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Brad volvió a estrecharla en sus brazos con fuerza. Se hundieron en un cálido y fuerte abrazo de despedida. Le besó la frente con ternura, y prosiguió a besarle los labios. Ella sonrió.

—Te extrañaré muchísimo— Admitió él.

—Pienso igual— Confesó ella. —Una larga y frustrante semana... te extrañaré también— Le dio un suave beso en los labios.

—¿Tienes tu boleto?— Preguntó. Rosalyn asintió con la cabeza. —¿Tu maleta?— Volvió a asentir. —¿Tu bolsa?— Asintió nuevamente, ahora sonriendo. —¿Tu dinero?— Asintió, pero esta vez riéndose.

—Brad, tengo todo. Todo. No te preocupes por mí, estaré bien— Le acarició el cabello con ternura. El suspiró.

—Bien. Cuídate mucho porfavor, llámame cada que puedas. Yo intentaré llamarte al inicio y al final de cada día, ¿De acuerdo?— Preguntó. Ella asintió.

—Si, perfecto. Tengo que irme o se me irá el avión— Le dio un abrazo más, rápido. Se hundieron en un suave beso más.

—Está bien. Ten cuidado y que te valla excelente. Te amo, cielo— Dijo, mientras le sostenía la mano con fuerza.

—También yo. Mucho— Le sonrió dulcemente, y finalmente lo soltó. Se dirigieron un último gesto de saludo con la mano y ella se alejó. Estaba hecho. Volteó hacia atrás, topándose con el avión en el que volaría. Suspiró. Siguiente destino: Chicago.

-

—¿Cariño?— Preguntó Justin, recorriendo toda la casa. Finalmente la encontró, pero no precisamente con quien hubiera querido. En el patio de atrás de la casa, estaba Brittany a lado de esa rubia falsa y oxigenada, como él solía decirle. Wendy Jones. De no ser porque era mujer, y era mejor amiga de su novia, ya la hubiera azotado contra la pared y dado una buena paliza desde el primer día en que la conoció. Era jodidamente irritante, presumida y lo peor de todo... zorra.

—Hola— Saludó Wendy a Justin. El hizo una mueca y sonrió fingidamente.

—Qué tal— Dijo, y sin más, se volteó hacia Brittany. —Cariño, ¿Puedes venir un momento?— Preguntó. Ella asintió y ambos entraron a la casa, mientras la chica los observaba desde afuera.

—¿Qué pasa?— Preguntó Brittany. Justin frunció el ceño.

—Otravez trajiste a la facilota oxigenada piernas abiertas de tu amiga— Se quejó. Brittany le golpeó el hombro.

—¡Justin! Es mi mejor amiga, respétala— Dijo enojada. Justin rodeó los ojos.

—Sabes que no me cae bien. Las cosas que hace y dice me joden hasta el culo. Medio mundo sabe que se acuesta con todos. Además, sabes perfectamente que quiso incluírme en su lista de imbéciles en la cama un día. No lo hizo solamente porque tú estabas de por medio. ¿Cómo puedes llamarla "mejor amiga"?— Dijo incrédulo. Brittany solo pareció irritarse más.

—No vuelvas a hablar así de ella. Tú no la conoces. No sabes por lo que ha pasado, tú solo te guías por lo que los demás dicen de ella— Replicó ella. Justin apretó la mandíbula, conteniendo el coraje.

—Es una puta. Punto— Atacó él. Brittany entreabrió los labios al escucharlo.

—¿Qué dijiste?— Preguntó Brittany. Justin sonrió sarcásticamente.

—Que es una puta abre fácil, ¿Cuándo te darás cuenta de eso?— Preguntó. De pronto, sintió como la mano de su novia le pegó directo a la mejilla. Joder. Valla que fue un golpe fuerte, le dolió.

Para Siempre. 3tempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora