El pasado de sus ojos.

Capítulo 6.

No puedo negar que Matt, esta guapísimo con su jersey azul marino. Encaja a la perfección con su tez pálida y sus ojos marrones. Me distraigo mirando el bordado del pájaro del Holister para ignorar la enorme cola del cine. Sé nota que es día de promoción en el cine y las entradas cuestan menos. Matt esta muy relajado aun que no deja de doblar y desdoblar los billetes. Aun que su tranquilidad me preocupa, lo poco que he visto de él no es una persona muy serena y pensativa. Si no todo lo contrario.

Le miro desde mi metro setenta- ¿ Ocurre algo ? Estas muy callado- susurro.

Me da miedo alterar su calama.

Me mira con los ojos muy abiertos. Y sonríe.- Estoy bien. ¿ Tenías ganas de venir, conmigo… digo al cine ?- menea la cabeza con los ojos cerrados.

-         - Claro. Quien no tiene ganas de venir…- miro hacía el frente.

Claro que le ocurre algo. Y a mi también. Su pregunta era obvia. Matt se a echo o se esta haciendo ilusiones conmigo erróneas. Lo que no sé de que tipo. Somos primos, no creo que sean sentimentales…

La puerta de cine se abre y con ella una corriente de frío. En Madrid en frío no pasa en vano y se nota a cada lugar de la ciudad. La puerta se cierra en un pequeño portazo. La cola avanza y Matt y yo, ya no somos lo últimos. Siento el calor de una persona muy cerca de mi. En mi espalda e incluso en mi trasero. Me volteo hacía Matt. Tiene la cara roja como un tomate y los ojos encendidos como llamas. Cuando me quiero girar hacía tras, unas manos frías me vuelve a colocar en mi posición y me arrastra hacía delante para seguir la cola que ha avanzado.¿ Pero que coño esta pasando ? Dios mío, que no sea él ¡por favor!

-          -No la toques- Matt permanece en su sitio sin avanzar.

Las manos frías suben hasta los hombros. Matt anda en zancadas a mi lado y continua con la misma cara de furia. Con los ojos más ardidos.

-         - Otra vez nos encontramos, nena- dice su inconfundible voz en un susurro más sensual que nunca.

El corazón se me dispara como un reloj sin control. El cuerpo se tensa y noto el calor en mi cuerpo. Incluso un sudor frío, muy frío.

Me giro hacía atrás. Quitando sus manos de mis hombros. Y ahí esta con esa puta cazadora de cuero azul y una sonrisa de infarto. Con los ojos azules brillantes que dicen malas intenciones. Trago saliva lentamente.

-          -Hola- digo conteniendo mis emociones .

Recuerdo nuestra conversación telefónica. Su tono excitador y mi ardor por él. Algo que nunca había sentido por nadie. Jamás.

Miro a Matt atentamente. No le quita los ojos de encima. La cola avanza, sólo quedan dos personas por atender para que nos toque a nosotros. Cojo de la mano de Matt involuntariamente. Me mira tenso, su furia y su color van desapareciendo cuando se encuentran nuestros ojos. Tiro de él para avanzar. Sus ojos brillan, brillan mucho. Me da miedo. Hay algo detrás de todo esto. Miro hacía delante para ignorar el primo pletórico que me mira como si yo fuera un autentico ángel. Y él loco acosador, que cierra los puños con fuerza. Suspiro muy intensamente. Cuantos sentimientos y reacciones en muy pocos segundos.

Mi corazón late más descontrolado cuando mi acosador se vuelve acercar, y me susurra:

-         - Tú juega. Luego no llores cuando le rompa la cabeza a tu primo y no quiera saber nada de ti- dice en un gruñido bajo.

Cierro los ojos al sentir que se va. Y boom, todo el calor la sensaciones excitadoras desaparecen con su portazo en la puerta del cine.

Entramos a la sala de cine y nos sentamos en los asientos asignados. Lo restante de cola que había quedado y el corto camino de la taquilla a la sala, no hemos hablado de nada. Ni siquiera se han escuchado nuestras respiraciones. Ryan todo lo tensa entre Matt y yo. Bueno y entre él y yo. Su última frase se repite continuamente en mi cabeza. Sobre todo la parte “ no saber nada de ti”. Hay un inquietud más pequeña que el miedo que me ronda. Quizás porque es el primer chico que me ha atraído tanto y me ha declarado sus pensamientos y intenciones sin rubor alguno. De alguna forma me atrae hacía él aun que no lo admita ni le busque. Pero es obvio e innegable que me encanta.