te pregunto es por algo- dijo él.
- Ah... Vale, supongo que estaría bien ir- respondí ignorando su insulto.
- Vístete, nos vamos – me ordenó.
Le hice caso y él se vistió también. La ropa aún estaba un poco húmeda y fría pero no me importó demasiado. Cuando estuvimos listos nos fuimos. Él iba delante, guiándome,
y yo justo detrás de él, esta vez siguiéndole el ritmo perfectamente a pesar de que de vez en cuando aun tosía.
Me guió a través del bosque hasta una pequeña playa en la que estaba amarrado el barco pirata que una vez vi. Me iba poniendo nerviosa a medida que nos acercábamos al barco. Se acordarían de mi sus compañeros? Estarían enfadados por lo borde que fui la última vez? Me aceptarían?- Eh Zoro! Estábamos a punto de salir a buscarte, pensábamos que te habías perdido, como siempre - habló el de la nariz larga -. Oh! Es la chica de la otra isla!
- Se llama ____. Tengo que hablar con Luffy, ¿dónde está? - dijo Zoro.
- Creo que en el barco, comiendo.
- Como siempre. Gracias Usopp.
Zoro caminó hacia el barco y yo le seguía de cerca, seria. Subimos a bordo y fuimos hacia el camarote del capitán.
- Zoro has vuelto! - gritó el chico del sombrero de paja - Quién es ella?
- Se llama ____. Me preguntaba si te parecería bien que se uniera a nosotros. Para resumir, los del pueblo le han quemado su barco y no le queda nada - explicó cortamente Zoro.
- Claro! Por qué no? Además, así somos más para divertirnos! - contestó riendo.
- Gra-gracias! -dije yo sorprendida.
No podía estar más contenta. Me había aceptado sin siquiera tener en cuenta lo mal que les había hablado yo hace un tiempo. Le estaba muy agradecida.
Zoro y yo salimos fuera y me fue presentando a toda la tripulación.- Es genial que otra chica se una a nosotros! - dijo Nami - Sanji se pondrá contento jejeje
- Quién es Sanji? - pregunté yo.
-Nuestro cocinero. Hace una comida deliciosa pero es un poco pesado, ya verás por qué - dijo ella -. Por cierto! Lo siento mucho pero mi cuarto es muy pequeño y sólo cabe una cama.
- No pasa nada - dije yo - Dormiré donde sea, no te preocupes.
- Entonces no te importa dormir en el mismo cuarto que Zoro? Ahora mismo es el único lugar donde cabe una cama - me contó Nami.
- No me importa aunque no sé si él querrá - le miré.
- Tsk... Si no hay más remedio... - dijo él.
- Pues ya está, voy a prepararlo todo - dijo Nami y se fue.
La noche cayó y cenamos todos juntos. Me sentía un poco fuera de lugar entre tanta alegría y gritos. Pude ver que Zoro y Sanji se peleaban bastante y que Usopp siempre lo intentaba arreglar. Luffy estaba loco y comía de una manera increíble y Nami le regañaba todo el rato diciéndole que los demás también teníamos hambre. Yo comía callada observando a los demás.
Terminé de comer y me retiré para ir a dormir aunque me quedé un rato viendo el cielo oscuro y sintiendo la brisa del mar. Menudos cambios da la vida... Por la mañana no quería vivir y ahora tenia toda una tripulación como compañeros.
Empezaba a hacer frío así que fui hacia el cuarto que compartía con Zoro y me senté al lado de la ventana. Me entró el sueño y estaba muy cómoda así que me dormí allí mismo, en la silla.
No sé cuanto tiempo pasó pero me desperté cuando Zoro entró al cuarto.
Me levanté, me acerqué a él y le abracé por la espalda.
No sabía cómo agradecerle todo lo que había hecho por mi, no soy muy buena expresando mis sentimientos, así que esa me pareció la mejor manera de mostrarle cómo me sentía.
Él se quedó parado sin hacer nada. Le abracé más fuerte, apoyé mi cabeza en su hombro y estuvimos así unos segundos más.
- Gracias - susurré. Entonces le solté y, sin mirarle, me acosté en mi cama de espaldas a él y me dormí.
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Piratas (One Piece)
Fiksi Penggemar___, una chica abandonada por su padre y huérfana de madre vive sola en un pequeño pueblo de una isla. La vida dura que ha llevado desde pequeña la ha hecho fuerte y autosuficiente pero tambien desconfiada y fría ante los sentimientos que ella pueda...