-Que…
-¿Podrían irse todos a su casa?
-¿________ también?- Preguntó el rubio.
-No, ella no.
-Pero sí Harry y… ella- Los vio con desprecio.
Los dos sin decir nada ni mucho menos despedirse se marcharon de la casa de los Horan, dejando a aquellos tres chicos aterrados por el pánico.
-¿Harry te pidió que te besaras con… ella?- Le preguntó a su hija.
-Emm…
-Lo que Liz quiere decir…
-Sí- Interrumpió ________- Yo lo oí.
< ¿Qué demonios está diciendo? >
-Es verdad- Confirmó la rubia.
-¿Supongo que no lo hiciste?- Las manos le temblaron.
-No.
-Ninguno de ellos dos entra más a esta casa ¿Entendido?
-Sí.
-Iré a terminar el almuerzo- Se marchó.
-¿Por qué le dijeron eso?
-Era él o yo- Se encogió de hombros- De todos modos puedo ver a Harry afuera.
-Iré a ver mamá.
-¿Para qué? Le explicamos todo.
-Lo sé Liz pero conociéndola no creo que se halla creído todo eso.
Las dos chicas asintieron dejando que fuese a convencer finalmente a su madre, que no se había tragado por completo ese cuento que en verdad es más que cierto.
-¿Te ayudo?
-Claro bebé… ¿Podrías cortar las papas en cubos?
-Sí- Se lavó las manos.
-¿Tu hermana no es homosexual, cierto?
-Emm… No- Dudó.
-No estoy tan segura.
-Yo tampoco- Confesó el rubio.
-¿De verdad?- Él agitó la cabeza- Solo espero que sea efecto de la edad, cambios hormonales y eso. Si fuese cierto yo…
-La seguirías amando- Interrumpió.
-No, créeme que no sería así.
Niall se cortó el dedo por la impresión. ¿Es qué acaso su madre podía ser tan cruel de hacer eso? La respuesta es sí, un claro y objetivo sí.
-¿Es una broma?- Se lamió el dedo.
-No.
-Vamos mamá, no es gracioso.
-No es una broma hijo… tal vez sea bueno reconsiderar la opción del internado.
-Ma…
-Pero solo para Liz.
-Estás loca- Soltó el cuchillo.
La vio furioso para acto seguido hacerse paso por la puerta. De la prepotencia golpeó el florero de la mesa, haciendo que este se rompiera dejando los vidrios clavados en los nudillos.
-¿Tú hiciste eso?- Abrió los ojos del asombro.
-¿¡Qué te paso!?- Exclamó su novia.
-Estoy bien.
-Sin querer oí la conversación- Le susurró.
-No le digas por favor.
-No lo haré.
-¡Auch!
-Lo siento.
Comenzó a retirarle uno a uno los fragmentos de lo que solía ser un hermoso florero de cristal entre gemidos y uno que otro grito leve de parte del rubio que estaba a punto de romper en llanto.
-No llores.
-No estoy llorando- Se limpió rápidamente aquella lágrima.
-Como digas- Rodó los ojos.
-Mi madre es una…
-Lo sé.
-Me enfurece que me halla dicho eso con tanta naturalidad- Apretó la mano.
-Cuidado.
-¿A dónde se fue Liz?
-No sé, hace poco estaba aquí.
-Le diré lo que me dijo mi madre- Ella asintió.
-¡Oye, quítate la camiseta!
-No, es que me encanta- Sonrió.
-La vas a manchar con sangre.
A regañadientes pudo sacarle la camiseta y meterla de vuelta en la bolsa. Lamentablemente ahora debía buscar un regalo que fuese de un presupuesto bajo.
-¿Niall?- Pasó la vista por todo el salón- ¿Niall?
Frunció la frente al no encontrarlo, se dirigió al baño… no estaba, ni tampoco en su cuarto. Siguió buscando hasta detenerse en la puerta de la cocina, en donde lo halló con media cabeza dentro de esta.
-¿Qué haces?- Musitó sensualmente en su oído.
-Shhh…- Se volteó y le robó un beso- Intentó escuchar.
-¿Está Liz con tu madre?- Él asintió. ________ se puso al otro extremo para oír.
-¿O sea eso es un sí?
-Es un tal vez.
-Espero que sea un no, o ya sabes lo que pasará.
-No me harás cambiar de opinión- Se cruzó de brazos.
-Yo no pero tú padre sí.
-No creo que papá me diga nada, ahora está trabajando.
-Cuando llegue.
-Yo no estaré cuando llegué- Caminó a la puerta.
-¡Elizabeth, no se te ocurra escaparte!
-Demasiado tarde- Dijo Niall al verla salir de la casa.
-¿Estaban oyendo?
-Emm… no.
-¿Por qué no se van a otro lado?
-¿Nos estás echando?
-Sí.
-Es mi casa también, mamá.
-¡Váyanse! No estoy de ánimos de aguantarlos.
