-Mira.
-Vamos- La levantó tan fuerte que la hizo saltar.
Ambos corrieron –bueno, ________ fue arrastrada- a casa de Niall. El rubio se arrepintió de haber escogido ese parque siendo que había muchos otros que quedaba mucho más cercanos a su hogar.
-Estoy cansada.
-Solo un poco más linda.
-Me duelen los pies.
-Está bien- Se detuvo- Llamaré a Harry.
-¿Dónde estás?
-Afuera de tu casa. ¿Dónde está tú?
-Camino a casa.
-Esto tienes que verlo con tus propios ojos.
-¿Y Liz?
-Cuando entré no había llegado.
-¿Y mi mamá?
-Tampoco… ¡Ahí viene!- Harry se lanzó a un arbusto- ¡Auch!
-Te veo en cinco, quédate afuera.
-Llévame en tu espalda-Él sonrió- ¿Por qué sonríes de esa manera?
-Porque te puedo tocar las piernas cuanto yo quiera.
-Mejor corramos.
-¡Espérame!
-Alcánzame- Apresuró a sus pies.
-Te alcancé- La abrazó por atrás chocando su erección con el trasero de ella.
-Niall… Sentí algo raro.
-Lo siento- Se ruborizó.
-Creo que alguien tiene un problema en sus pantalones.
-Es tu culpa- Empezaron a caminar de la mano.
-¿Mi culpa?
-Sí. Tú me causas estos efectos.
-No sé porque creo que te excitaste solo con mi sujetador.
-Es tan esponjosito- Sonrió como bobo.
-¿Ese no es Harry?
-¿Dónde?
-¿No ves eso que se asoma entre los arbustos?
-Parece un gato muy peludo.
-Es el cabello de Harry- Le pegué un codazo.
-Oh- Se sobó-¡Hola!
-¡Santa virgen pecadora!- Se llevó la mano al corazón- Maldi’to, me asustaste.
-Pensé que eras un gato.
-¿Un gato?- Frunció el ceño.
-¡Liz!
-¿Qué tal?- Sonrió.
-¡No hay puertas!- Gritó Niall.
< ¿Es que acaso está drogado? >
Tras dudar de la cordura de su hermano, sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta con los otros tres chicos pisándole los talones. Lo primero que vio: Puertas esparcidas por todo, y una en especial acaparó su atención… la de su cuarto. Tiró el bolso en los brazos de Harry y corrió al extenso corredor, nada, a excepción de la puerta final –el baño- ninguna de los otras habitaciones poseía aquella tabla que les brindaba privacidad.
-¡Mamá!- Soltó todo el aire de sus pulmones.
-¿Qué pasa?- Llegó preocupada.
-¡Donde están las puertas!
-Cálmate y hablamos.
-¡No, quiero una explicación!
-Si te la doy, te calmas.
-Sí- Mintió la rubia.
-Como Niall ya no está yendo al club del celibato- Harry se aguantó la risa- Decidí ir al club de padres en apoyo de la castidad y nos ofrecieron sacar las puertas para facilitar la unión y evitar los secretos.
-Quiero mi puerta de vuelta- Reclamó el ojiazul.
-No, no habrá puertas nunca más.
-¿Segura?
-No me amenaces Niall.
Molesto giró los ojos y se dirigió corriendo a su cuarto, tomó una mochila y echó un par de cosas para volver donde los demás.
-Esto es una huelga mamá.
-¿Huelga?
-Bueno no, pero volveré mañana y espero que las puertas estén puestas.
-Yo soy la que mando acá.
-¿Vienes conmigo?- Le peguntó a su hermana.
-Sí.
-Ninguno de los dos se va de aquí.
-Nos vemos mañana.
Sin soltar ni una palabra adicional, los cuatro salieron de la casa entre los gritos y amenazas de la señora Horan, Niall volteó la vista a su madre que yacía parada en la puerta, le susurró un “Te amo” y se despidió con la mano.
< Lo siento pero esto ya fue demasiado >
-¿A dónde se supone que vamos?
-Mi madre está visitando a mi tía- Dijo el rizado.
-¿No hay problema con que nos quedemos?
-No- Le guiñó el ojo a la rubia.
-Es incomodo verte coquetear con mi hermana.
-¿Cómo hiciste que se olvidara de Gabby?- Murmuró ________.
-Tuve que recurrir un poco a la mentira.
-¿Un poco?
-Bueno, mucha mentira- Miró al par- Después te cuento.
-De acuerdo.