25. Family.

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Al mediodía de ese mismo día, Chuck y yo decidimos que le llevaríamos lo que quedaba del almuerzo a Thomas, como había sugerido Newt.

Luego de haber almorzado nosotros, seguí a Chuck por el camino que nos llevaba al Cuarto Oscuro. Me imaginaba un lugar horrible, pero no era tan asi; el lugar estaba escondido detrás de unas matas de arbustos espinosos, entre la Finca y la puerta Norte del Laberinto. El Cuarto era un gran bloque de hormigón con una ventana enrejada horizontalmente y una puerta de madera con un gran pasador de metal oxidado.

No es tan malo como pensé.

-¡Thomas, llegamos! -exclamó Chuck.

Se escuchó un movimiento repentino dentro del Cuarto Oscuro.

-¿Llegamos? -cuestionó Thomas, que parecía no comprender.

-Si, yo también estoy aquí. -dije, asomándome en la ventanita. Thomas rió.

Él estaba sentado en el suelo, a un lado de una silla que al parecer tenía una de sus patas más corta que la otra.

Por alguna razón, recordé lo que me había contado Newt la noche anterior, cuando Thomas empezó a decir que escuchaba una voz en su cabeza. Podría habérselo preguntado en ese mismo momento, pero no lo hice.

-Te trajimos el almuerzo.

Chuck me pasó el plato de pollo, que le di a Thomas cuidadosamente a través de las rejas de la ventana. Y luego, un simple vaso de agua.

-Gracias chicos, tenía hambre.

Me tiré al suelo, junto a Chuck, escuchando entre el silencio como Thomas devoraba su comida.

-Todo volvió a la normalidad. -empezó Chuck. -Los Corredores volvieron al Laberinto hoy en la mañana. No hay señales de Gally todavía. Newt les ha dicho a los Corredores que si encontraban su cuerpo volvieran enseguida. Ah, y Alby ha retomado su vida normal. Newt esta contento de no ser más el jefe.

Recordé cuando Alby había intentado matarse a sí mismo en la enfermería. Las imágenes me vinieron a la cabeza y no pude evitar sacudir la cabeza para olvidarme de ello.

Chuck continuó hablando, pero su tema de conversación cambió de un momento para otro.

—Me siento raro, ¿saben? —dijo. —Yo creo que cualquiera que viviera aquí en el Área como nosotros y le hayan sacado su memoria también, le parecería raro extrañar la casa de uno. Pero eso es justo lo que me pasa; extraño mi casa, mi familia, aunque ni siquiera sepa que tengo una. Solo sé que no quiero estar más aquí. Quiero recordar.

Thomas no dijo palabra. Yo tampoco.

Lo que decía Chuck era tan triste y cierto que me deprimió por completo. Yo también quería recordar, no tan solo tener unos estúpidos sueños de los cuales no estaba segura si eran reales o no.

—Te comprendo. —dijo por fin Thomas, que también se había quedado pensando.

La siguiente declaración de Chuck no podía creerla.

—Yo solía llorar, todas las noches.

Chuck era, posiblemente, el chico más alegre del Área, y escucharlo admitir que había llorado en varias ocasiones era extraño de asimilar.

—¿Si? —preguntó Thomas, nuevamente.

—Como un bebé de dos años. Prácticamente hasta que tu llegaste, Thomas. Luego me acostumbre, supongo.

—Yo solo lloré ese día dentro del Laberinto, cuando casi me comen vivo.

—¿En serio? ¿En ese momento?

Yeah, it's a maze || The Maze Runner, NewtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora