Llegué corriendo hacia donde estaba Minho, con Thomas a su lado.
-¿Llegué tarde? -fue lo que pregunté, luego de tomar una bocanada de aire.
-Claro que no; síganme.
Como en una fila india, siendo yo la última y Thomas el del medio, seguimos a Minho.
En el camino, me di cuenta de lo pacífico que estaba el Área. El sol apenas iluminaba, lo que daba un toque oscuro y reconfortante al lugar. Y lo mejor de todo es que no había ningún sonido molesto, como el de los gritos de los Habitantes, e incluso, los gritos de los animales del Matadero.
Era todo paz y tranquilidad.
-No me habías dicho que hoy entrenarías con nosotros. -me dijo Thomas.
-Me lo dijeron ayer temprano, antes de que te encerraran en el Cuarto Oscuro. -conté. -Olvide decírtelo.
-Algo tan importante como ser Corredor no tendría que olvidarse, Cece. -protestó Minho.
-¿Y si tengo amnesia?
-Jódete.
Thomas y yo reímos al comentario de nuestro amigo justo cuando llegábamos al lugar deseado.
El lugar donde nos había conducido Minho era una puerta vieja y destartalada que se encontraba detrás de la Finca.
El líder de los Corredores sacó una llave de alguna parte y abrió la antes mencionada puerta, dejando a la vista un deposito pequeño de almacenamiento. Pude ver escasamente que allí había cosas como cuerdas, cadenas y otros materiales en desuso. Pero lo más cómico y curioso que había allí era una caja repleta de zapatos.
-Esos zapatos son uno de los suministros más importantes que tenemos. -explicó Minho. -Los Creadores nos los mandan cada tanto. Si no tuviéramos buen calzado para correr, nuestros pies estarían arruinados. -se agachó a un lado de la caja. -¿Qué número calzas, Thomas?
-¿Número? -preguntó. -No lo sé. -se quitó uno de los zapatos que llevaba puestos. Buscó el número y finalmente lo encontró. -Cuarenta y tres.
-¡Wow, que pie tan grande tienes! -exclamamos Minho y yo al mismo tiempo.
Thomas rió.
-¿Ustedes son hermanos gemelos o qué?
-No lo sé, shank, pero creo que encontré unos zapatos de tu talla. -dijo, entregándoselos. -Podríamos usarlos de canoa.
-Gracias. -musitó Thomas.
-¿Y tú, mi querida Cece? Dime cuanto calzas.
Al igual que Thomas, me saqué un zapato y miré en su interior buscando la talla.
-No vayas a decirme cuarenta y cinco porque...
-No te preocupes, yo calzo de treinta y ocho. -dije.
-Bien... -Minho revolvió entre los zapatos y encontró un par. -Estos son para ti.
Me senté en el suelo y luego de ponerme mi nuevo calzado, até los cordones correctamente.
-Tomen. -habló Minho, esta vez ofreciéndonos un reloj digital a los dos. -Los necesitarán.
Me levanté del suelo y ajusté mi reloj a mi pequeña muñeca. Eran las 7:30AM. Wow.
-Y aquí, su mochila. -Minho me extendió la mochila, a la que colgué a mi hombro más tarde. -Allí tienen botellas de agua, algo de almuerzo, ropa, y algunas cosas más... pero tu no necesitaras eso, Cece.
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Yeah, it's a maze || The Maze Runner, Newt
Fanfiction❝Pensó que no podía ocurrir algo tan lindo en un lugar tan sombrío y gris.❞ -Narrador, The Maze Runner. ||Basado en: "The Maze Runner: Correr o Morir"|| #23 en Ciencia Ficción [9/10/15] ©wiggleharry