Cajita Feliz

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Pagué a aquella amable señora, y me senté en una mesa para dos, aunque sabía que nadie ocuparía el otro asiento. Mientras esperaba, sentí que algo se deslizaba por mi mejilla, me toqué la cara sorprendida, y vi que era una lágrima, y luego otra, y luego otra, hasta que un terrible sollozo desgarró mi angustiado pecho.

¿Qué he hecho yo para merecer esto?

Ya soy una paria en el colegio, tengo THDA y dislexia, por lo que, aunque adoro leer, me resulta casi imposible.

Todos me odian, las chicas me llaman fea, flacucha y pasada de moda. Lo chicos pasan olimpicamente de mi, y los profesores, o me odian, o me tienen lástima.

Y no hay nada que aborrezca más que inspirar lástima. Nada.

Las ya no tan silenciosas lágrimas ruedan mas fuertes por mis mejillas, y, al mirar al frente, veo que el chico rubio y el azabache me miran.

La cajera me llama para que vaya a recoger mi pedido, asi que me levanto y voy a por él.

Al volver de nuevo a mi solitaria mesa cerca de la ventana, oigo el sonido de la puerta al abrirse, y unos gritos alegres y bravucones acercarse por entre las mesas.

Al levantar la vista, descubro nada más y nada menos que a la pandilla del equipo de fútbol del colegio, como no, con las animadoras.

Al verlos, bajo la vista inmediatamente y trato de esconderme la cara con el pelo, pero creo que ya es muy tarde, una de las chicas me ha visto.

Se dirije a mi como si yo fuera una gacela asustada, y ella una hambrienta leona acechando a su presa. Cuando llega a mi mesa, se sienta en ella, derramando la mitad de mi bebida, y abre su maquillada boca para hablar.

-Hey, empollona, ¿que?, ¿hablando con tus amigos imaginarios?, pero que digo, si hasta a ellos les repeles.

El resto se rien como los perritos falderos que son, pero a mi me entran aun mas ganas de llorar, aún así le digo:

-No, lo siento, es que acabo de encontrarme con tu madre en la esquina del polígono, te envía saludos.

-Puta

-Eso creo que fue lo que la llamó su jefe, para que fuese a atender a lls clientes.

Veo de reojo, al chico rubio sonreir abiertamente, y al pelinegro tratar de no reir.

-Cody, cariño, ¿porque no vienes, la zorra me esta insultando?

Oh, no.

-¿Que pasa, cielo, la empollona te esta molestando?

Ella asiente poniendo carita de pena falsa, si pudiera clavarle una estaca en el corazón, seguro que se derritiría como la bruja que es.

Veo al rubio apretar los puños y levantarse de la silla, pero el pelinegro le para.

-Bueno, eso se puede arreglar- Dice agarrando mi refresco mientras lo vierte sobre mi cabeza.

-¡¡AAAAHH!! - Grito yo, helada y austada.

Entonces sí, el chico rubio se levanta y el pelinegro pone una cara de extraña concentración, de repente el aire se vuelve oscuro y denso, con olor a... Muerte.

De repente, veo al pelinegro ( que es mas alto de lo que parecía) interponiendose entre los --- y yo.

-Hola! - dice alegremente-¿ se os a perdido algo por aquí?

De repente veo a Alison suspirar y poner cara de zorrón, como cada vez que quiere ligarse a un tío, aún con su novio delante.

-Hola - dice con una ridicula voz "seductora"- ¿vienes mucho por aquí?

Me entran ganas de atizarla.

-De echo, no, estoy aquí con mi novia.

-Eso se puede arreglar -dice Alison con un guiño coqueto.

-No estoy interesado, ¿ nos vamos cariño?- dice mirando hacia mi.

-Cla-claro "cielo" - digo yo tartamudeante.

¿Por qué me está salvando este chico?

- Tú, ¿estas saliendo con este esperpento horroroso?

-No, porque entonces saldría contigo - dice fríamente con una mirada que cala en los huesos y te hace estremecer.

-Cuidado bro, estas hablando de mi novia- dice Cody tratando de parecer amenazante.

-¿Bro? - dice resoplando por la nariz con furia, como si no le quedara paciencia ya.

En ese mismo instante se interpone el rubio, a fin de no hacer explotar el local, creo yo.

- Eh, "Amigo" porque no te vas con tu novia de aquí ¿eh? - dice enderezandose y enseñando sus impresionantes biceps.

-Cla-claro, no hay problema - dice ahora acobardado - vamonos ya cielo.

Los amigos se turnaron para correr a pelotón hacia la puerta, mientras yo resoplaba aliviada.

-¿Estas bien? - me dijo el rubio - Me llamo Jason, y este es mi amigo Nico.

-Sí, gracías por ayudarme, de todas maneras, me llamo Sophie.

-No es nada - dijo Jason, ya que Nico parecia distraido y como si todo esto le importara un bledo.

Le dio un codazo a Nico.

- Claro, claro, Nico di Angelo, para servirla - dijo con una sonrisa finjida ante la atenta mirada de Jason.




Before the after... (Nico di Angelo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora