Capitulo 18

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-Mira.

-Vamos- La levantó tan fuerte que la hizo saltar.

Ambos corrieron –bueno, ________ fue arrastrada- a casa de Niall. El rubio se arrepintió de haber escogido ese parque siendo que había muchos otros que quedaba mucho más cercanos a su hogar.

-Estoy cansada.

-Solo un poco más linda.

-Me duelen los pies.

-Está bien- Se detuvo- Llamaré a Harry.

-¿Dónde estás?

-Afuera de tu casa. ¿Dónde está tú?

-Camino a casa.

-Esto tienes que verlo con tus propios ojos.

-¿Y Liz?

-Cuando entré no había llegado.

-¿Y mi mamá?

-Tampoco… ¡Ahí viene!- Harry se lanzó a un arbusto- ¡Auch!

-Te veo en cinco, quédate afuera.

-Llévame en tu espalda-Él sonrió- ¿Por qué sonríes de esa manera?

-Porque te puedo tocar las piernas cuanto yo quiera.

-Mejor corramos.

-¡Espérame!

-Alcánzame- Apresuró a sus pies.

-Te alcancé- La abrazó por atrás chocando su erección con el trasero de ella.

-Niall… Sentí algo raro.

-Lo siento- Se ruborizó.

-Creo que alguien tiene un problema en sus pantalones.

-Es tu culpa- Empezaron a caminar de la mano.

-¿Mi culpa?

-Sí. Tú me causas estos efectos.

-No sé porque creo que te excitaste solo con mi sujetador.

-Es tan esponjosito- Sonrió como bobo.

-¿Ese no es Harry?

-¿Dónde?

-¿No ves eso que se asoma entre los arbustos?

-Parece un gato muy peludo.

-Es el cabello de Harry- Le pegué un codazo.

-Oh- Se sobó-¡Hola!

-¡Santa virgen pecadora!- Se llevó la mano al corazón- Maldi’to, me asustaste.

-Pensé que eras un gato.

-¿Un gato?- Frunció el ceño.

-¡Liz!

-¿Qué tal?- Sonrió.

-¡No hay puertas!- Gritó Niall.

< ¿Es que acaso está drogado? >

Tras dudar de la cordura de su hermano, sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta con los otros tres chicos pisándole los talones. Lo primero que vio: Puertas esparcidas por todo, y una en especial acaparó su atención… la de su cuarto. Tiró el bolso en los brazos de Harry y corrió al extenso corredor, nada, a excepción de la puerta final –el baño- ninguna de los otras habitaciones poseía aquella tabla que les brindaba privacidad. 

-¡Mamá!- Soltó todo el aire de sus pulmones.

-¿Qué pasa?- Llegó preocupada.

-¡Donde están las puertas!

-Cálmate y hablamos.

-¡No, quiero una explicación!

-Si te la doy, te calmas.

-Sí- Mintió la rubia.

-Como Niall ya no está yendo al club del celibato- Harry se aguantó la risa- Decidí ir al club de padres en apoyo de la castidad y nos ofrecieron sacar las puertas para facilitar la unión y evitar los secretos.

-Quiero mi puerta de vuelta- Reclamó el ojiazul.

-No, no habrá puertas nunca más.

-¿Segura?

-No me amenaces Niall.

Molesto giró los ojos y se dirigió corriendo a su cuarto, tomó una mochila y echó un par de cosas para volver donde los demás.

-Esto es una huelga mamá.

-¿Huelga?

-Bueno no, pero volveré mañana y espero que las puertas estén puestas.

-Yo soy la que mando acá.

-¿Vienes conmigo?- Le peguntó a su hermana.

-Sí.

-Ninguno de los dos se va de aquí.

-Nos vemos mañana.

Sin soltar ni una palabra adicional, los cuatro salieron de la casa entre los gritos y amenazas de la señora Horan, Niall volteó la vista a su madre que yacía parada en la puerta, le susurró un “Te amo” y se despidió con la mano.

< Lo siento pero esto ya fue demasiado >

-¿A dónde se supone que vamos?

-Mi madre está visitando a mi tía- Dijo el rizado.

-¿No hay problema con que nos quedemos?

-No- Le guiñó el ojo a la rubia.

-Es incomodo verte coquetear con mi hermana.

-¿Cómo hiciste que se olvidara de Gabby?- Murmuró ________.

-Tuve que recurrir un poco a la mentira.

-¿Un poco?

-Bueno, mucha mentira- Miró al par- Después te cuento.

-De acuerdo.

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