Capítulo 4

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MEL.

Me desperté de un sobresalto. Miré a mi alrededor, estaba encima de mi cama con la ropa de anoche. Mi respiración era agitada y estaba empapada de sudor.
Toque mis ojos que seguramente estarían rojos de tanto llorar, anoche me quedará dormida llorando.
Me levante lentamente de la cama, me sentía algo mareada. Fui al baño y comprobé mi horrible aspecto, ojos rojos con ojeras y pelo alborotado como el de una loca.
Me saque la ropa y me di una ducha fría, salí tiritando del baño. Me puse un jersey rosa claro y un pantalón vaquero claro con unas botas marrones.

Baje a desayunar y me encontré a mi madre desayunado junto con mi padrasto. Al verme el rostro vi como ahogó un grito.

-Melissa. ¡Estas horrible! - dijo mi madre al borde de un ataque.

-Gracias mamá - dije irónica- Y es Mel.

Robé una tostada del plato de mi madre y le di un mordisco.

-Melissa no seas maleducada y sientate en la mesa - me regañó mi madre. Mi padrastro ignoraba nuestra presencia, estaba mas atento a leer el periódico.

-Mamá te vuelvo a repetir que no me llames Melissa sino Mel- rodó los ojos.

-¿Vas a salir? - asenti - Vale, termino de desayunar y te ayuda a maquillarte, porque cariño pareces ¡un zombie!

-Mamá salgo ahora. Así que adiós - me fui corriendo mientras me gritaba que volviera.

Fui andando sin rumbo. Lo único que quería era salir y tomar el aire. Antes esto me relajaba mucho pero ahora solo siento un vacío en mi pecho. Muchas veces he deseado haber muerto en aquel accidente al igual que él.

Mis ojos se humedecieran al recordar aquel trágico día. Frote mis ojos y continúe sin camino a saber donde.

OLIVER.

No di dormido en toda la noche, aún sentía dolor por la traición de mi ex-prometida y ex-amigo. Además de no poder parar de pensar en como esos dos se burlaban de mi a mis espaldas, me vino la imagen de la chica a la cual se le hacia honor en la fiesta,Melissa Harrison. Esa mujer es hermosa y tiene buen cuerpo pero a gran distancia se puede notar la tristeza. Sus ojos azules transmiten tristeza y dolor. Ayer la vi animada mientras hablábamos pero cuando le pregunte por que se fue y donde había estado sus ojos se entristecieron y se fue corriendo sin regresar a la fiesta en toda la noche. Me siento mal por ella, por mi culpa se marchó así, eso me pasa por ser tan curioso.

-Señorito Sullivan su padre le espera en el despacho - oí a una de las servientas hablandome desde el otro lado de la puerta.

-Dile que enseguida voy.

Me levante y me puse lo primero que vi. Unos pantalones de chandal que había tirados por el suelo y una camiseta blanca del armario. Baje dando zancadas hasta el despacho.
Mi padre esta sentado tras el escritorio y en frente de él están mi hermano mayor, James.

-Cuanto tiempo sin verte, idiota - me dijo con una sonrisa y le fui a dar un corto abrazo.

-¿Qué haces aquí? Creía que estabas en Londres.

-Y estaba pero se echa de menos a la familia.

-Ya...-rode los ojos, este se ha quedado sin dinero y sin trabajo, fijo. Antes trabajaba en la empresa con papá pero hace unos meses que le propusieron trabajo en Londres y claramente lo acepto.

-Bueno - carraspeo nuestro padre, los dos lo miramos - Nos he llamado para hacer un reencuentro familiar sino para otra cosa. Me gustaría que los dos volvieran a trabajar en la empresa.

Rodé los ojos, ya empezamos -Papá ya sabes mi respuesta - mi padre suspiro cansado.

-Padre sabes que siempres puedes contar conmigo, de hecho pensaba pedirtelo - dijo mi hermano, mi padre le sonrió y luego me miro a mi, debe esperar que cambié mi respuesta cosa que no pasara.

