1. Primer maldito día

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Bajé del auto y caminé hacia la puerta del instituto Ravenhall con la cabeza gacha, como un perrito al cual estaban a punto de reprender. La directora estaba en la puerta esperando a todos los alumnos que llegaban tarde.

Aproveché que la señora Franco estaba entretenida retando por su retraso a un chico, para pasar lo más disimuladamente que pude. Cuando por fin creí que lo había logrado escuché una voz grave y ronca a mis espaldas.

-Señorita Fitzpatrick, ¿a dónde cree que va? -me frenó la directora, poniendo su mano en uno de mis hombros.

-Disculpe señora, he tenido un inconveniente. -dije dándome vuelta- No volverá a pasar.

-Oh, ya sé que no pasará, ya que hoy te llevas tu primera amonestación. Recuerda que a las tres tendrás un castigo. Ahora recuerdame tu nombre.

Pensé por unos instantes antes de responder.

-Rebecca. -dije sonriendo maliciosamente.

La directora me miró frunciendo el seño. Oh no...

-Emma Samantha Fitzpatrick, ¿en serio me crees tan ingenua? Sé cual es tu estilo y cual es el de tu hermana, y ella jamás usaría esa ropa.

¿Si sabía que era yo para que preguntó? Pensé. Vieja de mierda.

-Ahora, -dijo- por intentar engañarme tendrás tres amonestaciones. Felicidades, Emily, estrenarás la sala de castigos.

La señora Franco anotó algo en su cuaderno y acto seguido me entregó la hoja que indicaba que estaba castigada luego de clases. Ya era demasiado con las seis horas que debía estar allí, como para tener que aguantar una hora más.

Linda manera de comenzar mi primer día de clases...

Bufé y comencé a caminar hacia secretaria, para buscar la planilla con mis horarios. Para mi disgusto, cuando llegué, mi hermana estaba allí con su novio. Cuando me vio, se acercó hacia mí.

-Ha habido un problema con nuestros horarios, sis. Este año no estaremos juntas en las clases, como siempre, sino que tendremos que estar separadas. -me dijo sonriendo. ¿Qué le pasaba?

-¿Y a eso le llamas problema? Más bien es una bendición. -dije soltando una carcajada.

-Oh, hermana, no seas tan dura. Te extrañaré en mis clases. -dijo dulcemente.

¿Qué le pasaba a esta idiota? ¿Se le habrían quemado las pocas neuronas que le quedaban?

Mientras la miraba sorprendida, noté una figura que se acercaba. Miré a ver de qué se trataba y ahí entendí. Su novio, Sean. Se estaba haciendo la buenita conmigo para que él no la viera como la perra que realmente es. Oh, como si él no lo supiera. Mi hermana trataba a su novio como basura, y el pobre la aguantaba siempre.

Lo observé detenidamente. Oh Dios, nunca había notado lo guapo que era. Con su cabello castaño levemente despeinado, sus ojos verde claro y su piel bronceada, y sin hablar de su perfecto y musculoso cuerpo, era todo un Dios.

Sacudí mi cabeza borrando esos pensamientos de mi mente, al fin y al cabo era el novio de mi hermana. ¿Qué le vería a la torpe esa?

-¿Podrías dejar de babearte por mi novio, freak? Esta bien que seamos gemelas, pero ya sabes que no me va eso de compartir. -Me dijo, sacandome de mis pensamientos.

-Eres una idiota, Rebecca. -dije poniéndome roja.

Mi hermana se rió descaradamente y estaba a punto de decir algo cuando una -hermosa, debo admitir- voz, la interrumpió.

-Ya déjala, Becca. A mí me parece encantadora. -dijo ese Dios griego sonriendo de lado.

Mi hermana lo miró furiosa, para luego darse vuelta e irse. Este chico ya me caía bien.

-Bueno, disculpa. Debo buscar mis horarios. -dije excusándome de esa situación incómoda.

-Claro. ¿Emily, verdad?

-Sí. -otra vez me puse roja. Qué estúpida que estaba siendo. ¿Qué me pasaba?

-Tienes un nombre hermoso. -Dijo. El rojo de mi rostro estaba cada vez peor- Bueno, nos vemos por ahí. Adiós.

Dicho esto dio media vuelta y se marchó lo bastante rápido como para unirsele a Rebecca. ¿Acaso este ser tan hermoso estaba coqueteando conmigo? Sonreí. Pero si es el novio de mi hermana... Pensé, haciendo que mi sonrisa se desvanezca.

Aún confundida por la reciente situación, me dirigí hacia la secretaria pidiéndole mis horarios. Me los entregó luego de unos minutos, informándome sobre la división de clases con mi hermana. Tomé la hoja y leí. Química avanzada.

¿Qué mejor materia para empezar las clases? Pensé sarcásticamente.

Me dirigí rápidamente hacia mí clase, a la cual ya llegaba muy tarde. Llamé a la puerta y pasé. La señorita Grande me miraba de muy mala manera.

-Emma, llegas veinte minutos tarde. Normalmente lo dejaría pasar pero esto ya es mucho. Como castigo deberás escribir un ensayo sobre un tema a elección para mañana. Ahora, toma asiento.

Maldición.

Observé mis alrededores y sólo había un lugar libre, al lado del más nerd de la clase. Quien, para colmo, tenía fama de sucio y un olor desagradable. No puedo creer que tenga que pasar el resto del año al lado de este idiota.

¿Es que algo podría salir peor aquel día?

Sentí un golpe en mi hombro y me di vuelta.

Oh claro que sí, esto aún no había sido nada. Pensé, mirándolo.

¡Hermana, Veo Doble!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora