Capítulo VI

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Intentar dormir aquella noche le estaba resultando imposible a la morena, por culpa, claro esta, de sus dos compañeros de habitación que estaban hablando y no la dejaban conciliar el sueño. Molesta, se reincorporó y le gritó a Natsu.

—¿¡TE QUIERES CALLAR!? —Gritó por fin, incapaz de retener más esas palabras en su interior.

—Obligame —Respondió Natsu reincorporándose y mirando a la niña con una sonrisa juguetona.

Layla quería estrangularle en ese momento y lo habría hecho si su madre no hubiese intervenido.

—Basta —Dijo deteniendo ese pequeño duelo de miradas que ambos tenían— Layla tiene razón, durmamos de una vez, mañana será un día muy largo.

Layla sonrió satisfecha, Lucy opinaba igual que ella lo que, en ese pequeño duelo entre ambos, significaba una victoria.

Los minutos pasaban demasiado lentos para el gusto de la morena. En una situación como esta no le habría costado en lo absoluto conciliar el sueño pero la mirada de Lucy sobre ella se lo estaba impidiendo.

Dejó que un suspiro se escapase de entre sus labios y se volteó para ver a su madre quien no dejaba de mirarla.

—¿Ocurre algo? —Preguntó deseando acabar ya con esto para poder dormir de una vez, para poder dormir tranquila después de mucho tiempo.

Lucy dudó durante un momento si preguntar o no, ella tenía tantas dudas como los demás sobre el futuro pero nunca quería preguntar ya que no quería forzarla a responder. Aún con eso en su mente se atrevió a preguntar esperanzada de obtener alguna respuesta.

—Si tanto odias el gremio...¿Por qué continuas en él? —Layla no se vio sorprendida con la pregunta. Se llevó la mano a su mentón y miró a su madre a los ojos.

—Por Ra...—Detuvo su respuesta, se quedó en silencio durante unos segundos que a Lucy le parecieron horas y se giró de nuevo dándole la espalda— La verdad es que ni yo misma lo sé.

Lucy se conformó con dicha respuesta ya que en su interior sentía como si esa fuese la respuesta más sincera que le había dicho desde que llegó. Esperó unos minutos hasta escuchar la respiración profunda de su hija, estaba dormida. Se volteó hacía donde estaba Natsu para dormir también y se encontró de frente con los ojos de Natsu observándola.

—¿Por qué estás despierto? —Preguntó susurrando intentando no despertar a su hija.

—¿Has visto sus ojos? —Preguntó de pronto. Esa pregunta había sorprendido a Lucy, no recordaba que su hija le hubiese mostrado ambos ojos a alguien que no fuese ella. Con un leve movimiento de cabeza respondió la pregunta de Salamander— ¿Te ha contado por qué son de colores diferentes?

—Según ella es una enfermedad... —Natsu no parecía muy contento con dicha respuesta, ella tampoco lo estaba pero debía aceptar que todos esos detalles eran de un futuro lejano y que ella no debía preguntar más de lo que debía.

—¿Y la creíste? —Preguntó sorprendido.

—N-No... —Respondió siendo incapaz de mentir a su amigo.

—Lo suponía.

Lucy quería indagar un poco más en el tema, quería hablar más y más, llegar a una conclusión sobre él pero los leves ronquidos del mago la devolvieron a la realidad y la hicieron preguntarse algo muy distinto ¿Como podía dormirse tan rápido?

Una pequeña risa se le escapó al verle dormido frente a ella, tan vulnerable...

Llevó su mano al rostro del mago y pasó sus dedos con suavidad sobre su mejilla lo cual hizo que el mago esbozara una inocente sonrisa. Sonrisa que no pasó desapercibida por ella, no pudo aguantarse y llevó su dedo pulgar a los labios del mago. Siempre había sentido cierta curiosidad por ellos ¿Como serían? ¿Suaves?, ¿duros?, ¿rígidos?, ¿blandos? no lo sabía pero lo averiguaría, deslizó su dedo sobre ellos y antes de llegar a una conclusión concreta se dio cuenta de que el mago de fuego la estaba observando con un único ojo abierto.

—Ja.

—¿Ja qué? —Preguntó Lucy sonrojada pues la había pillado jugando con él, literalmente.

Natsu no dijo nada, estiró sus brazos y atrajo a Lucy contra si para rodearla entre sus brazos.

—Duerme de una vez —Dijo Natsu como si fuese una orden.

—De acuerdo...

Atrapada en el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora