VII.I

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Narra Edd
Había cerrado la puerta sin dejar de besarlo, nuestras lenguas jugueteaban entre sí y nuestras bocas pedían salvajemente algo más que besos.
Por la cortina entraba la luz de la noche y en la habitación solo se escuchaba el pasar de nuestra saliva y nuestros movimientos sobre las aún tendidas sábanas.
Kevin me acariciaba la espalda y apretaba mi trasero... de alguna forma era... ¿Excitante? había leído sobre esta sensasión en libros de sexología pero nunca la había experimentado, solo sentía que con cada roce ardía algo dentro de mi.
Kevin tomó mi camisa y la fue subiendo lentamente hasta quitármela, dejando mi piel expuesta ante él. Luego bajó sus manos hasta la el botón de mi pantalón para desabrocharlo, y mientras lo deslizaba acariciaba mis piernas.
Entonces caí en cuenta de que estaba medio desnudo frente a el, lo que me ocasionó una gran verguenza y un notable sonrojo, así que agaché mi cabeza y la escondí entre mis manos para que no me viera
Sentí una mano apartar las mías del rostro y levantar mi mentón. Vi a Kevin como sonreía dulcemente, lo cual, me hizo sentir seguro, protegido y querido.

—No te avergüences, eres hermoso — susurró cerca de mi oído.

Se alejó para tomar ruta hacia mi boca y darme un dulce beso en los labios, fue bajando hacia mi cuello y comenzó a chuparlo y darme pequeños mordiscos y lamidas. Ouch.
Se separó un poco de mi para quitarse su camisa y siguió con su lo suyo, sólo que ahora se dirigió directamente a mis pezones y comenzó a succionarlos, ocasionando lo peor; salió un pequeño sonido de mi boca, sonaba como un chillido y suspiraba cada vez que los lamia.
Realmente se sentía muy bien, era algo que no podía explicar.
Los lamía y mordía, cosa que me encantaba. Con cada mordida me hacía retorcerme debajo suya, pidiendo más.
Esta vez yo tomé la iniciativa. Me separé de él y lo aparté de forma que yo estaba sentado al borde de la cama y él parado frente a mi.
Llevé mis manos al botón de su pantalón y torpemente buscaba desabrocharlo. Kevin reía y me hacía sentir inseguro

—¿Necesitas ayuda? —preguntó de manera sarcástica.

Mordí mi labio inferior y él tomó mis manos para controlarlas y lograr mi objetivo.
Bajé su pantalón y mi mirada fue directamente al gran bulto que había bajo los bóxers de Kevin.
Sin avisarle, desesperadamente bajé sus bóxers. Quería ver que era lo que había bajo ese trozo de tela.
Ya su miembro al descubierto, frente a mi, no sabía que debía hacer ahora.
Aunque no sabía de medidas, sabía perfectamente que era grande, mucho. O al menos para mi.

—Es injusto que sigas con ropa.

Entonces me empujó hacia la cama y se deshizo de lo que quedaba de mi ropa. Ahora estábamos desnudos los dos.
Kevin arriba de mi, coloca tres de sus dedos frente a mis ojos seguido de un susurro que decía "chupalos".
No entendía el por qué, e incluso me parecía extraño, pero él insistió —mejor dicho, me obligaba— y los llevé a mi boca.
Sólo los chupé un poco, pero Kevin me dijo que no era suficiente y seguí.
Luego él sacó sus dedos dejando que un hilo de saliva quedara entre mi boca.
Entonces, sin avisarme, metió un dedo dentro de mi. Al principio solté un grito, pero admito que se sintió bien. Luego metió otro, gemí y comencé a tener una sensación incómoda. Enseguida metió su tercer dedo causándome otro grito de dolor. Kevin se disulpó por su dureza.

—Perdóname, cariño. Esto es para que te no sufras tanto.

Contenía una lágrima que amenazaba con salir y daba pequeños gritos.
Kevin movía lentamente sus dedos tratando de que mi cuerpo se acostumbrara.
Mi respiración era muy agitada y buscaba calmarme, el dolor ya había disminuido y podía decir que ahora lo disfrutaba.
Kevin al notar que ya no me quejaba, sacó sus dedos para ahora entrar él dentro de mi.
Primero frotó mi entrada con su pene, de forma lenta, y de la misma manera, fue entrando poco a poco. En comparación con los dedos, esto era mucho más doloroso. Apreté con fuerza mis labios evitando soltar algún otro grito y enterraba mis dedos en su espalda.
Se movía lento dentro de mí. Mi cuerpo aún no se acostumbraba y por consecuente, me dolía bastante.
Luego de un rato, el dolor se había transformado en placer, se sentía tan bien y gemía como loco. Comenzó a aumentar la velocidad y su fuerza, yo sólo cerraba los ojos y me dejaba llevar. También aumentaban de la misma manera mis gemidos.
Entonces llegó un instante en el que me atrevía a decir que estaba en el mismísimo paraíso. Se movía rápidamente dentro de mi, y sus duras estocadas me hacían dar pequeños saltos y gemidos.

—Intentemos algo —dijo enrollando mis piernas alrededor de su cintura y levantándolos de la cama.

Me acorraló contra la espalda y comenzó a penetrarme más fuerte y rápido. Mientras lo hacía apretaba mi trasero y yo me recargaba en la pared mientras gritaba su nombre.

—No pararé hasta que todos tus vecinos sepan mi nombre.

—Ke... Kevin, ¡ah! —dije entre gemidos.

Entonces nos llevó hasta mi escritorio y tiro todo lo que había encima de él.
Me bajó y me recostó sobre él, dejando sólo que mis piernas me mantuvieran firme sobre el suelo.
Nuevamente comenzó a penetrarme y pude sentir que me corrí encima del escritorio y manchando mis piernas, me apenaba, pero yo seguía disfrutando.
Estaba aferrado al escritorio pidiéndole más a Kevin, hasta que estaba totalmente cansado y no podía siquiera hablar.
Sentí como Kevin se corrió y salió de mi interior.
Me deslice sobre el escritorio para caer al suelo y Kevin se sentó a mi lado. Tenía mis ojos cerrados y mi respiración agitada.

—Gracias por esta noche —me dijo y besó mi nariz.

No le pude contestar, además de que no sabía qué, las palabras no podían salir.
Me tomó entre sus brazos y me llevó a la cama, recostandose después de mi.
Frente a él, lo abrace por el torso y acomodé mi cabeza en su pecho, seguidamente escuché un "Buenas noches" y caí en un profundo sueño.

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Aquí está el tan esperado Lemmon, al fin
Fue la primera vez que escribí esto, aunque en realidad no lo escribí yo, una amiga me dio las ideas (ailoviu:3)
Y no tenía ni idea de como narrarlo y lo hice como creía que era. Por lo que espero que les haya gustado xD

PRESA (KevEdd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora