Capítulo 5: Confusión y desconocimiento

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Rin seguía con sus dudas acerca del porque de la risa de sus amigos, ¿por qué será que reían tanto? Haruka no era de las personas que sonría muy seguido, una que otra pequeña sonrisa, pero estar riendo como lo estaba haciendo con Sousuke él no se lo esperaba, y no es que le molestase sino que quería saber porque se reían con tanta confianza, ya que no le quisieron decir. Los de pelo oscuro le ocultaban algo.

Se levantó temprano como siempre para prepararse para abrir el restaurante. Aunque se levantó temprano, se le hizo tarde y solo le dio tiempo para darse un baño y cambiarse, no desayunó. Al llegar a la instauración, abrió por la puerta principal, escuchó unos ruidos en la cocina y caminó hacia ella.

—No será que esté embrujado —susurró para sí mismo.

Al abrir la puerta se encontró a un chico más bajo que él preparando algo: Haru.

—Haru, ¿Cómo haces para entrar como si nada?

—Dejas la puerta que da hacia la cocina abierta.

—¿Eh? —Rin se dirigió hacia dicha puerta—. ¡Mierda!

—Debes de tener más cuidado.

—Sí sí, y ¿qué cocinas en mi cocina, eh? —dijo el de pelo bermejo sonriendo hambriento encimándose sobre Haru.

—Caballa con piña.

—¿Para desayunar, tú? Haz un plato para mí, no desayuné y no me queda opción —se quitó de encima y Haru se volteó directo a atisbarlo.

—¿Cómo que no desayunaste?

—Me levanté un poco tardé y solo me dio tiempo para bañarme —sonrió—. ¿Te preocupo?

—...Debes asegurarte de llegar bien comido y arreglado...

El pelirrojo soltó una risa, Haru sonaba como una madre preocupada por las acciones que toma su hijo antes de llegar a la escuela.

—¡Hah! Eso fue inusual, Haru. Me aseguraré de hacerlo de ahora en adelante ¿está bien? —se acercó a él nuevamente—. Aunque podrías hacerme el desayuno llegando aquí.

Haruka lo volteó sorprendido y con una mirada confusa.

—...Tal vez...

—¡Bien! Tendré algo bueno para desayunar todos los días, solo asegúrate de que no sea caballa todos los días.

Rin se alejó y dejó que Haru continuara. Haru estaba algo sorprendido. ¿Ahora le haría el desayuno a Rin todos los días?, no le molestaba en absoluto pero ¿de qué gustaría Rin para iniciar su día? Cada día se iba convirtiendo en un reto para Haru tratando de sorprender y satisfacer al pelirrojo. Una misión nueva añadida: Prepararle el desayuno.

Haru había terminado de cocinar, fue a donde Rin estaba sentado y le tendió el platillo al mismo tiempo sentándose en la silla frente a él en la misma mesa, desayunando juntos.

—¡Qué se aproveche! —dijo Rin juntando sus manos para después empezar a comer antes de que Haru diera el primer bocado.

Haru dudó un poco de su preparación, ¿y si había algo que a Rin no le gustara?

—No soy muy fan de la caballa, pero esto está delicioso —habló justo antes de introducir otro bocado en su boca.

Justo cuando Rin terminó de pronunciar esas palabras, a Haru le aparecieron estrellas en sus ojos, feliz por el comentario de su amigo. Así, el también tomó sus cubiertos y comenzó a comer en compañía de Rin, lo cual era bastante agradable para ambos. Haru podía ver como Rin, aunque comiera rápido, conservaba los modales en la mesa.

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