Capítulo 8: Latido del Corazón

4.6K 270 81
                                    


Me despierto con algunas marcas rojas en mi brazo. Y en mi cuerpo. Maldita sea, Noh. Pienso adormilado. Mi cabeza se siente pesada mientras lavo mis dientes y todo lo que quiero hacer es arrastrarme de nuevo hacia mi cama. Afortunadamente el sarpullido no se ha extendido hasta mi cara.


Madre solo me da un vistazo en el desayuno antes de enviarme directo a la cama.


-¿Y qué pasa con Padre? -le pregunto. De acuerdo a Padre, no hay excusas cuando se trata de faltar a la escuela, salvo estas dos: enfermedad o muerte, escoge la que quieras.


-Yo puedo manejarlo -dice ella con firmeza-. ¿Qué fue lo que hiciste para que te saliera esto en todo el cuerpo? Te he dicho que no comieras cosas de por ahí.


Permanezco callado. Nunca le he mentido a mi madre antes y no iba a comenzar ahora, así que decido dejar que piense lo que quiera. Ella pone una mano sobre mi frente.


-Tsk. Aún estás teniendo alergias. Creí que ya las habías dejado atrás a estas alturas. Espero que no te de fiebre también. Enviaré a la Tía Noi arriba con tu medicina para después. ¡Recuerda tomarlas!


Asiento en silencio y vuelvo arriba, donde colapso agradecido encima de mi cama.


Idiota Noh. Me encantaría ver el estado en el que está él ahora. ¡Espero que esté sufriendo tanto como yo! Recojo mi teléfono y busco su nombre. Un nombre que agregué hace menos de dos días atrás. Mi dedo permanece inmóvil en el aire sobre el botón de llamado... y entonces dejo que el teléfono caiga de nuevo en la cama. ¿Estoy tan desesperado por escuchar su voz?


Alguien toca la puerta y Tía Noi entra con una bandeja de medicación y una botella de agua. -La crema es para el sarpullido y estos son antiestamínicos para que los tomes ahora mismo, y esto es en caso de que tengas fiebre más tarde. -me instruye y obedientemente trago las pastillas que ella tiene para mí-. Oh y tu amigo dejó su reloj en el garaje anoche.


Ella extrae el robusto reloj Diesel de Noh y lo pone sobre mi mesa de estudio.


-Khun Noh es un chico tan lindo, ¿cómo es que nunca lo había visto hasta ahora? -no sé cómo responder a eso, pero afortunadamente ella continúa hablando-. ¿Necesitas ayuda para aplicar la crema en la erupción, Khun Phun?


-¡Puedo hacerlo yo mismo, Tía! -le digo, ligeramente escandalizado.


-Oh, ya eres un adulto, ¿mmh? No olvides que te conozco desde antes de que pudieses caminar; no hay nada que ya no haya visto -se ríe-. No olvides aplicar la crema, de acuerdo. Vendré a verte más tarde. -asiento obedientemente y cierro mis ojos en cuanto se ha marchado, el dolor de cabeza ahora de verdad me está matando.


Mi sueño es interrumpido groseramente por alguien llamándome, incluso cuando está silenciado, zumba como el demonio sobre mi mesa de luz. Lo ignoro, esperando que quién sea entienda la indirecta y deje de llamar, pero quien llama es persistente. Finalmente miro la pantalla y se trata de Noh.


-Ey, ¿qué pasa, Noh?


-¿No irás a la escuela? ¿Por qué estás durmiendo aún? -¿Ni siquiera un "Hola" o un "Buenos días" al menos? ¡Cómo puede estar tan alegre mientras estoy aquí sufriendo en cama!

El Diario de PhunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora