El cuerpo reconoce y pide más, la memoria hace lo suyo y la soledad le enseña nuevos trazos; las uñas no faltan arañan, pellizcan, raspan. Falsedades recorren la espina dorsal. Una gota se atreve a humedecer desiertos olvidados, el cuerpo lo recorre y encuentra un oasis; se dispone a jugar con cada parte de él. La conciencia se toma pastillas para dormir. La locura se cita con la pasión y se toman un café tranquilamente... El cuerpo se distrae y muere ahogado en el oasis;la conciencia reacciona, mata a la pasión y tortura a la locura. -Astrid Urcid.