XVI

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—¡Kevin! —grité y me balanceé sobre él para abrazarle.

Él no correspondió mi abrazo, pero tampoco se apartó. Hace tres días que no lo veía, y le extrañaba tanto. Además, tenía que hablar con él, no podía dejar atrás el asunto en el cual Kevin me engañaba.

—¿Qué pasa? —preguntó frío y sin mirarme.

Me aparte y lo miré a los ojos. Parecía que no había dormido bien estos días, estaba demacrado y ojeroso, pero no dejaba de resultarme lindo.

—Quiero hablar contigo —tragué saliva, y antes de que me pusiera una excusa para librarse de mí, continúe. —Sé que te ves algunas veces con una chica llamada Paula.

La piel de Kevin se erizó y abrió los ojos más de lo que pudiera imaginar; estaba sorprendido, él me creía incapaz de saber algo así.

—Escucha, yo...

—No me importa —lo interrumpí. —No me importa eso, no puedo reclamarte nada, porque de alguna manera me haces feliz, y yo quiero que tu también lo seas, no me importa con qué ni quién, sólo quiero estar a tu lado. No me importa que tan doloroso pueda ser para mí el seguir contigo a pesar de que no me quieras como yo a ti, yo aguantaré eso y más, porque tu me das las fuerzas que necesito para seguir.

Literalmente, él se quedó con la boca abierta, no sabía que decir ni que hacer, sólo me miraba fijamente. La verdad no esperaba que dijera algo.

(Narra Kevin)
—¿Cómo puedes decir eso? ¿Qué clase de persona eres? No puedes sacrificar tu felicidad por otra persona que no lo merece.

—Tú lo mereces... Yo siempre estaré para ti, el simple hecho de que estés conmigo me hace feliz, no me importa la manera.

Doble D era un tonto. No lo merezco, está haciendo todo tan difícil. Yo no quiero hacerle daño.
Salí corriendo de ahí. No me importaba escapar de la escuela y perder las clases, no podía seguir viendo a Edd.
¿Cómo decirle que esto se ha acabado si no quiero que acabe?
A mi lado él jamás sería completamente feliz, podría intentarlo pero, ¡él es un chico! ¡Igual que yo! Mi familia no lo aceptaría, no toleraría que el único varón de la familia fuera gay.
Además, toda mi reputación estaría arruinada, perdería todo... Menos a él.
Vamos, Kevin. Sé que puedes hacerlo.

(Narra Edd)
¿No era correcto querer a Kevin de esta manera?
Siempre había escuchado que debes ver por la felicidad de quien amas, ¿por qué ahora no estaba bien tomar en cuenta la de él?
¿Él era feliz conmigo? ¿O preferiría alejarse de mi?

*

Kevin me había dicho que vendría a casa, ya que tenía que hablarme de algo muy importante. La verdad me tenía muy nervioso el tema del que fuera a hablar. ¿Y sí quería terminarme?
Tocaron a la puerta. Mi corazón se aceleró y sentí un ligero temblor en mis manos; fui a abrir la puerta y me encontré con él. Nos mirábamos fijamente sin decirnos nada, solo manteniendo al frente de cada uno nuestras miradas perdidas.
Entró sin previo aviso y cerré la puerta detrás de él.

—No quiero perder mucho tiempo, porque sé que sí me quedo más tiempo hablando de esto, me será más difícil marcharme.

Mi corazón seguía latiendo de prisa, mi boca no pronunciaba palabras y mucho menos mi cuerpo no respondía. No sabía que es lo que quería decir, pero estaba sumamente nervioso y aterrado.

—Quiero pedirte que me des un tiempo.

Todo pareció haberse detenido. Antes pude sentir golpes de algunos bravucones en la secundaria para pasarles la tarea, pero esto que acababa de decirme dolía más que todos los golpes que había recibido.
En un instante mis mejillas ya estaban mojadas por mis lágrimas, mis ojos cristalizados estaban perdidos en el vacío sin ver nada.

—Pequeño, no llores por mí... —pausó y pude escuchar en su voz que un nudo en la garganta le impedía hablar. —Te prometo que volveremos a estar juntos —dijo mientras me abrazaba. —Por favor, para de llorar.

—Te vas para no volver, lo sé... Al fin comprendo lo que decía Eddy. Tú sólo me querías para un rato —hundí mi cabeza en su pecho.

—Eddy no se equivocaba —dijo y se apartó de mi. —No me busques más.

Su actitud había cambiado tan repentinamente, hace unos instantes me brindaba protección y ahora me arrojaba a un pozo sin salida.
Kevin salió y yo me quedé perplejo en la habitación, buscando como asimilar aquello.
Kevin se había librado de mí, pero yo no podría hacerlo, le dije que estaría con él aunque no me amara, que aguantaría todo por él...

—¿¡Por qué se fue de mi lado entonces!? —grité a la soledad y mis puños arremetieron contra el suelo

PRESA (KevEdd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora