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Salió del vestidor a paso lento, observando detenidamente el lugar. Se posicionó en medio de la alfombra blanca, que estaba rodeada de luces, lámparas y aparatos que ella desconocía. Mientras observaba a detalle, la voz de él se hizo presente, sobresaltándola.

—¿Estás lista?— Le preguntó. Rosalyn alzó su mirada y lo vió. De nuevo sus miradas se encontraron y esas extrañas sensaciones los invadían de manera inmediata.

—Lo estoy— Afirmó ella. Justin le dirigió una mirada de pies a cabeza. Llevaba puesto un hermoso vestido que le llegaba poco más arriba de las rodillas, y de la parte de atrás tenía una preciosa cola que se arrastraba sólo un poco por el suelo. Era un diseño realmente increíble y sobre todo a la última moda. Era color azúl turquesa con bordes gruesos y flores estampadas. Sus torneadas piernas relucían a la perfección y llevaba unos tacones altos color negro. Su cabello ondulado suelto caía sobre su pecho y su espalda, y el maquillaje perfectamente combinaba con el atuendo. Justin seguía mirándola intensamente, conteniendo esas fuertes ganas por decirle lo bella que lucía. Joder. Tomó su adorada Canon EOS y la ajustó correctamente.  

—Acomódate justo en el centro— Le pidió.

Rosalyn hizo lo pedido y se paró en el centro de la sala. —Bien. Ahora... pon una mano en tu cintura, y la otra mantenla suelta, pero delicadamente —Ordenó. Ella suspiró y lo hizo. —Ahora... sonríe naturalmente y manten tu cabeza alzada y firme— Pidió. Rosalyn actuó rápidamente, pero su sonrisa parecía no ser natural, más bien lucía demasiada fingida. —No encorves los hombros. Ponte derecha, lo más derecha que puedas— Volvió a ordenar. Ella se ponía más nerviosa con cada órden, maldita sea, no podía concentrarse en hacer las cosas bien. Se sentía una torpe. —No, así no. No deslizes tu brazo hacia atrás, déjalo hacia el frente— Dijo Justin. Ella suspiró y trató de acomodarse, pero le era difícil.

—¿Así?— Preguntó, ahora molesta consigo misma. Justin negó con la cabeza.

—No, esque...— La observó bien. —Tu cabeza, porfavor no la bajes. Y tu mirada al frente, hacia mí. Necesito que enfoques tu mirada al lente de la cámara, a ningún otro lado— Pidió. Ella volvió a suspirar. ¿Cómo demonios enfocaría su mirada al lente de la cámara, sabiendo que Justin la miraba fijamente detrás? Esto era más difícil de lo que pensaba.

—Tu espalda... haber, déjame ayudarte— Justin dejó la cámara a un lado y caminó hacia ella.

Demonios. Venía a corregirle la postura. Rosalyn tragó saliva. Él llegó hasta ella y se paró justo enfrente. Centímetros de distancia separaban sus cuerpos. Maldita sea, sintió como si se hiciera débil ante su presencia. Justin la miró fijamente a los ojos. Luego, prosiguió a rodearle la cintura con un brazo, hasta tocar su espalda. Dejó su mano descansando allí, acariciándola ligeramente, pero sin abrazarla.

—Así. Puedo notar como tu cuerpo se relaja si pongo mi mano aquí...— Bajó su mano a la pequeña curva al final de la espalda. Ella tragó saliva y contuvo esas malditas ganas por lanzarse a sus brazos y no soltarlo jamás. —Tu espalda está correcta de esta manera. Cuando quite mi mano, no te muevas. ¿De acuerdo?— Pidió. Ella simplemente asintió, porque no era capaz de pronunciar una sola palabra. Justin la soltó lentamente... como si él mismo no quisiera hacerlo. Ahora, puso ambas manos sobre sus hombros, y la movió ligeramente. Ella se ajustó a su movimiento. —Justo así, no te encorves— Le pidió. Ella suspiraba cada vez más fuerte, en un completo estado de nerviosismo. Justin parecía tan normal, pero en sus ojos podía ver que estaba sintiendo lo mismo que ella. Prosiguió a bajar lentamente ambas manos por sus brazos, hasta tocar sus manos. ¡JODER! Rosalyn sintió un choque eléctrico de pies a cabeza.

Para Siempre. 3tempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora