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A la mañana siguiente, con la primera luz del día, me desperté y me di cuenta de que al final había dormido en el puf y que aunque quedaban 20 minutos para que sonase el despertado con la canción Don't rain on my parade. Aproveche este tiempo para organiza la habitación un poco y desactivar el despertador. Me tome unos minutos más de ducha caliente, que me sirvió para desentumecer los músculos helados y doloridos de haber estado toda la noche al lado de la ventana y en una posición no muy cómoda.

Me seque y me vestí, con lo primero que cogí en el armario, hice mi mochila y Salí de la habitación para ir a desayunar, estaba hambriento y me había arrepentido de no haber cenado un poco más la noche de ayer. Por suerte no había nadie en la cocina desayunando, mejor, porque no quería encontrarme con nadie después de la noche de ayer. A mi madre no me atrevería a mirarla a la cara y con mi padre no tengo ni ganas de compartir ni la misma sala.

Desayune con cierto apuro, no solo por el hambre, sino también porque no quería encontrarme con nadie. Salí de casa y fui hasta donde quedo con Mónica todos aquellos días en los que la rutina de horas de clase no se rompen.

Cuando yo llegue ella ya estaba allí, siempre tan guapa, siempre tan serena y con el móvil entre sus manos mirando a saber qué cosa nueva en las redes sociales. Estar con ella me quita todo los males, la tristeza no existe si estas con ella y con sus ojos, aunque son negros como el carbón te dan una serenidad que no te da otra cosas. Simplemente ella es mejor que cualquier medicina para mí.

_ ¿Qué tal? - Dijo Mónica acercándose - ¿Estas mejor que ayer? Me preocupaste con lo de tu padre.

_ Si, tranquila, mi padre es gilipollas y no se puede hacer nada más por él. Ayer yo estaba algo sensible por lo que me dijeron de que no podía ir, pero en parte tienen razón, ya habrá otras oportunidades - dije levantando los hombros y bajándolos en señal de conformidad.

_ Pero no creo que el resto de las oportunidades lleven consigo un campamento de artes escénicas musicales- dijo recalcando las últimas palabras.

_ Si así intentas ayudarme, no lo estas consiguiendo. Pero si no es este año es el siguiente ¿No? - dije mientras comenzamos a andar.

_ Ya pero tu tren va a pasar ahora y no sabes que te puede deparar el año que viene. A lo mejor te mueres en unos días o en meses y no has podido disfrutar de la experiencia - dijo muy convencida, como si me fuese a morir mañana mismo.

_ Tu siempre tan positiva...- le di un puñetazo en el hombro a lo que ella respondió con un chillido de dolor completamente exagerado.

Y así seguimos todo el camino, vacilándonos y gastándonos bromas entre nosotros. Eso me hizo olvidar por un momento toda mi desdichada vida y me hizo pensar en lo bien que lo pasaríamos ella y yo viviendo juntos algún día. Nunca discutiríamos, seria siempre una fiesta continua y todas las noches cantaríamos hasta quedarnos afónicos. Sería la vida perfecta para nosotros, la ciudad no importaría, pero sobretodo, lo que más nos gustaría seria New York.

El camino se me hizo corto, parecía que con cada risa avanzábamos el doble, pero en realidad simplemente lo que hacíamos era despreocuparnos y soñar. Cuando llegamos a la entrada del colegio el resto de los chicos estaban en la puerta como siempre, nos saludaron y entraron detrás de nosotros. David de alejo del grupo y se acercó a nosotros, le dio un beso a Mónica en la mejilla, lo que hizo que se sonrojase y a mime dio un abrazo y chocamos las manos.

_ Mónica ¿Tú vas ahora a clase de la señora López? - dijo David dirigiéndose directamente al pasillo que llevaba a esa clase.

_ Si, ahora iba para allá, si esperas te acompaño... ¿Pero no tienes clase ahora con él? - dijo mientras me señalaba con el pulgar.

BROADWAY HERE I COME !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora