¡Y yo voy y me lo creo!

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Espero a que alguien diga, "¡¡Esta loco!!" o "¡Imposible!", pero no se oye nada mas que un silencio sepulcral en la habitación.

Asi que, como alternativa a volverme loca, me limito a decir:

-¿Qué?

A secas.

Ya está. No me ando con tonterías.

-Haber, ya sé que es difícil de creer pero...

-¿Difícil? ¿¡DIFÍCIL!? Difícil fue mi último examen de álgebra, difícil es creer que las hamburguesas del McDonalds lleven ternera, esto, es, simplemente imposible. - Digo cruzándome de brazos. Ese movimiento hace que me arda el brazo, pero estoy demasiado confusa como para prestarle demasiada atención.

A Jason parece que le cuesta no reírse de mi comentario, pero se recompone e intenta estar serio. 

Lo consigue a medias.

- Pues... Es la realidad, y las cosas que acabamos de matar ahora mismo eran monstruos, espíritus malignos escapados de las profundidades del Tártaro - a Nico le da un escalofrío al escuchar esa palabra - ansiosos por matar a quienes los encerraron allí, es decir, nosotros, los semidioses.- pone una cara de Huy! de campeonato.

Espera... Hay algo raro en esa frase. Aparte de lo evidente.

Entonces caigo, ¿¡¡NOSOTROS!!?

-¿Por qu-qué has dicho nosotros? - digo esperando a que fuera una equivocación.

Por favor. Por favor. Por favor. Que sea una equivocación. Por favor.

- Ya... ¿Te acuerdas de que te dijimos que estábamos aquí por un recado para un amigo?- pregunta titubeante.

Asiento con la cabeza.

- Pues, no es del todo cierto- admite sin mucha convicción - haber... la cosa es que....

Se hace un lío con sus propias palabras y se pone a pensar en las palabras adecuadas, aunque no creo que las haya.

En ese momento, Nico decide intervenir.

- Primero, tienes que saber que hay un campamento para semidioses, donde viven todo el año, o bien reciben adiestramiento estival, es el único lugar del mundo donde los monstruos no nos pueden atacar ¿vale?- me dice sin demasiada paciencia, sigue antes de darme tiempo de responder - Se llama Campamento Mestizo, y su director, Quirón, sí el de los mitos, envía de vez en cuando a los campistas a misiones de rescate de semidioses potenciales. 

Por favor, por favor, por favor.

- Y según nuestra información - por favor, por favor, por favor - tú podrías ser nuestro encargo.

¿!!!!Qué¡¡¡¡¡? 

-¿Qué?- repito en voz alta.

-Lo que oyes, ve haciéndote a la idea - me dice Nico sin demasiado tacto.

-Estais...como...una ...cabra - consigo decir entre jadeos.

-El que si que está como una cabra es el entrenador Gleeson - le dice Jason a Nico, y este sonríe minimamente. Parece un chiste privado.

Me está dando un ataque. Lo noto. Me voy a venir abajo en cualquier momento.

Pero no lo hago, si no que me recompongo y, de repente, siento una furia sobrenatural y muy precisa. Contra Jason, contra Nico, contra todos. Siento tanta furia que es como si mis pies se elevaran del suelo.

Pero antes de poder hacer nada, me desmayo.

Me despierto unas horas mas tarde, de nuevo en la litera de arriba, y de nuevo me caigo hacia el duro suelo de madera.

- Auch! Esto no se puede convertir en una costumbre - digo frotándome el brazo, cada vez me duele más.

No se que le ha dado a Nico, pero de repente esta en el suelo partiendose de risa. Parece que le cuesta hasta respirar. Me sorprendo, nunca había visto a Nico expresar nada más que un leve movimiento del labio. Ahora parece que le cuesta secarse los lagrimones que le caen por la cara de la risa.

Me pongo en pie y Jason mueve la cabeza de un lado a otro, parece tan sorprendido como yo por el histérico ataque de risa de Nico.

-Gracias, gracias- digo haciendo reverencias como si me dirigiera a un gran público.

Nico por fin cesa su inesperado brote de risa y se levanta, aun riendo por lo bajini.

- Asi que, es verdad... Lo de los dioses y todo eso - digo con voz temblorosa al acordarme.

-Sí, ahora ya lo sabes, eres semidiosa y tendrás que aceptarlo. - me dice Jason con mucho más tacto que Nico. 

- ¿De quien soy hija?- digo temiendo saber la respuesta.

-No lo sabemos, pero puede que podamos averiguarlo- me contesta Jason- ¿vives con tu padre o con tu madre?

-Con mi hermana mayor - respondo yo secándome la lágrima que se me ha escapado al pensar en ella.

- Ah, es verdad,- me responde un tanto inseguro-¿llegaste a conocer a alguno de tus padres?

-Sí, a mi madre, pero murió hace años.

- Entonces el dios debe de ser tu padre, ¿tu madre te dio a entender que eras digamos "especial" en el sentido literal?

-No, la verdad es que no se nada a cerca de este tema jamás lo mencionó - digo con mucha convicción.

- Tal vez ir a tu casa ayude, a ver si tu madre tenía algún arma de bronce celestial u oro imperial.

- Preferiría no ir a mi casa ahora mismo- digo yo con voz ahogada por el pánico - mi hermana esta...cambiada. Ya no es la misma. Jamás me había hecho daño, pero ayer mismo me gritó todo tipo de cosas horribles y me lanzó todo lo que tenía a su alcance. No quiero volver allí.

Ellos ponen cara de entenderlo pero, para mi sorpresa, Nico de adelanta y dice.

-Vamos, nosotros te protegeremos.

Y acto seguido me arrastran hacia la puerta.








Before the after... (Nico di Angelo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora