Ocho años antes...
Me acuesto en la habitación de mi hermana mayor, aprovecho que anda de fiesta y posiblemente llegue hasta mañana. Un aire frío se cuela por la ventana, haciendo que todo mi cuerpo se congele, me enrollo en la manta de algodón que adorna la cama.
No puedo dormir, y me da miedo pararme y apagar la luz, la puerta también esta tronando con la fuerza del aire. Escucho llorar a la bebé, seguro tiene hambre como yo, pero a veces hay que conformarse con lo poco que nos da mi madre. Todo parece tan tranquilo, solo veo los números rojos que marca el reloj: 11:36 p.m. Ya esta por llegar mi padre y gritar como siempre.
Mi corazón se agita, pero no puedo dejar de tener miedo solo de pensar que otra vez me pegara. esto me hace recordar cuando mi hermana me a dice maricón, y creo que tiene razón, no soy tan valiente como loa demás niños.Los minutos avanzan y mi corazón sigue cardíaco, la bebé llora con fuerza; no me queda de otra que ir a callarla o también papá le propinara unos cuantos golpes. Me levanto temblando de la cama, mis pies descalzos sufren por el frío piso, me coloco una sudadera y voy al cuarto de mamá. Abro despacio la puerta y la veo dormir en una postura bastante incomoda, sus ronquidos me aturden y opto por no despertarla.
Entro al cuarto de la niña y está mas frió que el refrigerador. Las ventanas abiertas y ella sin cobijas, prendo la luz, y ella al verme se sienta en la cama, batallando. La sujeto entre mis brazos y busco en el ropero algo de ropa o algunas sudaderas.
Pero no me sorprende que su ropero este vacío. La envuelvo en mis brazos con más fuerza. Me canso por su peso y decido que vaya a dormir conmigo, me pegunto a mi mismo cuando dejare de verla como un bebé, a pesar de que ya tiene cuatro años.La llevo sujeta de la mano con fuerza, caminamos a mi cuarto, porque no quiero problemas con mi hermana mayor. Al llegar la cobijo con la única sabana que tengo, y le presto algunos calcetines que le quedan enormes, sin embargo ella solo sonríe.
-Adam, eres mi héroe.- Me dice mientras ríe despacio.
-Y tu eres una tonta.-Le restregó.- Pudiste pedirme algo con que cubrirte en vez de llorar, otra vez seremos el chisme de los vecinos.Se envuelve en la sabana y hace pucheros, que esta vez no me parecen adorables.
-Pero hermano, yo nunca dije que lloraba por frío.- Me dice y me siento en la cama junto ella. Luego doy un largo suspiro.-Tengo un montón de hambre.- Termina de decir.
-Primero, no me llames hermano y esa no es mi culpa. - No es muy de mi agrado escuchar salir de su boca esa palabra <hermano> me recuerda lo sucia que es mi madre por meterse con otro hombre que no es mi padre, la detesto por eso. -En vez de llorar puedes buscar soluciones, el llanto no lo arregla todo Flor.
La veo fruncir el ceño. Esta molesta por el tono en que le hablo, pero ella siempre se busca los problemas, todo lo echa a perder.
-Te estas pareciendo a papá. -Me dice y al escuchar eso, simplemente me es indiferente actuar de otra forma como lo que voy hacer ahora.Le doy una cachetada que suena recio, rompe en llanto, mas fuerte que incluso hace un rato. Odio con todo mi ser que me comparen con él. Con una persona asquerosamente repugnante.
-¡Cállate niña malcriada! -Le espeto. -Espero llenes con tus insignificantes lágrimas.-Le restregó una vez mas, todavía que soy bueno con ella, hago algo que no considero como obligación.Me quedo estático cuando escucho tronar la puerta de entrada, es seguro que mi padre a llegado y ya se lo que me espera; le tapo la boca Flor con mi mano pero ella lo evita a toda costa.
Hasta que unos pasos se escuchan mas cercas, mas y más. Estoy perdido.
Entra y lo veo rígido como siempre con su sonrisa maléfica y su buen manera de vestir. El puede tenerlo todo y después ver por nosotros y si es que le importa. Se bien que su trabajo no es uno muy común, debe andar en malos pasos, lo sé.
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Posesivo
Action«Si sabes que tus intenciones fueron dar lo mejor, no tienes nada de que lamentarte.»