XVII

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—Eddy... —dije al otro lado de la línea conteniendo las lágrimas.

—¿Doble D? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? En seguida voy.

Colgó.

No habían pasado más de dos horas desde la devastadora —al menos para mi— charla con Kevin, y que también desde entonces seguía llorando; las lágrimas jamás dejaban de brotar de mis ojos, literalmente era una fuente eterna de lágrimas en este momento.

Era tan débil, jamás en toda mi vida había sido fuerte, ¿cómo debía enfrentar esto? ¿¡Cómo podría!?

Al borde de la locura comencé a lanzar todo objeto que estaba a mi vista. Esto no era el final, ¿no es cierto? Esto era como en las películas, sí, películas; donde siempre vuelven y al final son felices por siempre.

—¡PORQUE ERES TODO LO QUE NECESITO! ­­—exploté y lancé contra la pared una pintura que había hecho años atrás.

—¡Por Dios, Edwardd! ¿Qué mierda te sucede?

—¿Cómo e...?

—Cállate, ven y dame un abrazo.

Eddy tomó mi brazo y me unió con él. Me sentía tan roto, terriblemente mal, jamás me había sentido así, era un sentimiento completamente nuevo y horrible. Lloré sobre el hombro de Eddy mientras él me susurraba a cada instante "te lo dije" y "todo estará bien", ¿así era como se solucionaban las cosas? Realmente lo dudaba.

*

Había despertado sobre mi cama con los rayos del sol alumbrando mi cara —lo típico de novelas y películas, agh—. No supe a qué hora me había quedado dormido y mucho menos quien me había traído aquí, aunque obviamente fue Eddy. Me levanté de mi cama y me dirigí directamente al espejo, nunca acostumbraba a hacerlo, pero sentía los ojos demasiado hinchados, y en efecto, estaban hinchados. Me sorprendí, parecía otra persona.
Miré mi móvil; ningún mensaje, ninguna llamada.

Pensando todo con claridad de camino al colegio, me había dado cuenta que la única manera de enfrentar todo lo que había sucedido era, obviamente, siendo fuerte, y para ser fuerte tenía que dejar todo atrás, suprimir lágrimas, pero no recuerdos, pues estos son los que le dan un poco de sentido y diversión a la vida, además de que te dejan experiencias de las cuales se aprende, y las que a futuro, te guían en el camino para no cometer el mismo error. Es decisión de cada uno aprender de las experiencias o ignorar las advertencias.

Justo en la entrada lo vi, estaba con Nath soltando carcajadas. Suspiré profundamente.
Pasé desapercibido al lado de ellos y entré al edificio.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando llegué hasta mi casillero. A pesar de todo, me dolía. Hace unos días sentía que me estaba comiendo al mundo, y ahora el mundo me comía a mí. Tanto había pasado en menos de una semana, y no quería ni imaginar cómo serían los días de ahora en adelante...

*

Habían pasado ya 6 meses desde aquella vez, y hoy era la graduación de los de último semestre. Hoy Kevin se graduaría. Y eso significaba que ya no lo vería todos los días.

Me atrevía a decir que había madurado mucho estos últimos meses, había dejado atrás mi actitud de niño inocente y tímido, volviéndome ahora un poco más distante de aquellos que no fueran mis amigos los Ed's. De igual manera, en la escuela me iba un poco mejor, pues ya aprobaba –con 8, pero aprobaba– la materia de Educación Física, por lo que subía mi calificación, aunque no de manera tan considerable para sacar una puntuación perfecta.

Todo había cambiado para bien.

(Narra Kevin)

Estaba frente al espejo mirándome cada detalle del traje que llevaba puesto. La verdad me quedaba muy bien el traje, no tengo porque mentir.
Tome la corbata y la comencé a amarrar. Deseaba que el pequeño pudiera hacer este trabajo.
6 meses, wow. Había pasado tan lento el tiempo sin Doble D que estaría completamente seguro sin un calendario que había pasado más tiempo. Muchísimo.
Cuanto más tiempo pasaba, más le extrañaba. No había día en el que no me preguntaba cómo se sentiría él.
Fui un egoísta estúpido.

