IX

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Me sobresalto e instantáneamente llevo la zurda hacia mi cabeza sintiendo un gran pesar acompañado de un gran dolor. Retiro mi mano del lugar, mi vista se va a la palma de mi mano, la cual se encuentra totalmente salpicada de sangre. Inmediatamente me quejo. Mi ropa aún está húmeda, miro a mi alrededor, pero ya no estoy acompañada de Finn, y ni siquiera estoy en la vieja camioneta. Me encuentro sobre una cama con la misma contextura que la mía. El cuarto es oscuro, pero la luz de la luna logra entrar por la ventana la cual está abierta haciendo que el frío se cole entre ella.

Con un gran pesar me levanto de la cama y mis pies descalzos tocan el tibio suelo de madera. Camino dificultosamente hasta llegar al marco de la puerta. Siento como mi cuerpo se desvanece nuevamente, pero mis manos son más rápidas y me afirmo de este. Mis piernas flaquean entre sí, pero logro establecerme. Al llegar al final del cuarto, me percato que este no termina aquí. Dudosamente camino por el pasillo forzando mí vista en la oscuridad, y al instante veo la chimenea ardiendo. Delante de ella se encuentran algunas prendas colgando desde el respaldo de una silla también de madera.

Al acercarme, puedo sentir el calor que emana la chimenea. Con la diestra volteo la prenda para que esta se secara por el otro lado, y recuerdo a quién le pertenece. Era claramente la chaqueta negra que Finn había estado usando durante el día.

La puerta se abre bruscamente de un solo empujón y yo no hago más que voltearme en dirección de esta, todo lo que puedo ver es como el cuerpo de Finn está empapado por la lluvia mientras este se dispone a cargar algunas varas de madera.

-Creí que aún estarías durmiendo –Dice indiferentemente acercándose. Desde mi lugar aún puedo percibir algunas de las gotas intactas rebelando por su pecho. Él deja caer las varas de madera dentro de esta.

-¿En dónde estamos? –Pregunto.

-Lejos –Se limita a decir primeramente –Eso se ve mejor que antes... –Señala mi herida en la frente.

-¿Sólo dirás eso? Finn, debemos volver –Le exijo.

-No podemos, estuve toda la tarde intentando reparar la maldita chatarra, Elizabeth –Dijo –Fue un maldito venado, es por eso que estás así. ¿Acaso no entiendes para qué está el cinturón de seguridad, Elizabeth? ¿Qué no entiendes que podría haberte sucedido algo peor que esa mierda qué tienes ahora mismo en la tú jodida frente? –Él se frustra y se aleja de mí.

Finn camina hasta una habitación de este extraño lugar y se pierde entre la oscuridad. Con la mirada busco algún interruptor, pero no hayo ninguno. Camino también por el pasillo buscando el cuarto en el que anteriormente me encontraba, pero mis hallazgos son gratamente mejorados al encontrar una pequeña cocina de estilo rústico.

Me dirijo hasta un mueble repleto de cajones, encuentro fósforos y el trozo de una vela. La enciendo y reviso el resto de los cajones. Sólo hayo algunos platos en buen estado y otros que simplemente son cerámica convertida en trozos de este. Bufo y dejo caer mi cuerpo en una pequeña silla de plástico la cual se encuentra al lado de la mesa de madera.

Dejo caer el cerumen de la vela sobre un plato y pongo esta sobre el haciendo que esta se peque totalmente al plato. Mi mirada se pierde totalmente en el marco de la puerta, Finn esta vez no traía su musculosa dejando ver su definido torso, se nota totalmente que las tardes de boxeo habían estado haciendo un exagerado cambio en él.

Me mira durante unos segundos sin actuar. Se acerca a mí y pone un algodón en mi herida, arrugo mis facciones por unos instantes por el dolor, supongo que este contenía algo de Alcohol.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2015 ⏰

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