𝐔𝐋𝐓𝐑𝐀𝐕𝐈𝐎𝐋𝐄𝐍𝐂𝐄
❝¿Podrías dejar de mirarme como si estuviera loca?❞
𝐃awn Grey era una de tantas mentes brillantes - pero ella no era una persona normal: si no una mutante. Una telépata con el poder de controlar ca...
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El futuro. Un mundo oscuro, desolado. Un mundo de guerras, sufrimiento, pérdidas para ambas partes. Los mutantes y los humanos que se atrevieron a ayudarles. Peleando contra un enemigo al que no podemos vencer. ¿Estamos destinados a seguir este camino?¿Destinados a destruirnos como tantas especies antes que nosotros?¿O podemos evolucionar con suficiente rapidez para cambiar?¿Para cambiar nuestro destino?¿En verdad el futuro está escrito?
DAWN GREY VIO EL MUNDO FRAGMENTADO. Memorias tristes, memorias felices. Observó casi todos sus fragmentos tristes, en los cuales ella era una mutante y era criticada por cada joven. Recordó ver como su propio hermano, Jayden Grey, la echó de la casa repudiándola como un monstruo. Recordó haber sido encontrada por el magnífico Charles Francis Xavier. Recordó convivir bien con él, hacerse amigo con su hermana adoptiva Raven.
Recordó que se encontraba perdidamente enamorada de él, recordó a Moira MacTaggert pidiéndoles ayuda. Recordó la reclusión de mutantes a su equipo, recordó a Erik, recordó Cuba. Recordó intentar salvar a Charles. Recordó aquella bala y aquel dolor que le invadía el corazón al verlo destrozado. Recordó la fragmentación del equipo. Recordó ver el futuro, un mundo oscuro.
—Dawn...—escuchó la voz de Charles en su cabeza.
Eso fue lo suficiente para que la chica Grey abriera los ojos. Sentía un dolor punzante en la cabeza, su cuerpo dolía, no sabía por qué. Hasta que lo recordó. Se había caído por las escaleras. Giró sus ojos y vio que Charles estaba a su lado, observándole algo preocupado.
—Por dios, Grey—suspiró Charles—. Casi me da un infarto al verte tirada en el suelo—La rubia fresa se tocó la cabeza mientras reía por lo bajo—. ¿Qué pasó?—interrogó este.
La joven Grey pensaba que no era lo indicado decirle a Charles lo que vio en aquella visión, no le parecía necesario preocuparle más—Al parecer la presión me subió mucho y me desmayé—mintió sonriendo.
Charles frunció el ceño al sentir aquello que dijo—Esa fue la mentira más falsa que has dado en la vida.
—No te miento.
—No hace falta leer tu mente para saber que me mientes con esa cara.
—¿Confías en mí?
A pesar de todo, Dawn no sería capaz de mentirle a Charles. Sin embargo, al tener tanta confusión con su visión, deseaba no decirlo y seguir investigando por su cuenta. Mentirle a Charles era una especie de traición para ella. Algo que le resultaba grotesco e infiel. Mentirle a tu pareja era lo peor que podías hacer y para Dawn era un posible pecado. Pero sabía que Charles confiaba en ella.
Charles sonrió con ternura—Lo hago.
—Entonces sabes que digo la verdad.
Este asintió—¿Por cuanto estuve dormida?
—Casi medio día—la rubia fresa hizo una mueca—Lo sé—dijo el joven profesor sonriente—. Duerme un poco, necesitarás bajar ese golpe.
Dicho esto, Charles fue hasta el balcón con su silla de ruedas, dejando a Dawn recostada en la cama. Observaba como el sol en el horizonte se ponía, donde los rayos de este acariciaban el césped de los jardines de la Mansión X. Charles sintió unos brazos que le rodeaban, supo que era la joven de cabellos color fresa.
—Ve a dormir, Dawn—suspiró.
—¿Porqué yo si y tú no?—preguntó, para luego sonreír con tristeza—. ¿La extrañas no?
Charles asintió levemente, Dawn se arrodilló frente suyo—Escúchame, Charles—dijo—. Debes pensar que ella está bien y que está segura. Me tienes a mi y Hank. Estamos para ti. Nunca lo olvides.
Charles sonrió con ternura, tomando a Dawn por las mejillas, para plantar un beso delicado en sus labios. La rubia fresa correspondió el beso sonriente y rodeó a Charles con su cuello.
'¿Lo prometes?'
'Lo prometo.'
Y ahí estaban, empezando una nueva vida juntos. Aunque lo que estaba por venir era algo más catastrófico de lo que ellos pensaban. Ya no había vuelta atrás. Y Dawn estaba dispuesta a descubrirlo.
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