24. Dreams.

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-¿Mamá?

-¿Si?

-¿Por qué estás llorando?

Nuevamente, estaba soñando. Lo supe al darme cuenta de que podía observar desde lejos a una madre con su hija, frente a una gran edificación, esperando algo.

Desde donde estaba podía ver que la niña tenía los cabellos castaños, ojos verdosos y tez blanca. Era muy parecida a su madre y tendría unos cuatro años.

-Es el viento, cariño.

La mujer secó rápidamente sus lágrimas con el dorso de su mano.

Finalmente, abrieron la puerta. Era una mujer rubia, de unos cuantos años. Tardé segundos en darme cuenta que era la misma que había soñado anteriormente.

-Señora Kelley, la estábamos esperando. -la mujer sonrió y miró a la niña. -Y veo que ha venido con quien le hemos pedido.

-Sí. -suspiró.

-Bien, para no hacer esto demasiado largo, iré al grano: necesitamos a su hija, ahora mismo. Tenemos ya unos cuantos reclutados y ella tiene que ser parte de ellos. Por favor, no se tarde y despídase de su hija.

La madre de la pequeña no podía dejar de llorar en silencio. Se agachó, quedando a la estatura de su hija y tomó su pequeña mano.

-Cariño, quiero que sepas que te amo. Hago esto por tu bien, no quiero qué termines como papá y el abuelo, ¿me entiendes?

La niña asintió confundida. Desde adentro del edificio, salieron dos guardias.

-Solo te pido que no te olvides de mí.

Besó su frente y se levantó del suelo.

-Oh, le prometo que ella la recordará para siempre. -afirmó la mujer rubia. -Ahora, por favor, ingresen a la niña.

Uno de los guardias alzó a la pequeña en sus brazos y entró junto a ella en el edificio. Seguido de él, entró el otro guardia. Tan solo faltaba Ava Paige, como lo indicaba su bata blanca de científica. Pero antes de hacerlo, dijo a la mujer:

-Descuide señora Kelley, esta salvando al mundo de La Llamarada. Esta haciendo lo correcto. -dijo, y se dispuso a entrar al lugar. Pero se detuvo; parecía que se había olvidado de decir algo. -Y recuerde: CRUEL es bueno.

***

-Despierta, Cece.

Escuchar aquel susurro en mi oreja me hizo estremecer. Sin abrir mis ojos, me removí en la superficie dura en la que descansaba.

Fue en ese momento en que me di cuenta que no estaba en mi cama.

Abrí los ojos, sentándome a la vez. Estaba en el bosque, recostada en el mismo árbol de siempre.

Miré hacia la derecha y me encontré con el chico que me había despertado: Newt.

Recordé los sucesos de la noche anterior y comprendí todo: nos habíamos quedado dormidos en el bosque.

-Ya era hora de que despertaras. -me dijo Newt, sonriendo somnoliento.

-¿Nos hemos quedado dormidos aquí? -pregunté, aunque ya sabía la respuesta.

-Si, tú te dormiste primero, ¿recuerdas? -dijo. -Yo desperté hace cinco minutos.

-Veo que te gusta madrugar.

Yeah, it's a maze || The Maze Runner, NewtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora