Capítulo XV

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No escuchaba ningún sonido mas allá de las chispas que salían de aquella madera que ardía entre las llamas. Estaba tranquila, bastante a gusto y aquello le impedía abrir los ojos, tuvo una batalla interior consigo misma luchando por levantarse, no sabia donde estaba ¿Habia vuelto a aquel gremio? O ¿Alguien la salvó? No lo recordaba y tampoco quería abrir los ojos y tener que enfrentarse a la cruda realidad.

Pensó en sus amigos y en su hija, si lo que aquel hombre dijo era cierto ellos estaban en peligro.

Debía despertar.

Exhaló y se reincorporó sobre sus codos, miró hacía las llamas frente a ella y cuando sus ojos se acostumbraron a la luz observó todo a su alrededor, era de día, tal vez y por lo alto que se encontraba el sol debía ser medio día. Ella estaba acurrucuda bajo la sombra de un árbol, tapada con una gran manta blanca y no sabía ni entendía porque había una fogata a su lado si había luz suficiente para ver. Se sentó y apoyó su espalda contra el árbol.

Fue entonces cuando se dio cuenta de algo estaba mal, había algo raro en ella, ya no sentía...dolor.

Quitó la manta que la cubría encontrándose con un gran vendaje que cubría su abdomen, pasó su mano sobre su herida, el dolor era muy leve, apenas lo sentía.

—Has tardado menos de lo que esperaba en despertar —Dijo una voz tras ella—. Estabas helada, espero que el fuego te haya ayudado a recuperar el calor corporal.

Apenas había escuchado aquella voz un par de veces pero fueron las suficientes como para poder reconocerla al instante, no era una voz grave y fuerte, todo lo contrario, era suave y tan amable que la asustaba y, aún después de todo lo que ocurrió, seguía sonando melancólica. Pasó a su lado, sin tocarla y se sentó frente a ella, al otro lado de la hoguera.

—¿Te encuentras mejor? —Le preguntó aquel hombre.

Lucy tragó saliva, no sabía que responder, ni que decir, estaba asustada y además tampoco comprendía porque él la había salvado, después de todo aún seguían siendo enemigos o eso pensaba ella.

—Y-yo...—Trató de hablar, pero sus nervios le jugaron una mala pasada.

Tomó aire y se atrevió a mirar a aquel hombre a los ojos, él la miraba con una falsa sonrisa que siempre traía consigo.

—¿Me has salvado? —Fue una pregunta estúpida, pero necesaria para ella.

—Te he...salvado, sí —Soltó una carcajada al recalcar lo obvio—. Puedes estar tranquila, no voy a hacerte daño.

Y tenía razón, si él quisiera matarla ya lo habría hecho, no la habría curado. Trató de calmarse y comenzar a hablar con normalidad.

—Gracias, Zeref —Lo llamó por su nombre, tal y como hacia Natsu, no se atrevía a llamarle "mago negro" o "emperador"

Él sonrió, una sonrisa sincera que a ella la calmó.

—Quiero preguntar muchas cosas —Confesó Lucy.

Y era cierto, tenía tantas preguntas en su cabeza, ¿Qué hacía aquí? ¿Había venido a provocar otra guerra? ¿La dejaría marchar? O ¿La utilizaría para algo?

—Puedes preguntar lo que quieras, no tienes que tenerme miedo —Desvió su mirada de ella—, al menos, aún no.

Tenía que escoger una pregunta, de todas las que tenía en su cabeza solo podía hacer una, sin pensar, dejó que sus labios se movieran.

—¿Por qué? —Zeref alzó una ceja, sin saber muy bien que le preguntaba exactamente— que ¿Por qué me has salvado?

—Tengo una deuda con tu familia, pensé en dejarte, supuse que te las apañarias, pero al ver tu piel tan pálida supe que no te quedaba mucho tiempo y al ver aquellos hombres persiguiendote, pensé en salvar tu vida y quedar en paz con Anna y Layla, tu madre.

—Perdí mucha sangre...

—Así es —Alzó su mano derecha mostrando una pequeña herida— ahora llevas sangre inmortal.

De algún modo él le había hecho una transfusión.

—¿E-eso es posible?

—Claro que no, mi sangre es normal, es más tengo el tipo de sangre que puede donar a todo el mundo. Bueno, sigo, te traje aquí para que descansarás —Cuando dijo aquello llevo una de sus manos al brazo contrario— No fue fácil traerte.

—¿Tambien vas a llamarme gorda? —Esperó durante un momento a que el chico respondiese pero su silencio fue la peor respuesta— Estúpidos Dragneel —Por un segundo le pareció ver al mago negro avergonzado por el parentesco que tenia con su hermano pequeño— ¿A que has venido a Fiore?

Tras aquella pregunta reinó el silencio, el mago se puso serio, dudando si contarle o no sus verdaderas intenciones, sin embargo que ella lo supiera no cambiaría sus planes en lo absoluto.

—He estado investigando nuevos tipos de magia, traspasándola a libros y hace unas de semanas me robaron uno de los libros, alguien consiguió colarse en mi castillo —Frunció el ceño, realmente estaba molesto porque alguien hubiese burlado su seguridad—, robó un libro extremadamente peligroso y tengo que recuperarlo, además, poco después de aquel robo apareció una magia que me llamó la atención y me gustaría averiguar de quien se trata.

Lucy no quería admitirlo, pero muy en su interior sabía que la magia extraña de la que hablaba era la de su hija, sabía que no debía hacerlo pero le habló sobre ella, desde que llegó y lo que vio ¿Quién iba a saber más sobre magia oscura que el mago negro?

Zeref la miraba antento no quería perderse ni una sola palabra de lo que ella dijese al fin las piezas del puzzle se estaban poniendo en su lugar, solo con lo que la chica le estaba contando él ya sabia de que tipo de magia se trataba la de su hija, lo que aún no era capaz de ver es que para que quería el tal "Evil King" la magia del libro robado.

—¿Puedo acompañarte? Si vas a buscar a Evil King, el ladrón de tu libro estoy segura de que mis amigos están allí...

—Claro, después de todo esa información me a ahorrado mucho tiempo —Lucy desvió su mirada, estaba preocupada, no sabía si había puesto a su hija en peligro contándole todo a Zeref— Oye... —Notó como él ponía su mano bajo su mentón, como alzaba su rostro para que ambos pudiesen mirarse a los ojos. Lucy le miró con pena, aquel chico también era expresivo y se notaba en sus ojos que estaba preocupado—Tu hija esta con mi hermano... ¿Está Natsu en peligro?

—Puede... —Respondió automáticamente.

—Levanta Heartfilia, voy a llevarte con él.

Los ojos de aquel muchacho mostraban una clara visión de sus sentimientos, cerró sus ojos negros impregnados de preocupación y al abrirlos aquellos se había vuelto rojos, cargados de algo distinto, ira. Zeref quería a su hermano y bajo ningún concepto dejaría que volviese a correr peligro, otra vez no, no dejaría que ningún tipo de magia extraña salida de una niña que no quería vivir le matase, Natsu no volvería a morir.

Al menos, no a manos de algo que Zeref había creado.

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PERDON POR EL RETRASO ;;;

Vamos a intentar llevar esta historia a su recta final o(≧∇≦o)

Atrapada en el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora