El aire que entraba por la ventanilla era frío. En medio de la tristeza no me di cuenta de cuán lejos había llegado, la parada en la que me tenía que bajar para ir a la Prepa había quedado muy atrás y pensar en caminar me resultaba un asco. Me di cuenta que si seguía en el camión llegaría a la plaza comercial así que aguardé. No me importaba el hecho de tener historia. Ni tampoco la falta que mi ausencia provocaría en el parte de clase.
Lo único que quería era dejar de llorar. Frente a la gente ya estaba quedando como una estúpida, no dejaba de sentir miradas de lástima, seguro que pensaban que el novio me había cortado, y pensándolo bien, ojalá hubiera sido eso. Me bajé frente al Starbucks, a las siete de la mañana aún no estaba abierto, maldije al personal tan flojo que tenía y me fui a buscar otro lugar donde encontrar consuelo.
Seguí llorando, un policía se me había acercado para preguntar si estaba bien, y de un mal modo le dije que sí, creo que lo asusté porque se fue de inmediato. No podía aceptar que me hubiese corrido de la casa, con todo el descaro y a pesar de que era su hija. Claro que eso no pareció importarle. Me limpié por enésima vez los ojos con la esperanza de tranquilizarme, pero fue inútil.
La noche anterior había discutido con mi padre. Le confesé por fin que no estudiaría Derecho, vociferó tantas palabrotas como nunca lo había hecho en su vida, mi madre no pudo tranquilizarlo ni un ápice. Se había cabreado tanto que me soltó un bofetón. Mi madre me mandó a mi habitación y discutió con él, después de unas horas de acalorados gritos de ambas partes, él entró en mi cuarto y así, de buenas a primeras, me corrió de la casa.
Me gritó que no pensaba mantener la vida de una hija inútil con una profesión para muertos de hambre. Yo le grité que no le estaba pidiendo permiso ni dinero para estudiar lo que yo quería, y que si tanto le dolía tenerme en su casa me largaría. Él sentenció que no quería verme en la casa al otro día.
Esta mañana, ya tenía una pequeña maleta hecha, me iría con mi tía a su casa. Mi padre se fue antes que yo a trabajar. Ni siquiera tenía intención de ir a la escuela. Pero mi madre insistió en que no me fuera, que hablaría con él y que todo se arreglaría. Y dudo, dudo de verdad que se arregle algo.
El sol ya había salido, yo siempre había odiado el sol hasta ese momento, que parecía un confort bastante bueno. Suspiré y eché un vistazo a mi reloj, si quería llegar a matemáticas, mis ilusiones ya se habían ido muy lejos. Ni en avión lograría alcanzar entrar a tiempo. Me resigné a tener que regresar a mi casa, después de todo no tenía ni dinero ni trabajo. Lo cual me deprimía aun más.
Tomé de nuevo el camión y volví a la prepa, donde debía haberme bajado. Crucé la avenida para entrar en el plantel, anduve como un zombie y después consulté mi horario para descubrir, con amargura, que tocaba inglés. Contrario a que los días pasados me ilusionaba hoy me fastidiaba. Esperé fuera del salón hasta que se desocupó y pude entrar para sentarme en una de las últimas bancas.
20 minutos después mis compañeros de clase empezaron a llegar, obviamente agobiados por la tortuosa clase con Otero. En el momento en que Mafer entró, no pude evitar sentir que el nudo en la garganta crecía más, desgraciadamente Tom venía tras ella, obviamente él le había preguntado por mí, porque ella me señaló, pero al fin los dos se dieron cuenta de la cara que tenía.
La sonrisa de Mafer se desvaneció y rápido, entre empujones y palabrotas, llegó hasta la banca que estaba delante de mí y se sentó. Tom no podía abrirse el paso así de fácil, así que se limitó a dirigirme una angustiosa mirada y comenzó la clase. Mafer le miró con ojos de "te odio" por iniciar la clase a pesar de todo. Recargué mi cabeza en el afeizar de la ventana y me dediqué los 15 min, siguientes a encontrarle forma a las nubes. Poco después sentí una mano en mi pierna, era Mafer que con su poca flexibilidad se contorsionaba para dejarme un papelito.
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Si el inglés no existiera [Tom Hiddleston fanfic]
FanfictionCristina era una estudiante estrella en todas sus materias, excepto en una: inglés. Siempre le echó la culpa a la profesora que le tocó en la Preparatoria, pero lo cierto es que desde secundaria había tenido problemas con eso. Maldecía poder resolve...