Hija tercera de un matrimonio de clase media en la Inglaterra de finales del siglo XVIII,con un padre ausente y poco cariñoso,una madre que no posee voluntad propia y unas hermanas mayores que no tienen nada que ver con ella. Solo cuenta con su herm...
A la mañana siguiente Allysa despertó cansada mental y físicamente. Lo vivido la noche anterior la rebaso por completo y ni siquiera podía olvidarlo ya que Dorothy no dejaba de hablar de todo aquello en especial de Edward. Ya la tenia fastidiada,desde que salieron de Newcomen no hablo de otra cosa incluso estuvo en su habitación hasta altas horas de la madrugada contándole todo lo que habían hecho y dicho. Allysa no supo como pero su hermana se las había arreglado para no soltarlo,incluso consiguió sentarse junto a él en la cena.
Pero ya era hora de volver al presente,hoy comenzaba con las clases de cocina que tendría que tomar. Y no es que le hiciera mucha gracia pero su padre se lo ordeno ya que debido a su escasa dote no cabía la posibilidad de que un caballero rico la desposara,así que era mejor prepararse y aprender todo lo que le fuera útil a la esposa de un hombre de poca fortuna.
—¿Señora Tate?—pregunto entrando a la cocina y como no la vio se acerco a curiosear lo que hervía en las ollas.
—Niña ¿que hace?—dijo la cocinera dejando tras ella,dejando la canastilla de verduras en la mesa— ande póngase aquel delantal para poder empezar con su primera lección.
—¿Y sera muy difícil?
—No. Pero basta de tanto parloteo y empiece ya con aquellas verduras.
Allysa no supo cuanto tiempo tardo la preparación de todo,pero le sorprendió ver lo eficiente que era la señora Tate. El desayuno fue servido y Dorothy elogio las verduras cocidas de su hermana y hasta se mostró impaciente por que llegara su turno de adentrarse en los preparativos de algún manjar. Su padre la reprendió diciéndole que no se entusiasmara demasiado por que ese momento no le llegaría hasta dentro de uno o dos años. Esto incluso hizo callar a Dorothy y la puso triste. El señor Hardy quedo conforme con la reacción de su hija,le disgustaba que tuvieran iniciativa propia quería que todo lo que hiciesen fuera ordenado por él tanto si querían como si no.
Estaban en completo silencio cuando entro Mary con un recado para la señora Hardy,ella lo abrió y leyó en pausas después de cinco minutos anuncio:
—Es de Lucy dice que viene a comer y traerá al pequeño Matthew con ella—,su entusiasmo era palpable—¿no es una gran noticia?
—Si mama lo es,después de todo hace tanto tiempo que no los vemos.
—Basta Clarisse,tu hermana y mí nieto—recalco esto ultimo—pueden venir las veces que quieran a visitarme.
—Ah,entonces solo vienen de visita—interrumpió Allysa—bien, espero que solo sea eso y no te deje al niño durante días como en otras ocasiones.
—Ally es mi nieto—se puso digna—,y a mi me gusta cuidarlo todos los días y las veces que sea necesario ¿me has entendido?—la fulmino con la mirada.
En vano era tratar de hacer entrar en razón a su madre. Lucy era la mayor y su hija favorita la que le había dado su primer y hasta ahora único nieto. En ese niño veía a los que ella no pudo tener. Sus otras hijas eran relegadas a segundo plano cuando él estaba presente.
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La tarde llego y con ella la hora de comida y las personas tan esperadas por un solo miembro de la familia.
—¡Hija mía! ¡que gusto que vinieras!—exclamo la señora Hardy no bien Lucy dio un paso dentro.
—Hola mamá—fue todo el saludo que recibió.
—¿Y Matthew donde esta?
—Afuera jugando—. Informo,y se dejo caer en el sillón.
—Lucy,¿cuantas veces te he dicho que no lo dejes solo? Es peligroso—y se precipito en un remolino de faldas hacía la calle.
Y esa era la escena que se repetía cada vez que la madre y el niño aparecían:
Por un lado la señora Hardy personificaba la preocupación extrema y por el otro Lucy en igual medida la despreocupación.
Lucy era bonita tenia el físico de la señora Hardy,pero su carácter y maneras eran las de la familia de su progenitor. Engreída y orgullosa tenia una sola meta tener dinero para gastarlo en lujos y comodidades. Su falta de inteligencia y su carencia de humildad la llevaron a que cuando se le presento la oportunidad huyo con un hombre al que creía sumamente rico,pero la realidad fue otra y resulto que su ahora marido no era mas que un jugador y apostador al que la suerte había favorecido en un tiempo permitiendole presentarse ante ella con lo que mas deseaba. Los señores Hardy se disgustaron un poco pero se les paso en cuanto se les informo que estaban casados. Y después con la llegada de Matthew fue recibida de nuevo en casa.