Tome mis llaves y mi móvil y salí, luego subí a mi motocicleta ¿por qué no llegar con estilo?

*

No hay mucho que decir de la ceremonia, lo típico, llegar, sentarse, palabras de los profesores, entregar reconocimientos, tirar gorros, nada fuera de lo común.

—Hey, Kevin, acompáñanos, iremos a celebrar —habló Nath.

—No, gracias, sabes que tengo unos pendientes.

Nath rió. —Ah, claro, ya recuerdo. Pues, ¡suerte con eso, campeón!
Esperé a que todos se fueran para yo regresar tranquilo a mi casa. La verdad no tenía ningún pendiente, solo quería estar solo, pensar un poco.

(Narra Edd)
—¿¡QUÉ!? —grité a todo pulmón frente al computador.

¿Era en serio? ¡Oh por Dios, esto era increíblemente genial!
Había recibido una carta de aceptación para estudiar en el extranjero en una de las escuelas más prestigiadas del país. Era un sueño hecho realidad. Era lo que más quería ahora mismo.

*

Pasaron 2 meses más, y hoy era el día en que me iría de la ciudad para cumplir lo que siempre había deseado.

Reordenaba compulsivamente cada cosa que tenía en las maletas: ropa, libros, cuadernos, entre otras cosas random.
Estaba muy, demasiado nervioso, me aterraba el hecho de que estaría solo sin conocer a nadie, claro, solo por un tiempo, luego me acostumbraría y conocería gente.
Me entusiasmaba tanto el viaje, hace mucho que no subía a un avión, aunque admitía que les tenía pavor.

Faltaban 40 minutos para partir, y me sentía triste porque mis amigos no estarían aquí para despedirse de mí, ya que los dos, por alguna jugada del destino, habían salido con sus familias y no volverían hasta dentro de unos días.

Y también estaba triste porque no volvería a ver a Kevin...
Temía olvidar su rostro, su voz, olvidarlos como ya había olvidado su tacto y su forma de ser. No podía.
Tenía el impulso de ir a despedirme de él, pero seguramente no querría si quiera abrirme la puerta. Aunque, ¡vamos! Ya no tengo nada que perder si ya lo he perdido a él hace 8 meses.

Tomé mis maletas, me despedí de la casa y salí.

Dios, estaba tan nervioso, pero ya estaba a centímetros de la puerta de Kevin, tocando el timbre.
15 segundos, 30 segundos, 1 minuto...
No abrió, como lo esperaba. Conteniendo las lágrimas, me di media vuelta para ahora dirigirme al aeropuerto. No has perdido nada, Edwardd.

—¿Doble D?

Reconocí en un instante aquella voz. Mi piel se erizó y mis cabellos se pusieron de punta.


—¿Qué es lo que quieres? Creí que entendías que no quería saber más de ti.

—Kevin, me iré a estudiar al extranjero y... no pienso volver.

—Realmente no me importa. No me importa que pase contigo a partir de ahora, ni siquiera sé porque has venido a decirme esto.

—Entiendo, sabía que no debía haber venido, pero sentía la necesidad de hacerlo –una lágrima rodó sobre mi mejilla y me giré un poco para ocultarla. —Y también quería agradecerte por todo. Gracias, Kevin... Adiós.

Sin mirar atrás, seguí mi camino. Porque... a pesar de todo, hay que continuar, ¿no?



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Si, este es el último capítulo, ya saben, los que siguen son los dos finales completamente diferentes.

Para explicar, serán largos, por lo tanto serán ONE-SHOTS que publicaré aparte (obvio les dejaré un link en los comentarios en la siguiente parte para que puedan ir a ellos:)) además de que lo veía más interesante así, pues escogerían el primer final por nombre y portada, y por lo tanto podrían sorprenderse o simplemente ya haber previsto todo el final xD.

Gracias por la espera, la verdad no había tenido tiempo de escribir, y cuando lo tuve, no tenía internet para publicarlo xD

Les agradezco cada voto y comentario, en serio, leo todos y cada uno de ellos, simplemente son geniales todas ustedes<3

Disfruten.

PRESA (KevEdd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora