8.

60 1 1
                                    

[ Espera, espera. ¿¡¿ Cómo?!? ¿Le gusto a N? No puede ser, no ahora. Lo tenía todo tan claro, tan bien planeado... Había conseguido realmente, por una vez, dejar de pensar en ella como algo más que amigos, y de repente me salta con éstas. No-me-lo-creo.

Lo sé, debería estar feliz, muy feliz, de hecho, pero en mí hay una serie de emociones contradictorias turbiamente mezcladas. Por un lado, está mi parte masoquista y soñadora, que se acaba de marcar un triple mortal hacia atrás y ahora se frota las manos pensando que todo lo que ha sufrido ha dado sus frutos. Y al otro lado del cuadrilátero está la parte fría y cínica, preparada para soltar un directo de derechas a su parte contrincante por si se le ocurre hacer alguna tontería.

Y es que esto es algo serio que merece ser analizado a fondo, sin dejar ningún detalle al azar. Porque sí, la chica por la que tanto tiempo llevo colado se me acaba de declarar, ¿pero acaso no me ha tenido en vilo todo este tiempo sin decirme nada, probablemente sabiendo lo que sentía por ella y aún así callando egoístamente? Además, no hay que olvidar que me encuentro ahora mismo en una relación con una chica que no necesita que le dedique ni una palabra más que perfecta. Sí, no es N, me repito más que el ajo, pero siendo sinceros, ¿qué más da? De hecho, puede que tuviera que plantearme el hacerme mirar la obsesión que tengo por esa chica, que es insana la mires por donde la mires. Ya va demasiado tiempo pensando en ella, soñando con ella, incluso viviendo por ella. Quizás ha llegado el momento de pensar sólo en N, y mirar más por L. Efectivamente, es un buen punto de vista.

Pero pasemos al otro punto, que para nada es menos importante. Y es que puede que esté sacando conclusiones precipitadas al afirmar que N sabía lo que yo sentía por ella y había estado ignorando. Es posible que ciertamente fuera medio ciega y no se diera cuenta, quizás con la percepción nublada por sus propios sentimientos hacia mí. Y no olvidemos la posibilidad de que lleve, como yo, mucho tiempo sintiendo atracción hacia mí, y no haya sido capaz de materializar esos sentimientos en palabras o hechos, como sucede en mi propio caso. Tampoco sería descabellado imaginar, en este hipotético caso, que manteniéndome en silencio haya estado causando en su persona el mismo daño que ella, involuntariamente o no, ha causado en mí. De hecho, si continuáramos en esa realidad paralela y, repito, posible, yo habría sido para ella lo mismo que ella ha sido para mí; una figura admirada, querida, amada, pero por su actitud inalcanzable, lo que denotaría un extraño y un poco cruel sentido de humor del universo.

Pero, contraataca mi parte racional, esto implica un ejercicio de imaginación que hace que las posibilidades de que esta situación se haya dado sean mínimas, incluso ridículas, pues estoy viendo este asunto desde un punto de vista completamente egocéntrico, ignorando las más probables posibilidades de que yo sea, sí un buen amigo, pero no uno fuera del montón, y que su vida no haya girado en torno a la mía así como la mía lo ha hecho hasta ahora. Porque, seamos sinceros con nosotros mismos, que yo me haya encontrado en esta situación al amarla no quiere decir que ella me haya tenido que amar de la misma manera; pues de nuevo la balanza de lo probable se inclina de forma exagerada a favor de que le haya empezado a gustar hace poco, que al haber estado alejados tanto tiempo se haya dado cuenta de que no quiere que yo falte en su vida. En este caso, siempre se puede mantener una estrecha amistad pero continuar con una relación que no me ha exigido nada y que tanto me ha dado.

Pero claro, la parte emotiva vuelve fuerte, recordándome una de mis frases preferidas, que es que aquello que realmente te cuesta esfuerzo es aquello con lo que al final más ganas, y de lo que más orgulloso te sientes. En efecto, siempre he pensado que por lo que más trabajas es de lo que más satisfecho te sentirás de haber logrado, y de lo que guardarás un mejor recuerdo. Por lo tanto, siguiendo esta lógica, habiendo dedicado a este "proyecto" mucho, muchísimo más tiempo que a cualquier otro, realmente lograrlo me llenaría de una forma que ningún otro me podría llenar actualmente. Porque, no nos engañemos, si todo el tiempo que he dedicado a pensar, dibujar, soñar, escribir sobre N lo hubiera dedicado a cualquier otro campo, ahora mismo sería algo así como un auténtico experto el aquello que fuera. Y sería una verdadera lástima tirar todo ese esfuerzo, todo ese tiempo, toda esa dedicación por la borda, sin emplearlo en algo realmente útil para la causa por la que han sido empleados.

Estoy hecho un completo lío. No sé que narices voy a... ]

- ¡Oye! ¿Por qué me sacas una foto?

- Porque no te puedes imaginar la cara de estúpido y alelado que se te ha quedado. Parecía que te hubiera dicho algo como que tengo pene en vez de vagina. ¡De verdad, me meo...!

- ¿Quieres hacer el favor de dejar de reírte a mi costa? No ha tenido ni pizca de gracia.

- Eso lo dirás tú. No me había reído así en años. Hace un mes no habrías picado en una de éstas.

- Está claro que después de tanto tiempo he perdido práctica.

- Pues prepárate, porque a partir de ahora vienen más y mejores.

- Esa es mi N. Cómo te he echado de menos.

- Y yo a ti, L, aunque negaré ante un juez haber dicho eso. Venga, vamos a dar una vuelta.




Ya estamos de vuelta en casa. Sencillamente, sólo puedo decir que estoy feliz. Muy, muy, muy feliz. Esta tarde lo he pasado genial con N. Sin la tensión continua de estar preocupado por mis sentimientos hacia ella, me he comportado de forma mucho más natural, y tanto ella como yo lo hemos notado. Hemos alcanzado un nivel de complicidad que hasta ahora ni habíamos imaginado, e incluso se podría decir que no nos hacía falta ningún tipo de pulla ni ataque hacia el otro. Sencillamente, éramos dos amigos que pasaban la tarde disfrutando de la compañía mutua. Le he hablado de Talía y dice que le gustaría mucho conocerla, aunque no se si me atrevo a dejar a Talía en manos de N, que ya sabemos cómo puede llegar a ser... Es broma, pronto se la presentaré.

Obviamente, todas las dudas que tenía sobre mis sentimientos han sido resueltas. Y he de admitir que se vive mejor. No hay ni comparación. Me noto incluso con ganas de dormir, con lo que a mí me cuesta conciliar el sueño. Parece como si una espesa niebla se hubiese despejado, dejándome apreciar la vida tan bonita como es.

Lo sé, parezco pasteloso y cursi, pero déjame disfrutar de mi recién adquirida libertad. Ya se me irá bajando poco a poco el subidón de endorfinas. Pero, por el momento, sólo siento alegría y un profundo agradecimiento. Agradecimiento hacia ella, por haberme traído hasta donde estoy ahora. Muchas gracias, N, por haberme transformado en lo que ahora soy.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora