Capítulo 9: Indecisiones.
He tratado ocultar la amplia sonrisa que quiero dar con una de labios cerrados. Quiero aparentar estar en calma y no ansiosa, aunque se me hace complicado.Hemos caminado dos cuadras con un silencio tan apreciado. Nunca imaginé que en mi primera caminata con Joao estaría con un uniforme de cafetería, incluyendo delantal porque se me olvidó quitarmelo, lo bueno es que el abrigo lo oculta. Mi cabello más alborotado de lo común gracias a la brisa fría que hay. Me gusta, esto me gusta, las situaciones no planeadas muchas veces suelen ser las mejores, o eso pienso.
Admito que en el trayecto me ha atrapado observandolo un par de veces, la primera vez el color se acumuló tanto en mis mejillas que sentía como quemaban por la verguenza, ya la segunda vez no me importó que me descubriera. Es más lo disfrute porque me miró con tanta curiosidad que me dan ganas acabar con ella en tan sólo un instante.
—Si no existiera la malicia las personas tal vez fueran un poco más felices— Opina con ese acento tan peculiar acabando con el silencio— La competencia hasta cierto punto pienso que es buena. Ayuda a que te superes cada día, logra que muchas personas descubran capacidades, innoven, vean las situaciones desde otras perspectivas.
Analizó cada una de sus palabras, salieron con tanta seguridad, capaz de defenderlas ante cualquier persona. Sin la malicia fuéramos un poco más felices, tal vez si, tal vez no.
—La competencia es buena hasta que se obsesionan, eso es capaz de dañarlo todo— Continúa hablando con ese acento marcado, sigue con la vista al frente del camino.
Lo que dijo hizo que girará a verlo, es una opinión interesante. Él siguió avanzando lo que provocó que apresurara mi paso para poder alcanzarlo.
—¿De dónde eres?— Interrogue con suma curiosidad al llegar a su lado algo agitada— Tienes un acento distinto— Además su tono de piel dorada indica que no es de aquí.
—Brasil— Sonríe orgullo al dejar escapar el nombre de su país natal— Tu tampoco eres de Francia— Asegura.
Meneo la cabeza en modo de negación, bajo la velocidad de mi caminar hasta casi detenerme.
— Soy española— Informo con voz suave.
Quiero parar, no quiero seguir caminando, como puedo trato de ocultar lo sofocada que me estoy sintiendo. Es como si fuese corrido un maratón a toda velocidad hasta quedar con poco aire.
—Podemos parar— Al darme cuenta de que me salió casi como una súplica le doy una media sonrisa forzada.
Se detiene. Me mira de una manera extraña frunciendo el ceño, hasta que habla:
—¿Todo bien?
—Si— Miento como si nada— Hubo mucho trabajo en la cafetería por lo que quede cansada.
Es cierto que está mañana el lugar estuvo abarrotado, pero eso no me dejo para nada cansada. El peso de sus ojos cafés sobre mi no ayuda a mis síntomas, de hecho lo empeora. Quiero buscar el aire tal cual lo haría un pez luego de que lo tuvieran unos segundos fuera del agua, mi sistema respiratorio lo exige.
Mis súplicas fueron escuchadas. El castaño se disculpó atendiendo el móvil que estaba vibrando. Aproveché la distracción para poder alejarme un poco, los muslos sirvieron como soporte para mis manos mientras doy grandes bocadas de aire llenando los pulmones con él. En estos momentos es cuando deseo tener a Pablo cerca.
Con la mirada busco el paradero de mi compañero, no está en donde lo dejé. Rápidamente me reincorporó buscando por todos lados, mi sorpresa fue conseguirlo a mi espalda. ¿Tanto perdí la noción del tiempo mientras rogaba por oxígeno?.
Mi pestañeo se vuelve irregular al no saber que excusa poner.
—¿Estás bien?— Su voz detona preocupación.
Quiero decirle que si, que puedo bailar por cuatro horas seguidas y no sentir como mi cuerpo se fatiga, decir que puedo correr colina arriba sin caer derrotada, gritar que no estoy perdiendo peso y que los pantalones no me están empezando a quedar holgados, pero no puedo, por mucho que intente las palabras no salen porque estaría mintiendo y no quiero hacerlo, por primera vez no.
Despego los labios buscando acabar con el silencio sin embargo vuelvo a cerrarlos porque no se que decir, en realidad no quiero decir nada. Niego levemente meneando la cabeza y giro para caminar en dirección a la cafetería.
A veces tan sólo a veces siento que estoy cansada de luchar con la vida, de pelear por unos años más en la tierra. Que cada persona se quedará paralizada como maquini para caminar entre ellos con lentitud, sin prisa, sin ruido. A veces tan sólo quiero ser yo parada en medio de un bosque con una taza de café inhalando el olor a tierra mojada por la lluvia y hundir mis pies descalzos por el pasto. A veces tan sólo deseo una paz que nunca he visto pero suelo imaginar.
De regreso siento como su mirada penetra en mi espalda. Cambiamos de roles, yo debería ser la que va atrás observando cada detalle de él. Les puedo decir que me gusta estar con el Brasileño, pero he de admitir que acosarlo me gustaba a un más. Estar entre las sombras por más de una hora analizando sus muecas o la manera que arruga la nariz cuando algo le molesta. La mejor parte era que lo podía hacer sin que me preguntará porque no le quitaba la mirada de encima porque él ni sabía que lo estaba haciendo.
¿Está bien lo que estoy haciendo? O ¿Lo que estaba haciendo?.
Volteó al no sentir esa mirada, entonces la confusión se apoderó de mi. No está, doy vueltas sobre mi propio eje en la búsqueda de ese chico, pero nada. Se fue.
¿Qué hizo que se fuera? ¿Fui yo? ¿Fue mi actitud? Tan sólo siento que mi mente da vueltas tratando de encontrar una respuesta. Entonces si creo que es mejor cuando lo acosaba. Sólo era yo en una relación de la cuál nadie sabía y cuando la segunda persona de esa relación supo que existía resulta que todo se vuelve más complicado.
Me quedo congelada en el medio de la calle a la espera, algo dentro de mi insiste que en algún momento va aparecer con una sorpresa, tal cual como lo harían en una película de romance, pero no él desapareció y no volverá, por lo menos no hoy.
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Cuando Te Diga Adiós
RomanceTodos tenemos secretos, algunos más grandes que otros, pero existen. Los guardamos sin saber a quien contarlos pensando que nos juzgaran...¿Pero y si no?.... Si no te juzga habrás encontrado a la persona que realmente te aprecia sin importar todo lo...