-Yo no pienso cambiar de idea así que si has terminado me voy.

- ¡Oliver! - me grito mi padre cuando salí de allí dando un portazo.

Salí a la calle y empecé a caminar sin rumbo, lo único que quiero es que deje de insistir con lo mismo.

Llegué a un parque que estaba no muy lejos de mi casa. Me adentré dentro de el y me encontré con la sorpresa de ver a Crystal. Ella sonreía mirando algo en su móvil. Me quede parado observandola, me duele que aun sienta esto por ella, la quiero y no puedo evitar sentir eso.
Ella levantó la vista de su móvil y es ahí cuando me ve. Se levanta y se dirige hacia mi, quiero irme pero mis pies no me responden.

-Hola - me dijo con media sonrisa, su mirada me veía triste.

-Adiós - le dije frío y tratando de apartar la mirada, me di la vuelta para irme, ella me agarro del brazo para evitarlo.

-Oliver, tenemos que hablar, creo que los dos lo necesitamos. Te debo una explicación.

- ¿Cuál? ¿La de por qué te acostabas con mi mejor amigo mientras yo organizaba nuestro futuro como esposos y con nuestro hijo, que ni siquiera es mío? - le salte con todo el asco y la rabia que tenía.

- Por favor, necesito que me escuches - me rogó.

-No quiero volver a caer en tus mentiras. Adiós, Crystal - me solte de su agarre y salí caminando de allí muy rápido.

Estuve todo el día bebiendo en un bar que me encontré por allí, ahogar mis penas en alcohol, si eso era lo mejor que podía pasar.
Ya era de noche, salí de allí tambaleandome, me tuve que agarrar a la farola para no caerme. Estaba demasiado ebrio.

-¡Dejame pasar!- oí como una chica hablaba a gritos con la voz temblorosa, voz que me pareció reconocida.

Caminé intentado no caerme a donde procedía esa voz. Cosa que me llevo a un callejón donde estaba una chica pegada a la pared y un chico delante de ella que le agarraba del brazo y no le dejaba pasar. No notarán mi presencia hasta que me caí. Los dos me miraron.

Reconocí enseguida a la chica, era Melissa Harrison. Tenía los ojos rojos y llorosos. El chico que la estaba agarrando no sabia quien era, su cabello es negro y tiene tatuajes por todo el cuerpo, no me da buena espina.

Me levanto, mi cabeza daba vueltas, y me acercó a ellos tambaleandome.

-Oliver- dijo ella en un susurro, parece que me recuerda.

-¿Qué quieres tu eh?- dijo el tipo de mala gana dirigiéndose a mi -¿No ves que esta ocupada conmigo?

-Ella no quiere estar contigo - dije intentando sonar firme-¿no?-mire a Melissa, ahora mismo no estoy seguro de nada, la cabeza me da vueltas, tuve que apoyarme sobre la pared.

-Largate- me empuja el hombre haciendo que casi me caiga.

Empiezo a ver su imagen borrosa y me rio, el hombre se pone rojo de la furia porque debe pensar que me rio de él, me da un puñetazo haciendo que me caiga. Melissa lo empuja y se acerca a mi, se pone de rodillas a mi lado.

-¿Estas bien?

-Tienes una jirafa al lado - me rio de mi propio comentario.

La jirafa coge del brazo a Melissa e intenta besarla, me empiezo otra vez a reír.

Melissa le da un patada en la entrepierna haciendo que la jirafa se encoja y después le da un puñetazo en la cara acompañado de una patada en la barriga, la jirafa cae al suelo y ella se acerca a mi.

-¿Estas mejor? - me vuelvo a reír, su pelo es violeta - Estas ebrio ¿no?

-¿Por qué le has pegado a una jirafa? -rueda los ojos y me sonríe.

Me ayuda a levantarme, apoyo mi cabeza en su hombro y cierro los ojos.

Inolvidable © [Actualización lenta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora