Esto se esta complicando...

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De mi boca salió un horrible grito al darme cuenta de lo que tenía ante mis ojos.

Nico no me hizo caso y fue directo a por el monstruo, volcó la mesa y la puso delante de mi, para que no darme un sablazo, supongo. Yo me asomé asombrada al muro que me separaba de la pelea, la mesa, claro está, y vi no a una si no a dos draca- lo que sea, atacando a Nico y a Jason, Nico envió un sablazo directo a la cola del monstruo, pero este reptando, lo esquivó con facilidad y tiró la espada de Nico al suelo, Jason estaba muy ocupado en su pelea como para darse cuenta, pero yo tenía miedo por él.

Nico, ya a la desesperada, cerró los ojos y trató de concentrarse en yo que se que, la paredes temblaron, y el parqué se levantó, dejando a la vista varios huesos de ratas muertas, que se reanimaron. Él puso cara de estupefacción, aunque no creo que fuera por la misma razón que yo.

La cola del monstruo se enredó en las piernas de Nico, como una boa constrictor, y le tiró al suelo, la mujer- serpiente estaba a punto de asestar su golpe final al pobre Nico cuando me puse en acción.

Con mucho esfuerzo volqué la mesa de nuevo, pero nadie se dio cuenta, o por lo menos no me hicieron caso, y me lancé por el suelo a por la espada de Nico, era totalmente negra y estaba muy fría, pesaba un montón, pero conseguí levantarla y ponerme delante de aquella cosa con la espada en ristre.

El monstruo simplemente rió, y yo cerré los ojos preparándome para lo peor, pero eso nunca llegó. Esperé, y al oír un pequeño grito ahogado me atreví a abrir un poco los ojos, para ver a la cosa enganchada en la espada por el torso, desapareciendo en una nube de polvo dorado.

Dejé caer la espada.

Jason ya había matado a la suya, y todos me miraban estupefactos, yo, haciendo caso omiso de sus miradas inquisitivas, me tumbé en la cama, agotada, y me desmayé.


Al despertar, unas horas más tarde, vi que era de día, Jason y Nico estaban dialogando en voz baja mientras yo, sin que se dieran cuenta, me desperezaba poco a poco, desde ese lugar no oía, pese a lo reducido del apartamento, lo que decían, pero si que se los veía. Estaban comiendo, al parecer, mi estómago se reveló, pero ahogué sus gruñidos contra las mantas. Al intentar destaparme para ponerme en pie, me enredé con una manta, y me caí al suelo.

Solté un quejido de dolor al chocar contra el duro suelo de madera y me latió la cabeza y el brazo, pero no le di mayor importancia.

Abrí los ojos para encontrarme a un, de nuevo, estupefacto Nico, y a un preocupado Jason, quien, en seguida me ayudó a levantarme.

- ¿Estás bien? - me preguntó preocupado, mientras Nico no dejaba de salir de su asombro - Bueno, que digo, como vas a estar bien, con lo de anoche y la herida de la cabeza y...

Se enredó con sus propias palabras, y yo me reí pasándome una mano por mis gruesos y rosados labios, que me dolieron cuando los moví. Al bajar la vista a la mano, me encontré sangre, y solté una exclamación de sorpresa y de dolor.

-¿Qué me ha pasado en el labio? Me duele.

- Ah, eso, pues, que te lo has partido, pero tranquila, se curará - me asegura Jason.

Jason le da un codazo a Nico para que diga algo, y a mi me embarga una agradable sensación de deja-vú.

- Esto... eh, gracias por salvarme y tal - dice muy bajito, a regañadientes.

- No es nada, no te preocupes, no puedo irme a dormir sin antes haber matado accidentalmente a un bicho repulsivo - digo en broma.

Jason se ríe un poco.

-Bueno, pasando a otros temas mas acuciantes... ¿qué eran esas-esas cosas?- dije temblando un poco.

- Haber, te tenemos que explicar una cosa - dice Jason.

- ¡Jason! ¿Qué haces? ¡No sabemos si es ella! - dice Nico entre dientes.

- Ya da igual, sabe demasiado, y la niebla no funciona con ella, ¿que mas puede ser? - Nico accede a regañadientes.

Yo observo esta escena totalmente atemorizada y confundida ¿que pasa aquí?

- Bueno, volviendo a la explicación... ¿Sabes algo de los dioses griegos o romanos?

- Algo... pero no mucho.

- Entonces sabrás que en las historias ponía que son inmortales - no se me pasó el hecho de que utilizó el presente al referirse a ellos - y que a veces se enamoran de humanos y dan lugar a semidioses ¿no?

-Sí - digo titubeante.

-Pues digamos que las historias son ciertas, los dioses no han desaparecido, y siguen ahí, controlando la cultura occidental, y no, no viven en Grecia, sino en el Empire State Building, piso 600 Monte Olimpo. Yo soy hijo de la forma romana de Zeus, Júpiter, y Nico es hijo de Hades, dios del inframundo y la muerte.



Before the after... (Nico di Angelo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora