BROADWAY HERE I COME !

Castle on a cloud

Se me había hecho tarde en la casa de Mónica, la oscuridad y el frio ya había invadido las calles y la única luz que se veía eran las escasas lámparas que iluminaban la plaza donde se encontraba la casa.

Salí por la puerta trasera del jardín para coger un camino que según la madre de Mónica era más corto y que al estar más acobijado, pasaría menos frio. El camino era algo estrecho, rodaba las casas de la ciudad por sus patios traseros y tenía alguna que otra salida a las calles principales. Cogí la tercera salida que vi, prefería pasar un poco más de frio, aunque corriese el peligro de que me afectase a la garganta, pero no quería perderme. En estos momentos te das cuenta de lo poco que conoces tu ciudad y que uno debería salir más de casa.

Llegue a casa no mucho más tarde de lo que salí de casa de Mónica, pero mi familia ya estaba sentada en la zona del comedor como preparándose para cenar. La casa olía a sopa de pollo y a cané guisada. Hoy debería de ser un día importante, porque es muy raro que mi madre haga comidas tan complicadas por nada y menos de noche. Yo no tenía hambre todavía y prefería irme un rato a la habitación y ponerme algo más cómodo.

Cuando entre en la habitación lo primero que vino a mis ojos fue el cartel de El Fantasma de la Opera, un escalofrió me recorrió toda la espalda y mis nervios volvieron a tensarse. Deje mis cosas en la silla y me saque la chaqueta, me senté un rato en el borde la cama y empecé a tatarear la melodía que hacía tiempo no escuchaba en mi mente. Me tuve por completo en la cama y el cartel quedaba perpendicular a mis ojos, ahora sí, parecía completamente imponente, por lo menos para mí... ¿Estaría a punto de cumplir mi sueño?

La melodía no me dejaba pensar mucho, ahora una pequeña letra se interponía a las notas musicales: Es a scream or a cheer? ¿Era un grito o una ovación lo que sentía? No me importaba mucho en ese momento, lo que importaba era que lo sentía y eso nadie lo podría cambiar. Scream... or... a cheer... ¿Por qué sentiré esto ahora? Deben ser los nervios que me afectan de mala manera.

Termine de cambiarme, no podía hacer esperar más a mi familia. Ya había llegado tarde, por lo cual ya me regañaran, y no quiero que se enfaden porque tengan hambre. Supuestamente hoy era un día especial. Así que salí de la habitación y recorrí el pasillo casi sin hacer ruido, como si me estuviese escondiendo, aunque me iban a ver igual. La casa estaba casi en silencio, solo se escuchaba el murmullo de la tele en la cual mi padre estaba viendo un partido y el ruido de platos y vasos. Llegue al comedor y mi madree estaba limpiando los cacharros que había usado para cocinar, mi hermano estaba con el móvil sentado en una silla y mi padre, como me había imaginado, estaba en el sofá, semi recostado, viendo un partido de cualquier equipo importante, ya me enteraría mañana o pasado en clase.

_ ¿Qué haces aquí tan tarde?- me pregunto mi madre mientras se daba la vuelta y se secaba las manos en el delantal. Sonaba algo molesta.

_ Estaba en casas de Mónica cantado un poco - dije mientras me sentaba en frente de mi hermano que seguía mirando la pantalla del móvil.

_ ¿Cantando? ¿Aun sigues con esas tonterías? - Dijo mi padre mientras entraba en el comedor y se sentaba en la silla- Que haremos contigo hijo. ¿Por qué no juegas al total y te dejas de mariconadas? Así me darías una alegría.

Mi padre siempre dándome apoyo, no sé qué haría yo sin él. Siempre, desde que cogí la primera guitarra y cante mi primera nota, ha tenido esa cara de asco y decepción con todo lo que hacía. Creo que él piensa que el mundo del arte está lleno de homosexuales y que solo a través del señor se consigue un buen papel en una obra. Su idea es tan fuerte que desde el estreno de Star War no ha ido al cine otra vez.

_ O mejor, tráete a una amiga que este buena y fállatela bien fuerte. Así sí que se te iría la tontería - dijo mi hermano dejando el móvil por primera vez desde que llegue a la mesa.