Al día siguiente, haciendo un gran acopio de agallas, Saga se presentó en la casa de los Tavalas esperando ser recibido con hachas, palos y piedras literalmente, pues imaginaba que ya a esa hora los padres de Milo ya tenían conocimiento de su engaño. No se equivocó ya que los venerables señores lo miraron con ceño adusto apenas vieron su silueta aparecer.
-Sr. Caristeas-comenzó el padre de Milo-mi esposa y yo necesitamos aclarar algunas cosas con usted.
-Sr y Sra. Tavalas, lamento si.....
-no nos interesa lo que tenga que decirnos-lo cortó la mujer-primero usted nos escucha, después habla.
Los esposos se sentaron en una banca a las afueras de la casa, Saga optó por permanecer de pie mientras preparaba sus oídos para el sermón reprensivo de sus ex-suegros.
Mientras esto sucedía, Milo y Camus estaban de visita en la casa de uno de los tíos de Camus, el tío en cuestión no tenía ningún vínculo con la madre de Milo, sólo con el padre de Camus con el que era medio hermano, su nombre Dégel.
Camus consideró sacar a Milo a tomar un poco de oxígeno luego de la desazón sufrida y aunque él no mostrara que todavía le dolía, era mejor distraerse y olvidarlo.
Ambos iban en el auto conducido por el mayor de los dos, sumidos en un silencio aterrador que fue cortado por la voz de Milo.
-¿en serio es un paseo?
Sin despegar la vista del volante, Camus respondió.
-me gustaría charlar, pero no debo distraerme, si quieres conversarme yo te escucho.
-en serio si te importo.
-más de lo que imaginas-respondió haciendo énfasis en la última palabra.
Milo sonrió mientras un rubor se pintaba en sus mejillas, su primo era demasiado atento y cariñoso con su persona. Prosiguieron el camino sin decir nada más, Milo miraba por la ventana el paisaje que se le presentaba ante sus ojos, estaban saliendo de la ciudad pues veía casas campestres, plantaciones y alguna que otra cosa típica de esos lugares.
El automóvil detuvo su andar frente a una bonita casa de campo de la que salió un hombre de cabellos verdosos, alto y con lentes, Tavalas se sorprendió al notar el increíble parecido con Camus, pero no quiso manifestarlo.
-¡hola tío Dégel!-saludó Camus apenas bajó del vehículo.
El mencionado abrazó a su sobrino siendo correspondido, s'lo que ra más íntimo y como de un padre a un hijo. Cuando Dégel se dio cuenta de que era observado, rompió el abrazo y se lo quedó mirando esperando que le presenten al desconocido.
-te presento a Milo-hizo una seña para que se acercara.
El bello joven se acercó temeroso al ver el serio semblante del tío de su primo, pensaba que era una especie de ogro que se lo comería; sin embargo esa sensación se esfumó cuando el hombre le sonrió comprensivo.
-¡ buenos días señor....!
-Du Pont-completó estrechando su mano.
-si, eso-murmuró apenado.
Sin más demoras, entraron a la casa cuyo interior era acogedor y reconfortante, Dégel alparecer le gustaba combinar lo elegante con cierto toque rústico, donde Milo pusiera un ojo veía pequeños objetos adornando la sala, pero lo que le llamó la atención fue no ver retratos de familiares ni nada por el estilo.
-su casa es muy linda-comentó Milo sentándose en un amplio sofá frente a una pequeña pecera que descansaba sobre su respectiva mesa.
-gracias Milo.
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Engaño y salvación.
FanficSe enamoró por primera vez, dichoso se entregará en cuerpo y alma a esta persona quien termina hiriéndolo. Adolorido jurano creer en el amor. Es entonces que una persona que lo amaba en secreto hará lo que sea para conquistarlo. SagaxMilo. CamusxMi...