capitulo trece

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¿Te imaginas lo mal que me sentí?, era como si hubiera sido cómplice en un asesinato o algo parecido... ¿crees que exagero?, bueno la verdad si, más tarde descubrí cosas que me hubieran ayudado a sentirme mejor.

Cuando desperté estaba sola, mi amiga no estaba, su novio no estaba... al menos yo estaba completa y no me faltaba nada, lo único curioso es que yo no recuerdo haber sacado mi celular; y ahora estaba en la cama junto a mí. Sinceramente, solo quería salir de ahí, no entendía la razón para que me doliera tanto lo que acababa de suceder, es normal.

Lo primero que asumí es que tenía celos de Pilar, no por tener relaciones con Iván propiamente, sino que ella si sabía y tenía experiencia en cosas que yo no... que mientras a ella cualquier hombre la podría seguir, a mi me han rechazado prácticamente dos veces y lo peor es que yo aún tenía mucho por ofrecer, si así quieres decirlo...

Traté de superar eso, en cuanto me sentí mejor marqué a mi casa, avisé que todo estaba bien que todo había estado tranquilo; le confesé a mi madre que había aceptado una cerveza a mi amiga y que aún me sentía muy mareada, que esperaría un rato más antes de marcharme a la casa...

Estuve pensando, deje que pasaran un par de horas, tome mis cosas y me marché; no tenía nada que hacer ahí. De repente suena mi celular, había llegado un texto que decía:

- Tú eres la única chica que me saca de mi soledad, y si eso es poco...eres el centro de todos mis pensamientos, me provocas, te sueño... espero me creas Iván

¡¡QUE!! No sabía que contestar, estas no son cosas que me sucedan a mí, yo soy simplemente Sandra, la chica a la que nunca le pasa nada, y esto está muy extraño. No sabía que contestar, mejor dicho, no tenía idea si contestar o no... aunque Pilar es una niña fácil, que pronto lo dejará o lo engañará; ella es mi amiga y no debería traicionarla, aunque en el fondo me llama la atención Iván.

Decidí como siempre por la amistad, guarde el móvil en mi pequeña bolsa, seguí caminando sin prestar mayor atención y llegue a mi casa... tenía otro mensaje...

- Soy un pésimo romántico, y no soy un poeta; pero estoy enamorado, y también estoy seguro que si la vida te hubiera puesto un segundo antes que Pilar en mi camino, no dudaría en correr a tu lado...

Me quedé pensando, ya no en Iván, ya no en sus palabras, tampoco pensé en Hugo... decidí por un minuto pensar en mí, en que puedo ser la excepción a las reglas; y contesté con lo poco de seguridad que podía fingir.

- Supongo que gracias, no sé qué más decirte; eres una persona muy agradable, y dices cosas muy lindas... pero dudo mucho que sea cierto.

Espero, no suene tan mal... lo envié antes de arrepentirme y casi de inmediato...

- Dame la oportunidad, yo sé que hay mucho más en ti que ese lado lindo que la gente conoce, ¿quieres romance?, seré romántico... pero yo sé que en ti hay más...

Aunque me llenó de curiosidad no entendí el mensaje, claro que tengo curiosidad, y desde que Enrique llego y se fue de mi vida... es aún más y en sentidos que rara vez había imaginado. Ya no quería parar esta extraña conversación, quería saber hasta dónde llegaba.

- No me conoces, y no tienes idea de lo que soy o lo que pienso...

- Quizá no conozco tu canción favorita, ni el día de tu cumpleaños; pero esas son cosas vánales cuando pretendes conocer realmente a una persona, yo al menos conozco tu deseo, sé que está ahí. Sé que al igual que a mí, esto te provoca emoción y tienes curiosidad de saber hasta dónde llega esto.

Este tipo podría ser psicólogo... pero ya estábamos en un juego del que por una vez quería sacar provecho.

- Ok, dime que tanto me conoces... y dime que puedo conocer de ti...

Sabía que acababa de perder el juego, pero eso no significa que de todo esto no gane nada...

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EBRIA DE DOLORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora