Capitulo dieciséis

7 2 0
                                    


Se podría decir que tuve tres mini infartos en el mismo segundo, pero aun así tuve que disimular mi cara de tonta con una hermosa sonrisa y palabras de aliento para la pareja. La verdad, aunque desde el principio sabía que yo no figuraba en algo serio para Iván, jamás pensé que pasaría al plano de aventura de una noche; bueno de una tarde para ser sincera.

¿Qué pasó después?, quieres saber si se casaron... pues para no hacértela larga, si, ellos se casaron; fue una boda extremadamente sencilla y solamente por unión civil. Pero su boda no fue lo único que aconteció en los siguientes días.

Hugo llevaba oficialmente un mes en el pueblo, y Pilar ya era legalmente la señora de Vega. Todo era miel sobre hojuelas para los recién casados, mientras que yo me sentía cada vez más extraña por la actitud de Hugo.

Lo primero que me pasó por la mente fue que él sabía todo lo que pasó con Iván; peor aún, sabe que además de haberme acostado furtivamente con el ahora esposo de mi mejor amiga, también estuve perdida por un completo desconocido ajeno a todo lo que me rodea... Sin embargo no fue nada de eso, en el fondo quizá lo merecía.

Estábamos los dos viendo una película en el sillón de mi casa, aunque no habían escenas románticas, o peligrosas, o terroríficas; tuve el impulso de abrazarlo y quedarme un rato en su pecho, sé que quizá es un poco tonto decirlo, pero ese tiempo que pasé haciendo tonterías, los resultados que eso trajo, y todo lo bueno y malo que viví cuando estaba lejos, me hizo pensar en que realmente ese hombre me amaba, y además recordé las razones por las que yo lo amaba.

Todo fue perfecto por un minuto, hasta que me di cuenta de algo muy importante y que había ignorado por completo; yo estaba abrazando a Hugo, pero él a mí no... me di cuenta que no se sentía tan cómodo a mi lado, sentí miedo de preguntar, sentí miedo de que me dijera que simplemente ya no me quería y mejor me callé, me hice bolita a su lado, continúe abrazándolo e ignorando todo alrededor... quizá es tonto decirlo o pensarlo, pero en un gesto tan simple me fue muy fácil saber que Hugo ya no estaba seguro, que quizá había algo más, alguien más, o no lo sé... por ese momento, solo lo dejé pasar...

No estoy segura que tan buena o mala idea fue hacer eso, pasamos el resto de la tarde juntos, ahora mi círculo de amigos era muy limitado con Pilar que ya no era soltera tenía cada vez menos tiempo para las amistades, porque además preparaba todo para la llegada de su hijo, aun cuando faltaban cinco meses para eso... y Marina que estaba tan enfrascada con sus asuntos de la universidad que rara vez podía verla y cuando esto sucedía apenas y cruzábamos unas cuantas palabras antes de que surgiera otro compromiso en su agenda; y ni hablar de Hugo, que independientemente que yo supiera que algo raro tenía, parecía evitarme de vez en cuando.

Y si mi lista de cosas que me mortifican no fuera de por sí muy grande... a mes y medio de lo que sucedió... aun no me bajaba; no me podía apresurar a decir nada o pensar algo, pero definitivamente estar embarazada sería desastroso en ese momento, digo con un novio inseguro y una boda en puerta... no era la mejor opción.

¿Qué sucedió?, ¡uy! que chismoso, pero ¿Qué es exactamente lo que quieres saber?... ¿si se casó conmigo?, ¿si mis sospechas eran ciertas?, ¿si estaba embarazada?... hay tanto en esta historia por contar así que tu decide que quieres saber primero.

Ah, quieres saber sobre la boda, pues evidentemente no tengo sortija en el dedo, no soy la señora de nadie, no me casé; obvio no fue así nada más, en esos últimos días juntos, él estaba muy raro y distante, salía y no decía a donde, todo el tiempo estaba ocupado, siempre que estaba conmigo tenía el teléfono en mano y riéndose como un idiota... odiaba que hiciera eso, no solo no me prestaba atención sino que también me daba cuenta que estaba disfrutando de otra persona.

Un día le pedí que se quedara en la casa a dormir, me reí al ver su cara de susto y le dije que no tenía planeado violarlo y robar su virtud, que simplemente quería dormir a su lado, fue tanta mi insistencia que aceptó... traté de que todo fuera perfecto, digo hasta el punto en que podía serlo, cenamos juntos, bromeamos, jugamos incluso, platicamos como tenía tiempo no lo hacíamos.

Él durmió a mi lado, quizá estaba muy cansado porque al poco tiempo de tocar la cama cayó dormido como una roca, me gustó verlo, tan tranquilo a mí lado como si aún fuera mío, estaba en paz, estaba feliz... por un momento me pasaron por la mente todos aquellos momentos que pasamos juntos, los buenos, los malos; y me di cuenta lo mucho que amaba a ese sujeto y que hubiera sido feliz despertando todos los días a su lado.

Aún con todo lo anterior, había algo que debía hacer; tenía que quitarme la duda, debía saber si él aún estaba inseguro, si había alguien más en su vida, si estaba a tiempo de recuperarlo. Porque de algo estaba segura, Hugo me había amado y quizá aún lo hacía. Tomé su celular de la mesita de noche... busqué conversación por conversación hasta que llegué a las archivadas y ahí encontré algo que nunca hubiera creído, así de simple.


EBRIA DE DOLORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora