Capítulo 34.

51 3 1
                                    

Cierro los ojos dejándome llevar por lo que siento, que es más fuerte que yo. Aún más cuando tengo los labios de Ryan pegados a mi cuello y sus manos sujetando mis muñecas, que corren el peligro de flaquear y tirar todo lo que llevo sobre mis manos.

- ¿Qué... qué haces?- digo en un hilo de voz, lo que me permite el temblor de mi cuerpo.

Siento como Ryan sonríe sobre mi cuello. Presiona mis muñecas con fuerza y las sujeta desplazándose unos pasos hacía el puf. Mientras intento cerrar los ojos y canalizar lo que me parece una ensoñación, Ryan hace que tire todo al puf. Abro los ojos de repente ¿Dónde está? Ya no está detrás de mí, ni le siento cerca.

El discreto sonido de una prenda tirada al suelo me tienta a voltearme, pero me abstengo esperando algo mejor. Y lo recibo, haciendo chocar nuestros cuerpos. Ryan vuelve a posar sus labios sobre mi cuello pero esta vez más cerca de mi oreja. Acaricia mis brazos hasta entrelazar nuestras manos. Contengo el aliento abrumada. Joder, no me esperaba para nada que estuviera en mi habitación y menos que en algún momento reaccionara así.

- Respira, no es para tanto- susurra y me pega un mordisco sonriendo.

Sonrío como una tonta. Esta es la esencia de Ryan, la que me engancha.

- No eres tú quien ha estado sin ti- aprieto sus manos sintiendo como se detiene mi corazón al decirlo.

Tras mis palabras Ryan no se pronuncia e incluso está tan ausente, que soy yo quien presiono el enlace de nuestras manos. Espero una reacción que manifieste algún tipo de sentimiento. Repentinamente remueve su mano y me clava las uñas con fuerza.

- No digas eso. Nunca más- dice con sequedad-

Abro los ojos vagando por la habitación buscando algo, que ni yo sé.

- ¿Por Qué?- digo con la garganta seca.

- No creo en ese tipo de sentimiento- hace una pausa que hace el ambiente más tenso-. No quieras destruir un edificio en ruinas.

Su última frase se cuela en mi cabeza y resuena en exceso. Pero me obligo a no cuestionar nada más.Solo quiero no dejar de sentir.

- Me gustaría decirte lo que siento siempre, porque creo que es uno de nuestros problemas- aclaro con frialdad.

- Seguro que sí pero, me niego a eso. No lo puedo aceptar.

Frunzo el ceño confusa.

- Tus reacciones no dicen lo mismo- suelto un poco a la defensiva.

En un rápido movimiento, Ryan me voltea y me posiciona cara a cara. Casi no puedo ver su intenso azul pero sí distinguir sus facciones bajo la luz de la luna, que son más fuertes. Parece tan... Ni siquiera se como definir lo. Solo se que me hace sentir millones de emociones; solo su contacto visual, el saber los pocos centímetros que nos separan o el pensar que él también se muere por darme un beso ahora mismo.

- ¿Qué quieres decir?

- Que me beses- susurro aturdida.

Espero una respuesta con la respiración entrecortada. Solo recibo silencio por su parte durante varios segundos. Algo en sus ojos se encienden. Parece un brillo o algo que simplemente se ha activado en sus ojos. Le observo con atención, acercándome con cautela más a él.

- ¿Estás segura?

- No digas nunca eso. Nunca más- recito su frase anterior con una mueca de negación, divertida.

Se ilumina la sonrisa de Ryan en la tenue oscuridad. Me pone en tensión.

- ¿Por qué?- pregunta en un falso tono curioso.

El pasado de sus ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora