Capítulo 2: Volando entre las nubes.
Emoción eso es lo que siento en este instante. Ir a cien kilómetros por horas en una motocicleta te hace sentir libre con ganas de gritarle al mundo todo eso que habita en tu interior pero que tienen miedo escuchar o lo que probablemente tienes miedo decir. Te hace sentir libre pero libre de verdad.
No eres mejor que nadie, ni peor, simplemente eres tú con defecto y errores, pero eres tú.
Muchas veces pensamos que lo estamos haciendo mal o que hay algo mal en nosotros, sin embargo todos fallamos en algún momento, pero si no nos perdonamos por esas decisiones erróneas que hemos tomado ¿Quién lo hará?.
Llega un tiempo en donde simplemente perdemos la esperanza en nosotros mismo, y es ahí cuando nos toca ser fuerte, porque aunque muchas personas intenten levantarte el que en realidad tiene la fuerza de hacerlo eres tú. No te culpes por no cumplir las expectativas de los demás, felicitate si estás cumpliendo las tuyas, porque no vale de nada satisfacer a los otros mientras tu mismo no eres capaz de complacerte.
Quierete, eres un enigma que tarde o temprano otra persona se morirá por descubrir, pero mientras esa persona llega descubrete a ti mismo, experimenta, date amor, cariño, sobre todo date valor y esperanzas.
Alessandro poco a poco va reduciendo la velocidad de la moto provocando que se pueda detaller más el paisaje, es hermoso. Hemos rodado por más de dos horas, no se en donde estamos no recuerdo haber venido a este lugar.
—Hemos llegado princesa—Me indica quitando su casco—Puede bajarse del carruaje— A veces puede ser idiota.
—Salió cursi el hombre— Lo malo de estos paseos es que mi cabello se alborota más de lo normal.
—Alguien me exigió en la mañana un poco más de esfuerzo—Ruedo los ojos al recordarlo.
—Mejor olvida que te dije eso—Le indico—¿Ha donde me has traido?.
—Es una sorpresa—No estoy muy convencida pero le sigo el paso.
Caminamos un par de minutos hasta que comenzamos a ver personas, Aless hace seña para que eleve la mirada, es increíble ver el cielo lleno de globos aerostático. Seguimos nuestro curso hasta un señor que alparecer mi hermano conoce.
—Lucía te presento a Paolo, es quien nos guiará hoy.
—Un placer—Saluda el nuevo integrante a lo que respondo con un beso.
—¿Nos montaremos en uno?—Parezco una niña pero lo siento nunca me he subido a uno de estos.
—Si—Alessandro se acerca a mi— Hace poco lo descubrí y me pareció buena idea traerte.
—No se diga más vamos a elevarnos—No me puedo contener.
Al subir cumplimos con todas las indicaciones que nos dio Paolo, me asegure de hacer todo porque es divertido y todo pero las alturas a veces me dan algo de miedo, además no sabemos que pueda pasar.
Poco a poco el globo comienza a elevarse haciendo que todo allá abajo se vea más pequeño. Es impresionante estar en el aire observando todo desde lejos, es como si el tiempo se fuese detenido por un momento para que te deleites con la vista, cada persona está en su mundo, unos van rápido, otros más lentos, algunos simplemente están demostrando el amor que sienten. No paro de recorrer el globo porque quiero ver desde distintos ángulos, lo cierto es que todo tienen algo en común: Perfección, si todos te permiten ver algo hermoso.
—¿Te gusta?— Había olvidado por completo a mi hermano.
—Me encanta Alessandro.
—Lucía no quiero que nada te detenga—Frunso el ceño porque no se de que habla— No dejes que nadie te ponga límites.
—No entiendo—Digo confundida.
—Nosotros somos como globos la diferencia es que nos limitamos—Voltea para quedar frente a mi—Quiero que asciendas tanto como puedas, que vueles alto en donde nadie te pueda alcanzar Lucía pero asegurate de que ese vuelo sea mágico para ti.
—Amaneciste poeta hoy— Acaricio su cara con delicadeza— Quien te tenga a su lado correrá con suerte.
— Por ahora me tienes tu—Mi risa sale ante ese comentario—Así que Siéntete con suerte— Lo adoro.
—De ser así aquí el de la suerte eres tú.
De tener un poder desearía que fuera para detener el tiempo o tal vez para viajar en él, así lo devuelvo cuatro años evitando el grave error que cometí y que ahora me está pasando factura. Por el momento sólo me queda disfrutar del que tengo.
Es increíble como a veces ciertas palabras te pueden afectar más de lo que quieres, cuando te dan un diagnóstico te dicen que todo estará bien que con el medicamento adecuado saldrás adelante, pero no es cierto no todo está bien, algo en nosotros cambia. La manera de ver las cosas, el valor que tienen ciertas personas, la vida cambia ante tus ojos.
Vivimos en un tiempo en donde las personas dicen ser de mente abierta, aunque no es cierto, la gran mayoría está acostumbrado a cierto patrón que cuando cambia tiende alejarse de esa particularidad para hacer que su patrón regrese a la normalidad. Mentalmente se engañan diciendo que lo aceptan sin embargo en el fondo ellos mismo saben que no es cierto. Porque eso nos gusta engañarnos.
En España conocimos a una señora la cual llamamos Nonna es de acá de Francia sólo iba al país de visita, cuando supo que nos mudamos a su país de nacimiento se alegró y ahora somos como nietos para ella. Al bajar del globo tuvimos la idea de visitarla porque si algo tiene esa doña es que es una reina en la cocina. Seamos sinceros ¿Quién se puede negar a una comida casera deliciosa?.
—Nonna—Saludo corriendo a sus brazos.
—¿Cómo está mi niña?— Ella sabe mi secreto.
—Hoy de maravilla— Me reprende con la mirada— He estado mejor pero no es nada grave.
—¿Se lo dijiste?— Pregunta con la voz baja mientras señala a mi hermano.
—Aún no— Un largo suspiro acompaña mi respuesta— Pronto se lo diré.
—Mi niña tienes cuatro años contandoselo—Es cierto pero no encuentro la manera— Vamos adentro—Sabe que no logrará convencerme.
Algún día Alessandro tendré el valor para ser completamente sincera contigo.
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Cuando Te Diga Adiós
RomanceTodos tenemos secretos, algunos más grandes que otros, pero existen. Los guardamos sin saber a quien contarlos pensando que nos juzgaran...¿Pero y si no?.... Si no te juzga habrás encontrado a la persona que realmente te aprecia sin importar todo lo...