XII + Aviso

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Me quedé en el jardín de casa de Kevin. Cuando cerré detrás mía la puerta, me detuve a pensar en la situación, yo... Estuve apunto de... No.
Me arrepentía de haber salido huyendo, era extraño, porque... También sentía un deseo lujurioso hacia Kevin. Más allá del enamoramiento que tenía, de los besos que nos habíamos dado, quería algo más. Algo que me avergonzaba.

—¿No piensas irte, tonto? —era él, estaba recargado sobre el marco de la puerta cruzado de brazos.

—Yo...

Estaba nervioso, se dio cuenta y vino hacia mi para abrazarme. Su abrazo me apretaba, por lo que me hacía sentir protegido y... Querido.

(Narra Kevin)

—Contigo no llevo prisa. Yo... Esperaré hasta que tu lo quieras —mentí.

—Pensé que me odiarías.

—¿Cómo puedes pensar eso? Yo te quiero —mentí otra vez... O eso quería creer.

Se quedó callado. No sabía que decir, y yo tampoco.

—¿Quieres entrar y hacer tarea?

—Por supuesto —sonrió.

*

—Es todo lo que tengo —dije victoriosamente cerrando el libro.

—Yo ya había terminado hace rato.

—¿Por qué no me dijiste?

—No quería molestarte, te veías concentrado. Y me gusta mirarte.

Involuntariamente, había sonreído. Lo que me había dicho me causaba ternura e hizo que mi ritmo cardiaco aumentara. Era ¿emoción? ¿Así es cómo se siente querer?

—Hay una feria cerca, ¿qué te parece si vamos?

—¡Me encantaría!

Salimos con destino hacia la feria. Me emocionaba el hecho de ir con él, pero también me llenaba de dudas. Yo no podía quererle.

*

—No subiré ahí. He dicho —dijo Edd cruzado de brazos evitando mi mirada.

—¡Vamos! ¡Será divertido!

—¿Sabes cuántos metros arriba estaremos? Son juegos mecánicos y hay probabilidades de que caigamos de él y estemos muertos. No, claro que no subiré ahí.

Odiaba pero a la vez amaba su exagerado comportamiento.
Después de todo... No me importaba si quería ir o no, ya que lo llevaría a la fuerza.
Lo cargué y caminé hacia el juego, que extrañamente, no tenía fila.
Pataleaba y me gritaba exclamando que le soltara, y lo hice. Lo senté a mi lado y el encargado del juego nos puso el cinturón de seguridad. No había vuelta atrás, así que esperaba que no me odiara.

—¿¡Por qué me trajiste aquí! ¡Bajenme por favor! —gritaba a todo pulmón. —¿¡Cómo se te ocu...

En ese momento el juego comenzó y Doble D comenzó a gritar aún más. Me divertía esta atracción, pero sus gritos la hacían más divertida.
En un momento, dejó de gritar. Me preocupé porque se hubiera desmayado y lo miré, pero no, estaba aferrado a otro tubo que nos protegía y tenía los ojos cerrados. Me causó aun más gracia, pero de todos modos su pálida piel me preocupó.
Terminó y bajamos. Estaba furioso, no quería verme.

—No vuelvo a este tipo de lugares contigo.

—Tienes que admitir que fue divertido.

—Estoy muy molesto, nada me quitará lo enojado el día de hoy.

—¿Ni siquiera un beso? —pregunté sarcásticamente.

—No, alejate.

Lo tomé de la mano y lo lleve frente a un juego de esos en donde te puedes ganar algo. No quería que estuviera enfadado.

—¿Cuál quieres?

Me miró confundido, y supe que en realidad no estaba molesto.

—No hace falta.

Me dirigí al encargado y pedí que me diera una ronda para participar. El juego consistía en darle a unos patos con la escopeta. Sencillo para mi, que no era por presumir, pero tengo excelente puntería.
Di a los 5 patos, y por ser lo más alto, podía escoger los premios grandes.
Tomé un mono enorme que tenía una camisa roja y se lo di a Edd.

—Te dije que no hacía falta.

—Claro que si, lo mejor para ti —dije y se sonrojó. —Creo que deberíamos irnos, es algo tarde.

*

Pasaban las 9 de la noche y ya estábamos frente a su casa, abrió la puerta y me invitó a pasar.

—¿No han vuelto tus padres?

—Regresan en dos semanas.

—Debe ser aburrido estar solo todo el tiempo.

—En realidad no, últimamente paso mucho tiempo contigo, y me hace sentir bien. Olvido que estoy solo por un rato.

Inexplicablemente, me dieron grandes ganas de besarlo, y sin pensarlo lo hice.
Lo besé de manera dulce y delicada mientras mis manos se posicionaban en sus caderas. Él rodeaba mi cuello con sus brazos y jugaba con mi cabello.
De un momento para otro, Edd ya tenía sus piernas rodeando mi cintura y yo jugaba con su trasero. El beso ya no era dulce y era más salvaje. Y en medio de este, pude escuchar decir a Doble D "arriba, la habitación". Subí las escaleras con Edd en mis brazos mientras lo seguía besando y me detuve frente a la puerta. No estaba seguro y paré.

—¿Estás seguro?

—Totalmente —dijo abriendo la puerta indicándome que pasara y la cerró detrás de nosotros.

*

Desperté antes que él, lo observé recostado sobre mi pecho desnudo y sonreí. Podría decir que fue la mejor noche de mi vida.

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Si, si.
Antes de que me reclamen que no puse lo "interesante" les quiero decir eso...
Este capítulo se dividirá en dos partes, esta es la 1 y la siguiente es la 2. Más bien, sería como un extra, sólo narrando todo eso que pasó en la noche e_e
Esto en recompensa a la broma de la vez anterior xD
Gracias por leer

PRESA (KevEdd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora